Un niño supera un cáncer de retina gracias a un virus que ataca células tumorales

Retinoblastoma

Es el primer caso de éxito del mundo de un tumor de ojo tratado con esta terapia experimental

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Félix tenía cuatro meses cuando le diagnosticaron un retinoblastoma en ambos ojos, un tumor de retina pediátrico.

Sant Joan de Déu

Cuando Félix tenía cuatro meses, sus padres lo llevaron al pediatra preocupados por un reflejo blanco que veían en el fondo del ojo del bebé. Tras algunas pruebas, le diagnosticaron retinoblastoma bilateral, un tumor maligno de la retina que afecta anualmente a 8.000 niños en todo el planeta, un 11% de los cuales son menores de un año. Tras recibir quimioterapia y perder un ojo, Félix viajó desde Venezuela con su madre hasta Barcelona para someterse a un tratamiento en el hospital Sant Joan de Deu que le permitiera salvar el ojo que le quedaba y mantener visión.

Ahora, casi dos años después, se ha convertido en el primer niño del mundo en superar un cáncer de este tipo gracias a una terapia experimental basada en un virus modificado genéticamente desarrollada por investigadores del hospital Sant Joan de Déu y la compañía biotecnológica VCN Biosciences.

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Se suele diagnosticar por consultas que hacen los padres al ver relfejos blancos en el fondo del ojo de los niños.

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“En este cáncer, la mayoría de las reactivaciones de tumores se dan dentro del primer año, luego ya es menos frecuente que ocurra”, apunta Genoveva Correa, oncóloga del hospital, muy cauta a la hora de referirse a la remisión del cáncer de Félix como cura. Por el momento, el niño, que ahora tiene cuatro años, ya lleva 15 meses sin rastro de tumor, lo que “es muy importante, porque cuanto más tiempo pasa, menos riesgo de que se reactive”, destaca Jaume Català, oftalmólogo y cirujano del hospital.

El retinoblastoma es un cáncer pediátrico que afecta a la retina, la membrana ubicada en el fondo del ojo encargada de captar la luz y que, en definitiva, permite ver. En función de en qué parte del ojo esté localizado el tumor, provoca pérdidas graves de visión. Cuando no responde al tratamiento, la única opción que hay es extirpar el globo ocular para evitar que el tumor pueda extenderse a otros órganos y provocar metástasis, porque entonces las probabilidades de curación son muy bajas.

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Félix había recibido quimioterapia intravenosa en Venezuela, pero el tumor había vuelto a aparecer, el niño había perdido un ojo y el cáncer no remitía. Fue entonces cuando, gracias a la Fundación Simón Bolívar, viajó a Barcelona, donde en Sant Joan de Déu le aplicaron quimioterapia intraocular. Pero tras unos meses volvió a recaer y dejó de responder a los tratamientos convencionales.

Fue entonces cuando le propusieron a su familia entrar en un ensayo clínico en fase I del virus oncolítico VCN-01 contra el retinoblastoma resistente a la quimioterapia. Este ensayo se basa en la investigación desarrollada por el hospital, que ya el año pasado publicaron los primeros resultados científicos en Science Traslational Medicine . Tras recibir tres inyecciones de este tratamiento, una cada 15 días, el tumor de Félix se redujo y permitió que el niño continuara con quimioterapia intraocular.

El virus del resfriado común

El VCN-01 es un adenovirus, el virus del resfriado común, modificado genéticamente para que infecte y destruya únicamente a las células tumorales. Para ello, se dirige contra una mutación que tienen esas células malignas en el gen RB1.“Hemos visto, además, que favorece que las células del tumor sean más blandas, lo que facilita que luego la quimioterapia acceda mejor al tumor”, explica Manel Cascalló, al frente de VCN Biosciences, que añade que también están aplicando este virus oncolítico en ensayos clínicos de tumores de páncreas, cabeza y cuello, y ovarios.

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A Félix, de 4 años, lo han tratado con un virus modificado genéticamente para atacar las células tumorales.

Sant Joan de Déu

Además de Félix, otros dos niños habían participado en el ensayo, y a pesar de que inicialmente habían respondido bien al tratamiento, finalmente tuvieron que someterse a una extirpación ocular. En aquellos dos casos, se había empleado una dosis menor de virus oncolítico. “Los ensayos en fase I se hacen precisamente para verificar que el tratamiento no es tóxico e ir probando las dosis más adecuadas”, señala Guillermo Chantada, oncólogo de Sant Joan de Déu.

Los investigadores de Sant Joan de Déu estudiaron los ojos de esos niños, comprobaron que el virus no estaba presente en la retina sana, solo en las células tumorales y pudieron reajustar la dosis que aplicaron a Félix. “Necesitamos incluir a más niños con retinoblastoma para poder completar el ensayo, por lo que desde aquí hacemos un llamamiento a las familias con hijos con este tumor quimioresistente”, afirma Català.

Félix deberá hacerse controles mensuales hasta que sea mayor para controlar que el tumor no aparece. Por el momento, está libre de enfermedad y mantiene un 30% de visión, lo que le permite caminar, jugar, llevar una vida “con cierta normalidad”. En cuanto la pandemia de Covid lo permite, el pequeño y su madre regresaran junto al resto de la familia a Venezuela.

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