Aitor Sánchez: “Comer no es necesariamente mejor que no comer”
Nuevo consultorio
El nutricionista, que responderá nuestro nuevo consultorio, quiere desterrar el mito de que el desayuno sea la comida más importante del día
Tiene 242 mil seguidores en su cuenta de Instagram y uno de los blogs de nutrición más seguidos en España. Autor además de varios libros que se han convertido en superventas, como Mi dieta cojea: Los mitos sobre nutrición que te han hecho creer o Mi dieta ya no cojea: La guía práctica para comer sano sin complicaciones (ambos de Paidós), el nutricionista Aitor Sánchez (Albacete, 1988) está a punto de estrenar un consultorio semanal para resolver dudas sobre alimentación en el Canal Comer de La Vanguardia. Será cada viernes y las preguntas abiertas a todos los lectores pueden enviarse desde ya a comer@lavanguardia.es.
Mientras tanto, para ir calentando motores, el experto responde en esta entrevista a algunas preguntas sobre su carrera profesional como divulgador científico, nos da tips sobre cómo debemos enfrentarnos a las informaciones y desinformaciones que constantemente surgen sobre nutrición o trata algunos temas candentes como la moda del ayuno intermitente o la falsa creencia de que el desayuno es la comida más importante del día.
– ¿Cómo se interesó por el mundo de la nutrición?
– Mi vocación surgió en el instituto. Siempre acabamos estudiando carreras o títulos universitarios relacionados con los profesores que más nos influenciaron en el instituto. En mi caso lo que más me gustaba era la biología y tenía muy claro que me atraía la parte sanitaria. Como me angustiaba el tema de las heridas feas, la sangre y esas cosas tan peliagudas, acabé escogiendo una carrera sanitaria menos invasiva. Además, la química o la biología molecular que hay detrás de los alimentos siempre me había interesado.
Pero cuando descubrí que todo ese terreno era más chulo de lo que esperaba fue durante la carrera y también al terminarla, cuando me di cuenta de que todas esas cosas le interesan mucho a la gente y que era una buena oportunidad de comunicar todo lo aprendido porque en estos temas hay mucha desinformación.
“Al terminar la carrera me di cuenta de que la nutrición interesa y que comunicar lo aprendido era un buen método para combatir la desinformación”
– Y se puso a divulgar...
– Empecé en la época en la que los blogs eran la plataforma principal de divulgación, en el 2010. Al principio contaba cosas en mi Facebook personal, a la gente de mi entorno, y gustaban. Rápidamente mi gente me animó a abrir un blog en el que todo el mundo pudiera tener libre acceso a esa información. Empezó a funcionar muy bien en 2011 porque decía las cosas de una manera muy sencilla y denunciaba malas prácticas de publicidad, derrumbaba mitos y consejos erróneos que se daban. Todo lo explicaba de una forma muy próxima, poniendo ejemplos muy cercanos que hicieron que algunos post se viralizaran.
Así es como comenzaron a llamarme los medios de comunicación y di el salto a varias plataformas. Llevo casi una década divulgando, adaptándome a los tiempos de cada momento. Por eso sé que hoy en día hay que estar en Youtube, en Instagram... porque al final la gente que nos debe leer está en esas plataformas y sería muy prepotente por parte de los científicos pensar que hay que consumir la ciencia en otros formatos. La ciencia por sí sola interesa, pero hay que cocinarla de una forma concreta para que despierte interés.
“La ciencia por sí sola interesa, pero hay que cocinarla de una forma concreta para que la gente tenga interés”
– ¿Cuál cree que es la principal razón por la que hay tantos mitos y tanta desinformación sobre nutrición?
