La Semana Santa inédita de Xavier Miserachs

Una instantánea de uno de los múltiples rituales religiosos de la Semana Santa que Miserachs recogió a comienzos del decenio de 1960 en varios puntos de la geografía española

Una instantánea de uno de los múltiples rituales religiosos de la Semana Santa que Miserachs recogió a comienzos del decenio de 1960 en varios puntos de la geografía española

Propias

A propósito de su primera exposición retrospectiva, 1 segundo y 25 centésimas , organizada por la Fundació La Caixa en el marco de la Olimpiada Cultural, Xavier Miserachs (Barcelona, 1937-1998) le confesaba a Alain Dupuy, el comisario de la muestra, que repasar su archivo había sido para él una experiencia vital, "casi como psicoanalizarme, ya que me ha obligado a un ejercicio profundo de mí mismo". Y de ese ejercicio introspectivo, brotaba rápida una reflexión sobre el paso del tiempo y sus efectos en la fotografía: "Es un poco como los vinos. El tiempo les ha dado un valor añadido de documento histórico que parecían no tener en el momento en que las hice", decía.

Las suyas, captadas al vuelo, no sólo permitieron descubrir aspectos desconocidos de nuestra propias vidas y seguir el rastro de las grandes transformaciones que sufrió Barcelona en la segunda mitad del siglo XX, sino que, como antes habían hecho Brassaï o Cartier-Bresson con París, o su admirado William Klein y Helen Levitt con Nueva York, fijó una imagen icónica de la ciudad gracias a la imprescindible Barcelona Blanc i negre, serie de 1962 que dos años después daría lugar al fotolibro del mismo título.

Pero junto a ese rastro de imágenes memorables -la joven que se tiene que bajar de acera ante el ímpetu erótico de un adolescente que se la come a piropos o el cargador de cajas de frutas- entre sus 80.000 instantáneas (60.000 en tiras de negativos y 20.000 en diapositivas o transparencias), depositadas por su familia en el Macba, se esconden muchas otras, la mayoría inéditas, que evocan un mundo que ya no existe: la vida, irónica, tierna o trascendente, siempre compleja, convertida en documento. "La fotografía que a mí me gusta no es aquella en la que se expresa el fotógrafo, sino la que expresa la realidad", defendía. Como esta serie de estampas de una Semana Santa ya lejana, en los primeros sesenta, con sus fiestas y rituales, algunas de las cuales ven la luz por primera vez, y ante las que no se puede dejar de sentir una cierta perplejidad. ¿Cómo si no se puede contemplar esa solemne reunión de militares, encapuchados y monaguillos que está a punto de partir de procesión ante la iglesia de Santa Anna? ¿O esa otra, mucho menos grave, de esos niños que llevan a hombros la estampa de un Cristo crucificado sobre unas andas construidas con una humilde barquilla de frutas?

La Semana Santa es un tema que ha fascinado a numerosos fotógrafos, empezando por Ricard Terré -autor de una maravillosa serie- y siguiendo por Sánchez Lobato, Cristina García Rodero, Català-Roca, Ramón Masats, Joan Colom... todos ellos protagonistas de una muestra que sobre este tema organizó con sus fondos FotoColectania en Valladolid, bajo el título Y los cielos se nublan, que tomó prestado del poe ma de Jorge Guillén Viernes Santo. Miserachs captó la imágenes en Barcelona, en el Empordà (la imagen de danza de la muerte de Verges pertenece a su serie Costa Brava Show, de 1964) y Andalucía, sobre todo Sevilla, ciudad por la que sentía especial cariño.

Muchos años después de que tomara las imágenes que ilustran estas páginas, Miserachs volvería también por Semana Santa para un libro por encargo del Liceu con motivo de la presentación de Carmen en la Expo’92. Le acompañaban Ramon Pla i Arxé, autor del texto, y la periodista Núria Escur, con quien firmaría un reportaje sobre el mismo tema para el Magazine de La Vanguardia. En sus memorias, Fulls de contactes (Edicions 62), Miserachs se hace eco de las palabras de Pla: “Y como un velo mágico, la primavera sevillana, el olor del azahar, los colores de la cal o el albero, los ritmos de los pasos de Semana Santa...”, Y recuerda “el riquísimo paseo conjunto, con la sensibilidad continuamente excitada, la tarde de Domingo de Ramos (...) justo antes de comenzar la odisea de encontrar un taxi para regresar al hotel y dejarnos estafar con argumentos tan graciosos como crípticos: ‘El aparato marca quinientas treinta, que son dos mil, o sea dos mil ochocientas, ¡encima de conducir hay que saber matemáticas!”.

El archivo Miserachs, que ha llegado al Macba por decisión de Mar y Arena Miserachs, hijas del autor, y está siendo objeto de una cuidadosa catalogación, rebosa en instantáneas callejeras donde el fotógrafo capta al vuelo el trasiego de las monas de Pascua y la fruición con la que los padres fotografían a sus hijos, de estreno, el Domingo de Ramos (“la modesta ceremonia familiar de la fotografía (...) sería un vacío imperdonable en el álbum, como un año no vivido”, escribió Josep M. Espinàs en Barcelona en blanc i negre). Las mujeres tocadas por negros velos y tocadas con mantilla, niños prematuramente encapuchados y nazarenos en burro.

·······················

Compra el libro en Amazon.es:

XAVIER MISERACHS / 2ª EDICIÓN

Preparativos de la procesión en 1962

Preparativos de la procesión en 1962

Propias
Un grupo de niños llevando una estampa de Jesús crucificado sobre unas andas hechas con una barquilla de frutas. La instantánea fue tomada en Tarifa, en 1961

Un grupo de niños llevando una estampa de Jesús crucificado sobre unas andas hechas con una barquilla de frutas. La instantánea fue tomada en Tarifa, en 1961

Propias
Tarifa, 1961

Tarifa, 1961

Propias
Una fotografía realizada el Viernes Santo en las calles barcelonesas de 1962

Una fotografía realizada el Viernes Santo en las calles barcelonesas de 1962

Propias
Monas. Barcelona, 1962

Monas. Barcelona, 1962

Propias
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...