A pesar de la edición conmemorativa de Rayuela, “no es el mejor Cortázar”, declaró Mario Vargas Llosa en la presentación de ayer en Córdoba, en el marco del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE). Las ediciones conmemorativas que se publican en cada congreso ya son un clásico. Como Jorge Luis Borges fue el protagonista de la obra que se publicó en ocasión del CILE de Rosario, ahora la RAE y las academias del español han escogido al autor de las historias de cronopios y de famas para la edición conmemorativa del CILE de Córdoba.
Ayer era la noche de Les Luthiers, que reunieron a 24.000 espectadores al aire libre, con un cielo permanentemente encapotado que no permitió observar la constelación de la Cruz del Sur, la que marca el polo de este hemisferio. Pero antes, en el teatro Real, los directores del Instituto Cervantes, de la RAE y de la Academia Argentina de Letras, acompañados por la editora de Alfaguara y dos de los prologuistas, presentaron la edición conmemorativa de ‘Rayuela’, la novela de estructura abierta e innovadora de Julio Cortázar.
El Cortázar eterno, si es que hay eternidad en el mundo de la literatura, será el de los cuentos porque fue un cuentista excepcional”
Santiago Muñoz Machado (RAE) elogió la obra del escritor argentino y glosó el proceso lingüístico que supone ‘Rayuela’, hasta llegar a la creación del lenguaje glíglico que culmina en la escena erótica del capítulo 68, del que leyó un fragmento. El director de la Academia Argentina de Letras, José Luis Moure, en cambio, hubiera preferido a Borges, pero Borges ya se hizo, con lo cual, y gracias a la colaboración de su esposa -“una cortazariana confesa”-, ha redescubierto a Cortázar y ha trabajado con sumo gusto en esta edición.
También estaban presentes dos de los prologuistas que han participado en esta edición con sus análisis de la novela que se publicó en 1963. El primero que glosó la obra de Cortázar fue el académico nicaragüense Sergio Ramírez. Y a continuación fue el escritor peruano, Mario Vargas Llosa, quien sorprendió a propios y extraños declarando que “Rayuela no es la mejor obra de Cortázar; son mejores los cuentos”.
“Las convenciones con las que está escrita la novela no son las convenciones con las cuales nos movemos en el mundo -continuó el premio Nobel-. Siempre estamos desafiándolas, no para vivir en una absoluta anarquía... Las de Rayuela son convenciones creativas que se enfrentan a las tradicionales que representan la normalidad. En Rayuela no existe una normalidad, lo que hay es una anormalidad que no tiene nada que ver con el mundo real donde el juego representa una forma de existencia a través de la cual los personajes adquieren consistencia y realidad. El Cortázar del futuro será siempre leído, tendrá siempre admiradores y discípulos literarios. El Cortázar eterno, si es que hay eternidad en el mundo de la literatura, será el de los cuentos porque fue un cuentista excepcional”. Y citó ‘El perseguidor’ y ‘Torito’, dos cuentos de los que Vargas Llosa considera los mejores.