Descubren la relación entre un aminoácido presente en la dieta y la depresión
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Se trata de la prolina, que se encuentra en una gran variedad de alimentos
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Un aminoácido presente en muchos alimentos podría influir en el estado depresivo de las personas. Así lo defiende un estudio del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), para el que se ha analizado la dieta de humanos, ratones y moscas.
Los investigadores explican que se trata de la prolina, presente en una gran variedad de alimentos. Según la investigación, publicada en Cell Metabolism, una alimentación rica en esta sustancia se asocia con una mayor tendencia a tener depresión. El doctor Rafael Maldonado, del grupo de investigación en neurofarmacología Neurophar de la UPF y adscrito al Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, detalla cuáles son los alimentos que contienen más prolina.
Alimentos con más prolina
Carne: pollo, ternera y cerdo
Pescado: pescado azul, salmón y atún
Lácteos: leche, yogur y queso
Cereales: trigo
Preparados de gelatina
Verduras: guisantes, judías, zanahoria y pepino
El equipo investigador analizó la cantidad y el tipo de aminoácidos que ingerían los participantes del estudio y les pidieron que respondieran a unas preguntas que pretendían medir el ánimo depresivo. Fue entonces cuando los doctores pudieron relacionar la ingesta de prolina con un incremento de la depresión entre las personas analizadas.
Confirmado este hecho, evaluaron los niveles plasmáticos de prolina y se reveló que era uno de los metabolitos más asociados a indicadores de depresión.
¿Debemos dejar de tomar estos alimentos?
Evidentemente, no. El doctor Rafael Maldonado detalla que un exceso de prolina para personas propensas a la depresión o que ya lo hayan sufrido no es recomendable. Ahora bien, recuerda que los aminoácidos son elementos esenciales para nuestra dieta y que no podemos prescindir de ellos porque “una carencia tendría unas consecuencias más negativas que los posibles beneficios”.
La microbiota, clave en nuestra gestión de las emociones
Cabe decir que no todo el mundo que hacía un consumo abundante de prolina decía al cuestionario que se encontrara con un ánimo más depresivo. Cuando se estudió la microbiota intestinal de estas personas, también se observó una relación entre la depresión y las bacterias, así como entre la depresión y los genes bacterianos asociados al metabolismo de la prolina. De esta forma se concluyó que los niveles de prolina circulante dependían de la microbiota.
En este sentido, el doctor del grupo de investigación en neurofarmacología de la UPF dice que “muchas veces ignoramos que tenemos un aparato vivo en nuestro intestino, la microbiota, que tiene un papel muy importante en todo nuestro control fisiológico y fisiopatológico, como la gestión de nuestras emociones”. De hecho, hay que recordar que nuestro intestino controla toda una serie de funciones esenciales del cerebro y por eso debemos tener cuidado con lo que ingerimos.