Con el frescor de los días otoñales comienzan a apetecernos cada vez más los platos calientes. Además, pueden ser un buen antídoto para aliviar los típicos resfriados que aparecen durante el cambio de estación.
Sirve esta sopa como plato principal acompañada de una ración de verduras. La carne de cordero le aportará un sabor concentrado y muy reconfortante. ¡Buen provecho!
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Sopa de cordero al orégano
Ingredientes
400 g de pierna de cordero cortada a trozos
4 tomates
1 cebolla
6 dientes de ajo
Orégano
Vermut blanco
1l de caldo de verduras
Azúcar
Aceite de oliva virgen
Sal y pimienta
El tomate asado añadirá sabor a esta sopa de cordero
Elaboración
1. Pelar y triturar los dientes de ajo pelados con el orégano, el tomillo y el vermut.
2. Salpimentar la pierna de cordero y marinar con el líquido anterior durante 2 horas en el frigorífico.
3. Lavar los tomates y quitarles el pedúnculo, y colocar en una bandeja de horno.
4. Asar los tomates a 180 °C durante 20-30 minutos hasta que estén dorados.
5. Escurrir y dorar el cordero en un cazo con un chorrito de aceite. Verter el resto de la marinada, remover y dejar reducir.
6. Añadir más hierbas aromáticas si se desea. Verter un chorro del caldo de verduras para desglasar los jugos que han quedado en el cazo y cubrir con el resto.
7. Dejar hervir suavemente hasta que esté tierno.
8. Sacar la pierna de cordero y picar a trocitos.
9. Pelar y picar la cebolla y los ajos. Sofreír en una cazuela con un chorro de aceite durante 15 minutos. Una vez sofritos añadirlos en el cazo.
10. Pelar y despepitar los tomates asados, aprovechar los jugos de la bandeja y añadir en el cazo del caldo de cordero, aunque reservar un par de tomates como guarnición.
11. Triturar el conjunto y poner a punto de sal, pimienta, orégano y azúcar. Colar.
12. Servir la sopa de cordero con el cordero picado y los tomates que teníamos reservados.