Seis comidas que no deberías guardar en un tupper de plástico
Materia prima
Es fácil de transportar pero algunas cosas se estropean
Sentarse en la mesa junto a la familia y comer: primer plato, segundo, postre y café. Es una imagen cada vez más rara en nuestros días. El estilo de vida urbanita, los horarios imprevisibles y los días que pasan corriendo han hecho del momento de la comida un acto que se da en cualquier lugar.
En este contexto, uno de los mejores aliados para guardar los alimentos, por su utilidad, es el tupper de plástico: económico y liviano. Aun así, hay algunas comidas que se estropean en este recipiente. A continuación algunas de ellas.
Huevo crudo y carnes previamente procesadas
El huevo crudo y sus derivados, como pueden ser la salsa mayonesa o una tortilla poco hecha, son especialmente delicados por el riesgo de contaminación de bacterias como la salmonelosis o Ecoli. Por este motivo, no se recomienda transportarlo en un tupper, a no ser que nos aseguraremos muy bien (mediante un envase térmico o hielo) de que no se pierde la cadena del frío.
En el caso de las carnes previamente procesadas, hay que tener especial cuidado con aquellas que han estado manipuladas previamente, como por ejemplo la carne picada o los filetes rebozados. Al guardarse en el tupper (y más aún, al transportarlo) tienden a disminuir sus propiedades, estropearse más fácilmente y perder su textura.
Sopas y guisos
U otros platos que se consumen naturalmente a alta temperatura. Si bien son compatibles con el tupper de plástico, es muy importante dejarlos enfriar antes de guardarlos. Si se respeta esa bajada de temperatura, el contacto con el plástico no generará vapor y se conservará mejor su textura. Además, reduciremos el riesgo de desprendimiento de aditivos del plástico.
Leche y derivados lácteos
Ya sea en líquido (como el café con leche) o en salsa (unos espaguetis con nata), quedan fuera de las “comidas aptas para tupper” ya que el simple hecho de comer de tupper suele comportar transporte y cambios de temperatura que podrían cortar el lácteo y provocarnos malestares estomacales.
Ensaladas aliñadas
Rúcula, lechuga, canónigos. Las hojas verdes y brotes que constituyen nuestras ensaladas no son amigas de los tuppers de plástico, especialmente cuando están aliñadas y fuera de la nevera ya que pierden lo más importante: su textura crujiente.
En este caso recomendamos, o bien condimentar la ensalada justo antes de consumirla; o bien transportarla en un tupper de cristal, pues aísla mejor del calor exterior y conserva las propiedades de las hojas.
Café, té o infusiones
El típico recipiente con rosca para guardar el café, té o infusión de la mañana y salir corriendo. Es el “tupper para bebidas” y, al igual que ocurre con los caldos, es mejor llenarlo cuando el líquido no está demasiado caliente, así nos aseguramos de que no hay contaminación del plástico a la bebida.
Y, ante todo, sé selectivo a la hora de comprar los tuppers y fíjate en la calidad del plástico. Aquellos aptos para el uso alimentario tienen grabado un dibujo de un envase con un tenedor.
“El tupper de plástico es un gran aliado, pero algunas comidas se estropean en este recipiente”