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Los adorables ‘bento’ japoneses muestran su lado más oscuro

Vida

El simple hecho de preparar la comida se ha convertido en un desafío social

Los adictos a redes sociales tipo Pinterest seguro que saben de qué estamos hablando: los ‘bento’ tradicionales son unos contenedores, normalmente de plástico u otros materiales, con uno o varios compartimentos separados o apilados. Los bento se utilizan para preparar comida para llevar, y es un objeto imprescindible en toda cocina japonesa. La clave de los bento es su contenido: los japoneses utilizan toda su creatividad para dar forma a sus menús.

Hemos visto de todo: bolas de arroz con forma de animales, carne y pescado que forman la silueta de cualquier animal e incluso famosísimos personajes animados como Pikachu listos para comer. Todo vale, pero utilizando ingredientes saludables para una dieta equilibrada.

Esto forma parte de la cultura popular japonesa. Los bento, relacionados con el término kawaii (adorable, mono) son protagonistas de los medio días en el país, y ahora alrededor del mundo ya que su popularidad no conoce fronteras a día de hoy. En Japón, sin embargo, los bento se han llevado a otro nivel: cuando los padres preparan la comida a sus hijos, intentan que su bento sea el mejor de todo el colegio.
La competitividad y exigencia social está a la orden del día en Japón, y ahora se traduce en contenedores de comida.



No solo eso, las mujeres lo tienen mucho peor. En la cultura nipona, el papel de la mujer está muy definido, y debe ser una mujer de su casa. Esto implica, por ejemplo, que aquellas adolescentes que saben cocinar, serán mucho más populares entre los chicos. La preparación de un bento elaborado representa dedicación y amor, una inversión de tiempo para preparar algo tan importante como el principal plato del día. En una entrevista a la revista Ibuki, la japonesa Noriko Mushimura explica que en la preparación está la clave: “A nosotros los japoneses se nos anima a comer 30 ingredientes diferentes al día”. En su preparación de bentos, comenta: “Intento incluir tantos ingredientes, sabor y color como sea posible.”
Las madres japonesas no lo tienen fácil. El desafío es claro: preparar un menú nutritivo, saludable y lo más bonito posible para sus hijos. Cualquier cosa que difiera de estos conceptos se puede traducir por poca dedicación a sus retoños. La profesora Anne Allison afirma, en su “Madres Japonesas y Obentos: la bolsa de la comida como aparato de estado social”, que las madres son la pieza clave de la jerarquía japonesa.



En cualquiera de los tutoriales que pueblan las redes, preparar un bento decente puede llevar de 30 a 45 minutos. Hay que cocinar los alimentos, dar la forma deseada y conformar el escenario que se tiene en mente. No vale el añadir cualquier cosa: hay que considerar la escaleta de colores, la temática y los alimentos que van a conformar el plato.

Los más populares en los últimos días son aquellos que contienen un personaje animado o incluso un rostro. Hello Kitty, Pokemon,… TODO vale. Esto provoca envidias en los niños y sufrimiento de los padres.

¿Merece la pena todo esto para sobrevivir a la hora de la comida?