El profesor de Harvard, Arthur Brooks, ha reflexionado recientemente sobre la empatía resistente. Se trata de la capacidad de sentir dolor, y a la vez ser capaces de actuar con claridad y propósito.
El profesor afirma que la compasión puede ofrecernos una manera más adaptativa y positiva de responder al dolor de los demás: “Las personas compasivas son como los Marines: tienen la misma probabilidad de sentir dolor que cualquier otra persona, pero son capaces de soportarlo y ayudar”, comenta.
“La falta de compasión es posiblemente la causa de los mayores fracasos de la humanidad”
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Entrevista Retrato a Arthur Brooks en el Hotel Reina Sofia de Barcelona
Cerebro. El ser humano tiene la capacidad de empatizar al ver sufrir a otras personas. Esto es posible gracias a la capacidad de nuestro cerebro para sincronizarse con las emociones de los demás. La empatía nos permite conectar con las emociones de los demás, ya sean positivas o negativas. En ese sentido tanto la escasez de emociones propia de las personas psicópatas, como el exceso de empatía de las personas hipersensibles pueden ser perjudiciales.
Diferencias. La neurocientífica alemana Tania Singer es una de las principales investigadoras de la empatía. En uno de sus estudios distingue entre la empatía y la compasión: “Al contrario que la empatía, la compasión no supone compartir el sufrimiento del otro, sino que se caracteriza por sentimientos de cordialidad, preocupación e interés por la otra persona, así como por una fuerte motivación para mejorar su bienestar. La compasión es sentir por el otro, no sentir con el otro. La falta de compasión es posiblemente la causa de los mayores fracasos de la humanidad”, afirma.
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Arthur C. Brooks, presidente del American Enterprise Institute
Compasión. Podemos entrenar la compasión para mejorar nuestra felicidad y resiliencia: “Para ser una persona más compasiva y feliz empieza por trabajar en tu pensamiento. Ser más pensativo ante el dolor ajeno no significa sentirlo menos. Se trata de aprender a sentir el dolor son que te impidan actuar”, comenta.
Comprensión. Este hecho es difícil de controlar cuando les suceden cosas malas a personas importantes para nosotros. Arthur Brook ha hablado sobre ello: “La compasión nos permite ayudar a los demás a navegar sus emociones, mientras mantenemos nuestra propia fuerza y equilibrio. Cuando amamos de verdad a alguien que está sufriendo nunca queremos evitar su tristeza, frustración, miedo o ansiedad, lo que queremos es ayudarle. La mejor manera de ayudar a otra persona que amamos es aceptando sus emociones. No tenemos que cargar con la infelicidad de alguien mientras le ayudamos, simplemente estar allí con nuestra comprensión y apoyo”, termina diciendo.
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La empatía puede llevar a tomar decisiones erróneas