Sin lugar a dudas, el sector sanitario es el que ha vivido más de cerca la pandemia, no solo por la exposición permanente que tienen al virus sino también por haber tenido que presenciar miles de muertes, personas jugándose la vida y otras situaciones desgarradoras.
Más aún con la quinta ola, que ha llegado a nuestras vidas de la mano de la variante Delta, con cientos de nuevos ingresos hospitalarios, gente muy joven enfermando gravemente e incluso vacunados en estado delicado. Por eso, los sanitarios, estando a pie de cañón y viendo lo que está haciendo el virus en las personas, no pueden entender cómo puede haber gente que no se lo toma en serio y existan negacionistas de la vacuna.
La última sanitaria en pronunciarse ha sido Felicia Croft, una enfermera del Willis-Knighton, en Luisiana, Estados Unidos, que ha hablado de sus vivencias en el hospital en un desgarrador relato que se ha vuelto viral: "He trabajado en la unidad Covid prácticamente desde que empezó la pandemia, y el día de hoy puede que haya sido uno de los más emocionales y difíciles desde que empezó todo esto", explica la joven visiblemente emocionada.
"Con la variante delta que estamos viviendo ahora, la gente es más joven y está más enferma... Estamos intubando y perdiendo a personas de mi edad o más jóvenes. Personas con hijos de la edad de los míos que nunca les verán graduarse", advierte explicando cómo es verdaderamente la situación en los hospitales y el peligro de la nueva cepa.
A Louisiana nurse describes the moment her daughter asked to pray for her friend's parents in the ICU with COVID: "Her friend's parents are in my ICU—and one of them may not go home."
— ABC News (@ABC) July 30, 2021
"I cannot even explain how that feels—as a nurse and as a mom." https://t.co/i5HANkJLHp pic.twitter.com/UNuCtQdNw2
Felicia todavía se emociona más cuando explica que los padres de una amiga de su hija están en la UCI por culpa del coronavirus: "El otro día, mi hija de 14 años me dijo: 'Mamá, tenemos que rezar por los padres de mi amiga", y añade que "es posible que uno de ellos no vuelva a casa, y el otro está muy enfermo".
"Saber que mi hija puede venir a verme tras conocer la noticia y decirme: 'Mamá, ¿por qué no los salvaste?'... Ni siquiera puedo expresar lo que se siente como enfermera y como madre", confiesa entre lágrimas y muy afectada.
Felicia explica que los que más sufren los síntomas del virus son los que deciden no ponerse las vacuna: "No puedo explicar la sensación de derrota cuando haces todo, le das todo a un paciente y no es suficiente... Además saber que podrían haberse vacunado y podría haber marcado la diferencia...", sentencia con un relato que evidencia que la pandemia todavía no ha terminado y que no hay que bajar la guardia. El coronavirus sigue cobrándose miles de vidas a pesar de la efectividad de las vacunas.