Dumbo
Dirección: Tim Burton
Intérpretes: Colin Farrell, Michael Keaton, Danny DeVito, Eva Green
Producción: EE.UU., 2019. D: 112 min. Fantástica HH
Veinte años hará ya, ¡veinte!, que Tim Burton perdió su personalísima fuerza creativa. Entre 1989 y 1999 encadenó una perla tras otra, formando uno de los más refulgentes collares del cine americano de la década: Batman, Eduardo Manostijeras, Batman vuelve, Pesadilla antes de Navidad, Ed Wood, Mars attacks! y Sleepy Hollow. Ha habido, sí, en estos cuatro últimos lustros, puntuales destellos de su talento en serviciales adaptaciones teatrales ( Sweeney Todd) o televisivas ( Sombras tenebrosas) o en el reciclaje de un corto suyo genial ( Frankenweenie) en largo; productos dignos, en fin, pero a años luz de la singularidad de los fabricados en su etapa dorada. En este período de flaqueza, su película menos inspirada tal vez sea Alicia en el país de las maravillas, un trabajo aplicado pero desprovisto de carácter para la factoría Disney. Ahora repite la operación con Dumbo, con resultados más brillantes pero presididos otra vez por la conformidad y la docilidad, dos palabras antaño no sólo desterradas del vocabulario burtoniano, sino combatidas con uñas y dientes.
Dumbo es un buen espectáculo, muy lujoso y con la textura y los colores de una fantasía comme il faut. El clásico de Disney de 1941 era una película breve (una horita), protagonizada básicamente por animales (el elefantito orejudo, las elefantas, un ratón y unos pájaros) y donde el héroe titular no empezaba a volar hasta los diez minutos finales. Aquí tenemos el doble de metraje, Dumbo vuela relativamente pronto y la trama convoca a una nutrida fauna humana. En el apartado visual, es pertinentemente elefantiásica. La forma y el barniz siguen siendo burtonianos, y se agradece, pero se echa de menos su poesía tenebrosa, quizás ya perdida para siempre. Al término de la proyección de prensa, el compañero Àlex Gorina, viendo lo bien que se manejaba Burton en el mundo del circo, lamentó que el cineasta no hubiera hecho un remake, en vez de Dumbo, del Freaks de Tod Browning. ¡Qué Freaks, Dios mío, hubiera hecho Burton… en los años noventa!