Parásitos
Dirección: Bong Joon-ho
Intérpretes: Kang-Ho Song, Cho Yeo-jeong, Woo-sik Choi, Park So-Dam
Producción: Corea del Sur, 2019. 132 minutos. Comedia dramática. HHH
Película ganadora de la codiciada Palma de Oro en el último Festival de Cannes, Parásitos es el séptimo largometraje de ficción dirigido por el cineasta surcoreano Bong Joon-ho. Aquí retorna a sus temas predilectos, la familia y las desigualdades sociales, tan presentes en su filmografía. Basta con recordar Memories of Murder: Crónica de un asesino en serie (que le reportó el premio al mejor director en el Festival de San Sebastián del 2003) y Snowpiercer: Rompenieves (2013), producción que también obtuvo una larga lista de galardones. Aunque se trata de una película coral, como suele acontecer cuando se refleja la temática familiar, el actor Kang-Ho Song vuelve a destacar poderosamente en su cuarto trabajo a las órdenes de Bong Joon-ho.
En este filme, donde se combinan de manera sugestiva interiores físicos y anímicos, la realidad hay que buscarla sin dejarse engañar por las apariencias. Lo más sugerente de la narración es su habilidosa concatenación de dos mundos adversos, pero sin que sus puertas de acceso permanezcan siempre cerradas. Se trata de una familia con sus miembros en paro y difíciles posibilidades de supervivencia, mientras que la otra es de clase social muy alta y adinerada. Pero el destino es un azar casi siempre imprevisible y ambas familias deberán relacionarse, a pesar del abismo social que las separa y aunque su tren de vida sea radicalmente distinto. De la riqueza a la pobreza y la carencia de horizontes. Hay asimismo algún que otro elemento fantástico que en ocasiones parece cambiarnos de género fílmico, pero Bong Joon-ho no pierde nunca el control de una función en la que lo cotidiano reserva importantes sorpresas.
Su dilatado metraje de 132 minutos podía auspiciar alguna que otra parada innecesaria en el desarrollo de la historia y alguna reiteración innecesaria acontece. Sin embargo, Parásitos nunca provoca sensación de tedio al espectador. A pesar de su ritmo en apariencia sosegado, casi en ningún momento deja de captar emociones y sentimientos. Ciertamente, algo no muy frecuente en el cine actual. Es una obra a tener en cuenta.