La joven, megapopular y polifacética artista texana Selena Gómez está “aterrorizada” por el peligro que los niños, los adolescentes y la gente de su generación –ella tiene 26 años- corren al verse expuestos por las redes sociales o abusar de ellas. Sin ser nuevo su discurso, lo interesante en este caso es que quien lanzaba la advertencia tiene 150 millones de seguidores en Instagram y 57 millones en Twitter.
Gómez expresó esos temores durante la presentación en el Festival en Cannes de la película de Jim Jarmusch Los muertos no mueren , protagonizada por Bill Murray, Adam Driver, Tilda Swinton y Chloe Sevigny, y donde ella tiene un papel modesto. El filme, una historia de zombis con humor y carga política, abrió el certamen la noche del martes.
Para la actriz y cantante estadounidense, uno de los mensajes de la película es “que las redes sociales han sido terribles para mi generación”. Gómez se refería a distintas escenas en que los personajes de la cinta muestran su relación más o menos enfermiza con las nuevas tecnologías, incluida una secuencia en la que los muertos vivientes deambulan por las calles pidiendo “wifi, wifi”.
“Me da miedo cuando veo a algunas chicas devastadas” como consecuencia de un mal uso de las redes, dijo. Y lo peor, opinó, es que ni los famosos ni las grandes compañías del sector pueden hacer gran cosa por ahora para proteger a los jóvenes de abusos y extorsiones por estos canales: “Es casi imposible, no hay herramientas para bloquear los contenidos y la exposición es inmediata”, adujo.
La intérprete destacó también al daño menos inmediato pero igualmente demoledor de las noticias falsas a través de los mismos medios. Los chavales “no están al corriente de las noticias, y es peligroso no disponer de la información adecuada”, señaló. Aludía así a casos como el de la chica de 16 años que hace unos días se suicidó en Malasia tras consultar si debía quitarse la vida a sus seguidores de Instagram.
La conferencia de prensa en la que Gómez expuso estos puntos de vista resultó especialmente animada cuando intervino Bill Murray, quien honró su imagen de hombre divertido con frecuentes bromas a los periodistas: “Su pregunta es buena, no como las otras”. “Espero haber contestado de forma poco clara”. ”Es lo que usted dice”, respondió por ejemplo con su singular expresión seria y cómica al mismo tiempo.