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Una actriz marroquí se disculpa por besar en la boca a una compañera en Cannes

En la alfombra roja

Su gesto ha levantado ampollas en Marruecos, donde los medios lo han tildado de “escándalo”

Lubna Azabal y Nisrin Erradi se besan ante las cámaras

Stephane Mahe / Reuters

La actriz marroquí Loubna Azabal pidió este miércoles públicamente disculpas en un vídeo por el beso en la boca que ayer dio en el Festival de Cannes a su colega, la también marroquí Nisrine Erradi, y que causó un gran escándalo en su país.

Las dos actrices, que intervienen en la película Adam de Maryam Touzani, que se presentó en el Festival, participaron en un photocall junto a la directora, y al final del mismo se intercambiaron un beso en la boca ante decenas de cámaras.

Azabal ha pedido perdón “a Nisrine, a las mujeres, al pueblo marroquí y a todas las personas (que se sintieron) heridas”

La imagen de ese beso, anodina en Cannes, hizo mucho ruido en Marruecos, donde la palabra “escándalo” acompañaba a la noticia de los numerosos portales que la recogieron.

Algunos comentarios en internet defendieron a las actrices, pero eran mucho más abundantes los que las criticaron, como criticaron el supuesto clima de “degradación” donde se produjo el beso.

Las actrices marroquíes Lubna Azabal (dcha) y Nisrin Erradi (izq) posan para los fotógrafos durante la presentación de "Adam" en el ámbito del 72º Festival de Cine de Cannes

Julien Warnand / EFE

Azabal, de 45 años, que también tiene la nacionalidad belga, grabó hoy un vídeo de un minuto en youtube en el que pide disculpas en reiteradas ocasiones “a Nisrine, a las mujeres, al pueblo marroquí y a todas las personas (que se sintieron) heridas”. “Fue culpa mía”, reitera, y exculpa a su compañera Nisrine por lo sucedido.

La actriz explicó que su beso, “un beso ingenuo, de amor a una persona que considero mi hermana” fue “sin reflexionar”, pero admite que fue inoportuno. “No quise chocar a nadie ni herir en este mes de ramadán”, dice, en alusión a que se trata de un mes considerado no solo de piedad, sino también de pudor y de una mayor decencia vestimentaria y en las costumbres.

“No quise chocar a nadie ni herir en este mes de ramadán”