Después del éxito que logró el proyecto Mercury, Estados Unidos quiso dar un paso más para lograr atrapar a la URSS en la carrera espacial. Se diseñó el proyecto Gemini, que tenía como misión realizar actividades extravehiculares, maniobras orbitales y acoplamientos.
Con este proyecto se llegó a igualar el paseo espacial que realizó el soviético Alexei Leonov, y se sentaron las bases para poder enviar un astronauta a la Luna. Se acercaba el momento de un joven piloto llamado Neil Armstrong. La carrera espacial aún no estaba perdida para Estados Unidos.
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