Una de las películas de los ochenta más queridas por los adolescentes de aquella época llevaba por título El secreto de la pirámide, una producción de Steven Spielberg con guion de Chris Columbus y dirección de Barry Levinson que revisitaba la historia de Sherlock Holmes, el célebre personaje creado por Arthur Conan Doyle poniendo el foco de atención en sus años de juventud.
Estrenada el mismo año en la que apareció otra de las cintas míticas de aventuras de esa década, Los Goonies, también con texto de Columbus basado en una idea de Spielberg, El secreto de la pirámide no pudo competir en taquilla con la película protagonizada por Sean Astin, Corey Feldman y Josh Brolin, entre otros. Costó 18 millones de dólares y solo pudo recuperar unos cuatro, todo un fiasco económico que perjudicó enormemente el salto a la fama de sus protagonistas: Nicholas Rowe, Alan Cox y Sophie Ward.
Rowe (Edimburgo, 1966), el protagonista principal, era un actor escocés de 19 años y 1,93 metros de altura educado en la prestigiosa escuela Eton que había debutado en un pequeño rol junto a Rupert Everett y Colin Firth en el drama Otro país (1984) y estaba entusiasmado en encarnar a Holmes en sus años mozos. Y lo hizo derrochando talento, exhibiendo la inquietud y observación propia del detective junto a un físico en el que destacaban su rictus serio, su mirada curiosa y su pelo alborotado. En el filme, Holmes y Watson se conocían siendo dos alumnos en un internado de Londres y se veían involucrados en la investigación de una misteriosa serie de asesinatos en la que las víctimas eran varios hombres de negocios británicos. “No es magia, Watson. Es pura y simple deducción”, le respondía Holmes a un atónito Watson en su primer encuentro.
Durante los dos años siguientes solo participó en la pequeña pantalla en la miniserie The Lawrenceville stories y la serie American playhouse. Posteriormente abandonó un tiempo la industria del entretenimiento para continuar su formación en Bellas Artes y Estudios Hispánicos en la Universidad de Bristol, donde aprendió a hablar fluidamente tanto el español como el francés. Por aquel entonces combinó sus estudios trabajando como analista de mercado.
En 1994 regresó de nuevo al medio televisivo con la TV movie El enemigo de Sharpe y desde entonces solo ha intervenido esporádicamente en el cine en personajes secundarios. Le hemos podido ver en filmes como Lock & Stock, comedia criminal de Guy Ritchie; el drama Enigma (2001), de Michael Apted o La semilla de Chucky (2004) interpretando a un abogado. Entre la series en las que ha intervenido figuran Los Borgia, Doctor Who: Dreamland, Silk, Da Vinci’s demons, The Last Kingdom y The Crown, además de otros telefilmes que no han llegado a España. Asimismo, ha prestado su voz en varios documentales y videojuegos.
Su carrera se ha desarrollado de manera discreta pero nunca le ha faltado trabajo. Da la casualidad que en Mr. Holmes (2015), donde Ian McKellen encarna al famoso detective en su vejez, el director Bill Condon quiso contar con Rowe para un momento muy emotivo de la historia, un guiño claro a su trabajo en El secreto de la pirámide. Se trata de aquella en la que el personaje de McKellen entra a una sala de cine para ver su propia representación en la gran pantalla. ¿Adivináis quién era el actor que lo interpretaba en un breve cameo? Pues un Rowe ya maduro que miraba a cámara fotografiado en blanco y negro y con el pelo engominado hacia atrás.
El actor hizo un emotivo cameo como el detective de Conan Doyle en la película ‘Mr. Holmes’
En 2017 se puso en la piel de Jost Winteler, profesor de historia que enseñó a Albert Einstein durante su estancia en Suiza, en tres capítulos de la serie Genius, en la que Antonio Banderas ha dado vida igualmente a Pablo Picasso. Para este 2019 tiene algunos proyectos en marcha como Waiting for Anja, un drama bélico junto a Angelica Huston y Jean Reno y Hurt by paradise, escrita, protagonizada y dirigida por Greta Bellamacina que narra la relación de amistad entre una poeta y una chica de pelo largo.
Respecto a su vida sentimental, estuvo unido durante seis años a la actriz inglesa Lou Gish hasta que ella murió a los 38 en 2006.