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He leído que el atún es uno de los pescados con más mercurio, pero una nueva investigación dice que es bueno tomarlo en conserva por el selenio que contiene. Mi pregunta es, ¿realmente es bueno tomarlo en conserva? ¿Sí o no? (Clara Antúnez, lectora)
Estás en lo cierto, el atún es uno de los pescados más contaminados en mercurio. Esto se debe a que es un pescado azul y con un aporte de grasa alto. Como el mercurio tiende a acumularse en las partes grasas de los animales, en los atunes y en otros predadores grandes como los tiburones o el pez espada, el contenido final es alto.
Ahora mismo la recomendación general que se da desde la AESAN con el consumo de pescado para adultos es variar los tipos de pescado y no concentrar el consumo en una única especie. Por lo que una medida de precaución coherente sería el no consumir muchas veces a la semana atún.
Una lata de atún en conserva
Entre cuatro o cinco latas a la semana por persona adulta es una cantidad segura, según la información que tenemos a día de hoy.
Donde sí que tendríamos que tener una precaución extra sería en niños y adolescentes, también en embarazadas. En esos casos se aconseja evitar su consumo o limitarlo a unos 120 gramos al mes como mucho.
Respecto a lo que comentas del selenio, efectivamente es un mineral que se encuentra en el atún y en muchas otras fuentes de proteína. Sin embargo, debido a estas precauciones generales que he indicado, parece mucho más prudente recomendar a la población otros alimentos ricos en selenio y que no tengan estas contraindicaciones, y que incluso sean más sostenibles y saludables. Por ejemplo las nueces de Brasil son uno de los alimentos más ricos en este mineral, y además nos aportan otros micronutrientes y fibra.
Entre cuatro o cinco latas de atún a la semana por persona adulta es una cantidad segura
Una vez más quiero recordar que no podemos recomendar o desaconsejar un alimento únicamente en base al contenido de un nutriente nada más. Visión global siempre.
Hola. ¿Qué tipo de sal es más saludable? Gracias (Julia González)
En nuestro contexto recomendaremos siempre sal yodada. Hay muchos tipos diferentes de sal tanto en su fortificación (fluorada, yodada...), aludiendo a su origen (marina, de posidonia, de volcánica...), o también haciendo alusiones a su procedencia geográfica (Añana, Baleares, Himalaya...).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar un consumo de cinco gramos diarios de sal
En muchas ocasiones se le ha intentado atribuir a las sales unas propiedades nutricionales completamente exageradas y que no se corresponden con la realidad. Por ejemplo se suele decir que contienen una cantidad importante de micronutrientes si la sal no es completamente refinada. Esto es cierto, pero hay que recordar que esos micronutrientes los obtenemos también con otros alimentos, además en mucha mayor cantidad, y no estando asociados a un ingrediente como la sal, que debemos limitar en nuestra alimentación por motivos de salud cardiovascular.
Por lo tanto recomendar la sal del Himalaya como un superalimento es algo completamente irresponsable y sacado de contexto.
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Además, la moda de las "super-sales" puede reducir el consumo de la sal yodada convencional que es la que debemos consumir por motivos de salud pública y para garantizar las cantidades necesarias de este mineral.
No hay ningún problema en usar diferentes tipos de sales por motivos gastronómicos y por preferencias personales, pero no podemos desatender la recomendación de Salud Pública general de tomar sal yodada.