Si bien es cierto que parte de la población aún conserva la costumbre de comprar pan cada día, ya no es tan habitual como antaño. Sea por falta de tiempo o simplemente por comodidad, cada vez son más quienes optan por comprar pan suficiente para consumir durante varios días.
Sin embargo, para evitar que el producto pierda cualidades la misma jornada después de la compra, deben conocerse algunos métodos de conservación para ralentizar su deterioro. En este sentido, elegir un pan de calidad es el primer paso para alcanzar con éxito este propósito.
A continuación adjuntamos una serie de trucos de conservación, para los cuáles solo necesitarás utensilios presentes en cualquier cocina. Son los siguientes:
De algodón o lino
Cubrir con un trapo
Los expertos panaderos defienden que un buen sistema es envolverlo en un trapo de algodón o lino y dejarlo sobre la encimera para protegerlo del aire. Del mismo modo, pueden almacenarse en un cajón o mueble de la cocina. No se recomienda el uso de bolsas de plástico, ya que no permiten respirar al producto, ni tampoco telas lavadas con productos muy olorosos, ya que podrían alterar el sabor del pan.
En bolsas herméticas
Congelarlo
El congelador también puede ser un buen aliado para algar la vida de nuestro pan. Sin embargo, no debemos almacenarlo de cualquier manera, sino en bolsas herméticas que eviten que se contamine con olores de otros alimentos. Estas también nos serán útiles para que el pan no se queme con el frío del congelador. Una muy buena idea es conservarlo ya cortado con papel de cocina entre cada rebanada, así evitaremos que se enganchen.
Humedad...
¿Y en la nevera?
Puede que a más de uno se le haya pasado por la cabeza, pero conservar el pan en la nevera no es la mejor opción. Se trata de un lugar húmedo que puede alterar la composición del producto, dejándolo gomoso y desagradable.