El documental que redime a Wismichu de su gamberrada en Sitges

Ismael Prego, conocido en las redes como Wismichu, sembró el caos en el pasado Festival de Sitges con su presunta película Bocadillo , anunciada como un filme “con toques autobiográficos” que combinaba todos los géneros posibles cuando en realidad se trataba de un bucle interminable e indigerible con un tipo pidiendo en una barra un sandwich vegetal y un camarero ofreciéndoselo con bonito o con pollo. El famoso youtuber, con ocho millones de seguidores, promocionó la cinta a través de un tráiler, una nota de prensa y unas entrevistas con las que consiguió engañar a todo el mundo sobre el contenido de la producción. Y al proyectarse el filme se lió.

La historia e intrahistoria sobre el origen y las consecuencias de Bocadillo se cuenta ahora en un interesante documental dirigido por Carlo Padial que pone al descubierto las grandezas y miserias del mundo youtuber, pero también las del universo del cine y, sobre todo, las de internet y los internautas. La cinta, titulada Vosotros sois mi película , se ha presentado este sábado en el Festival de Málaga.

En el documental, Wismichu aparece completamente arrepentido y horrorizado cuando llega el momento de la proyección en Sitges y se hace “consciente de la inconsciencia” bajo la que ha planeado y ejecutado su provocación. ¿Sigue hoy arrepentido, cuando se conoce el éxito y reconocimiento que su acción tuvo a la larga, después de un primer momento de agresividad masiva en su contra?, preguntamos al youtuber horas antes de la presentación del documental. “La verdad es que sigo arrepentido, pero sólo en parte y de otra manera porque veo que el proyecto en su conjunto tiene sentido y ha merecido la pena”, responde.

Prego pasó “un mes largo de angustia e incluso de paranoia” después del escándalo en el festival de cine fantástico y de terror, revela. “Oía risas de alguien cuando andaba por la calle y pensaba que la cosa era conmigo. Estaba fatal, a veces al borde del ataque de pánico”, admite.

“Pero la experiencia me ha hecho madurar y aprender mucho”, continúa. “Creo que los youtubers pecamos a veces de irreflexión e improvisación excesiva”, precisa. Y dice que lo que más le asombró de las reacciones a la exhibición de Bocadillo fue comprobar que “ninguno de los (muchos miles de personas) que me atacaron habían asistido a la presentación en Sitges, mientras que los que sí estuvieron allí, incluidos muchos que en el momento protestaron, acabaron diciendo que se sentían satisfechos de haber estado allí”.

Padial plantea su documental como “una fotografía del presente” que da cuenta de ciertas actitudes a su juicio mucho más cuestionables que las de Wismichu en particular y los youtubers en general. Y entre esas actitudes destaca “la narcolepsia de cierta prensa ante lo nuevo, la crispación del momento en internet y el escepticismo de unos señores del cine que miran por encima del hombro a los nuevos creadores audiovisuales con olvido descarado de sus propias raíces y sus antecedentes de rebeldía e innovación”.

La visión del documental presentado en Málaga es un fresco sociológico sobre la interacción de las generaciones, los creadores y los consumidores de muy diversos orígenes que hoy conviven en este mundo en proceso de cambio vertiginoso y en estado de desconcierto generalizado. El documental es altamente recomendable para todo aquel que quiera conocer la trastienda y los puntos de vista de quienes a menudo pasan por simples gamberros y vendemotos de las redes pero, a veces, tienen mucho más que decir.