– Es el conjunto de muchos factores. La alimentación es una cosa muy cotidiana en la que todo el mundo tiene experiencia. Es muy vivencial y parece que todo el mundo puede sentar cátedra o hablar desde su experiencia personal. Luego también culturalmente la nutrición está a pie de calle, forma parte de nuestra cultura, y alrededor de todo esto hay muchas falsas creencias: refranes, cosas que creemos que son buenas o malas porque lo hemos escuchado en un restaurante, en la calle, al vecino…
A este caldo de cultivo hay que añadirle también que la alimentación es un gran negocio y un sector económico importantísimo. Todas las personas tenemos que invertir dinero en alimentos, por lo que hay muchos intereses cruzados. De hecho, todas las industrias alimentarias quieren fomentar sus propios productos y cada sector intenta que se consuma lo suyo. Esto suscita que hayamos escuchado que algunos alimentos son más saludables de lo que realmente son, que se exageren propiedades nutricionales de los mismos, o que en algunos casos nos digan ‘bueno no, si esto no es tan malo’ por querer defender sus propios intereses.
“Todas las personas tenemos que invertir dinero en alimentos, por lo que en lo que respecta a información sobre nutrición hay muchos intereses cruzados”
– A veces salen estudios de nutrición que dicen una cosa y a los dos días se publica otro que afirma completamente lo contrario… ¿Quién tiene la razón?
– Cuando la gente nos dice ‘a ver si os aclaráis ya’ a la comunidad científica y a los nutricionistas a veces tiene razón, verdaderamente esos titulares que muchas veces vemos no son ciertos. Pero la ciencia no puede avanzar ni se corrige a sí misma de un día para otro. Es decir, cuando vemos titulares que nos dicen ‘el huevo es malísimo para la salud’ y otro que dice ‘no pasa nada si se toman huevos a diario’ ahí no hay un problema de ciencia, hay un problema de comunicación. Además de las presiones que existen.
La gente tiene que enfrentarse a estas noticias con mucho sentido común y también con espíritu crítico. Lo que deberíamos hacer es ser escépticos y pensar ‘oye, esta noticia que ha salido ¿tiene sentido? ¿Cuáles son las fuentes? ¿Quién lo está diciendo?’. Esto nos dará muchas pistas sobre si la información es fiable o no. Si la industria del vino te está diciendo que ‘tomar vino es bueno para el corazón’; puede que no seas un profesional sanitario y que no sepas interpretar ese estudio, pero como mínimo deberías dudar. Lo mismo que si escuchas que ‘el brócoli cura el cáncer’ deberías preguntarte también cosas de espíritu crítico como ‘si es verdad, ¿por qué no lo estamos dando como terapia para salvar la vida de mucho pacientes?’. Es el Abc del sentido común.
“La gente tiene que enfrentarse a las noticias sobre nutrición con mucho sentido común y también con espíritu crítico”
– En este consultorio que está a punto de arrancar, ¿qué va a encontrar el lector?
– Va a encontrar respuestas porque vamos a hacer una selección de las dudas que tenga la gente, pero sobre todo va a encontrar ideas en las que a lo mejor no había caído porque también vamos a hacer una selección de preguntas que no sean las típicas.
La idea es encontrar un equilibrio entre poder desbancar mitos que llevamos escuchando toda la vida, dar cabida a nuevas tendencias –cosas que la gente está empezando a escuchar y no sabe si son rigurosas o no– y también poder hablar de actualidad, porque cada segundo sale una noticia relacionada con la alimentación y es interesante hacer un hueco en este consultorio a todas esas alertas e informaciones que recibimos de manera recurrente para poder diseccionarlas.
– En sus libros no se cansa de desmontar mitos nutricionales, ¿cuáles serían los tres pilares más importantes que aún nos quedan por derribar?
– Es complicado hacer una selección; pero los primeros que habría que derribar, obviamente, son los que más afectan a la gente. Yo creo que uno de los mitos que ya está empezando a caer gracias a la sensibilización de los últimos años es que el azúcar es verdaderamente perjudicial para la salud. Es decir, hemos pasado casi 20 años diciendo que el enemigo público número 1 eran las grasas, por lo que todo comenzó a producirse bajo en grasas para darnos cuenta después de que quitar grasa a los productos para azucararlos no era una solución. En los últimos cinco años hemos avanzando muchísimo para combatir este tema.
Ahora, de cara a esta década en la que está ganando protagonismo el medioambiente y la sostenibilidad, otro de los mitos que está cayendo poco a poco es ese mensaje de que el ser humano tiene que comer carne sí o sí. Estamos viendo cómo también desde las instituciones se está llamando a reducir el consumo de carne y yo creo que esto cada vez está calando más. Por último, otro mito que es importante desterrar es que el desayuno es la comida más importante del día. Es completamente falso. El desayuno es simplemente una ingesta más que tenemos a lo largo del día y lo importante es que sea saludable. En nuestro contexto se ha dado demasiada importancia a una ingesta que es por sí misma espeluznante, mal sana. Es uno de los temas que hay que corregir lo antes posible.
“Otro mito que es importante desterrar es que el desayuno es la comida más importante del día. Es completamente falso”
– ¿Por qué se le ha dado tantísima importancia a este tema?
– Que por ejemplo un niño no cene o meriende no importa a nadie, pero que un niño no desayune es preocupante y esa idea se ha asentado a base de muchos años de marketing, haciendo creer que el desayuno es imprescindible para el ser humano. Parece que sea mejor alimentar a un niño con productos superfluos antes de que un niño se vaya al colegio sin desayunar. Es como si prefiriéramos hacer deporte mal antes de ser sedentarios.
No necesariamente comer es mejor que no comer; sobre todo en un contexto como el nuestro en el que hay un gran problema de sobrepeso y de obesidad infantil. En España hay mucho niño malnutrido no por calorías vacías, sino porque le falta calidad nutricional en sus comidas mientras le sobran galletas, mantequillas, pan o bollería. No es ningún drama que vaya al colegio sin desayunar.
– Dice que no necesariamente comer es mejor que no comer, ¿qué pasa con otra cuestión ahora de moda, el ayuno intermitente?
– Es una corriente novedosa y hay estudios que muestran que puede ser interesante y que puede tener beneficios para la salud. Aunque hace falta desgranar y analizar un tema, y es que al hacer ayuno intermitente muchos de los beneficios que obtienen las personas derivan de dejar de comer mal, de dejar de tomar basura alimentaria. Es decir, si tú comes mal y ayunas dejas de tomar bollería, pasta blanca, pan blanco, galletas... Y claro, es normal que eso sea beneficioso para tu cuerpo. Lo que verdaderamente habría que comparar es qué beneficios tiene el ayuno intermitente frente a comer sano; y ahí la ciencia es más limitada.
En mi opinión ahora mismo hacemos tantas cosas mal con nuestra dieta que empezar a corregirla con el ayuno intermitente es la prioridad número 25. Antes hay que comer más fruta, más verdura, comer menos bollería, beber menos alcohol, hacer más deporte... Y ya, cuando hagas todo eso bien, si haces ayuno intermitente podrías mejorar algunas cuestiones.
“Al hacer ayuno intermitente muchos de los beneficios que obtienen las personas derivan de dejar de comer mal, de dejar de tomar basura alimentaria”
– ¿Qué tipo de dieta sigue usted?
– Yo recomiendo a mis pacientes seguir una dieta saludable dentro de sus elecciones. Es decir, los nutricionistas no vamos imponiendo ningún tipo de dieta y, de hecho, siempre respetamos las creencias y preferencias de la gente que nos viene a la consulta, mientras no vayan en contra de su salud. Lo que hagamos nosotros personalmente, no necesariamente debe ser lo mismo que recomendamos.
Yo mismo sigo una dieta vegetariana, porque quiero, es mi convicción y el activismo que he elegido. Lo que no significa que recomiende a la gente este tipo de dieta, quien quiera seguir una dieta convencional puede hacerlo de una manera perfectamente saludable. Hay veces que para promover la dieta vegetariana se recurre a argumentos como que ‘la carne o el pescado nos enferman’ y eso no es cierto; lo que sí es verdad es que detrás del consumo de pescado o carne sí que hay una explotación animal. Yo creo que este debate tiene que ser riguroso y serio y sin uso de argumentos para mentir y atraer a la gente a nuestra posición.
–¿Qué tipo de preguntas le gustaría que le hicieran en el nuevo consultorio?
– Sería una buena señal que los lectores preguntasen cosas de actualidad o de tendencias porque eso significaría que por lo menos vamos avanzando y que estamos al día sobre nutrición frente a preguntas como ‘¿el pescado azul es bueno o malo?’, osea cosas más viejunas. El consultorio será un buen termómetro para saber si la gente lee y está informada.