El tubo de escape de tu coche puede cambiar para siempre. Ayudaría a generar electricidad
Un equipo científico de Pensilvania ha creado un dispositivo que convierte el calor del escape en electricidad. Promete mejorar la eficiencia, pero genera solo 56 vatios en condiciones ideales

nvestigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania han desarrollado un dispositivo que aprovecha el calor del tubo de escape para generar electricidad. Este sistema termoeléctrico busca aportar un pequeño extra de eficiencia a los coches de combustión, aunque todo apunta a que su impacto será marginal y posiblemente otro prototipo de laboratorio que nunca veremos en nuestros coches.
Según publica la American Chemical Society, el generador instalado en el sistema de escape consigue producir unos modestos 56 vatios en sus mejores condiciones de prueba. Una cantidad que apenas daría para cargar un smartphone, pero que los investigadores defienden como útil, como era de esperar.
Recuperar energía perdida: un desafío persistente
Los motores de combustión interna son conocidos por su baja eficiencia. Aproximadamente el 75% de la energía generada al quemar combustible se pierde como calor, principalmente por el escape. Numerosos equipos científicos han intentado resolver esta ineficiencia con resultados que nunca han llegado a los coches de producción.
El funcionamiento de este dispositivo se basa en el efecto Seebeck, un fenómeno físico donde un material semiconductor sometido a diferencia de temperatura genera electricidad. La ventaja de este diseño, al menos según afirman sus creadores, es que funciona sin sistemas de refrigeración adicionales.
"La mayoría de generadores termoeléctricos similares requieren refrigeración líquida para mantener el diferencial térmico necesario", explica Danxing Zheng, investigador principal. "Nuestro diseño utiliza únicamente refrigeración por aire con aletas de disipación, lo que facilita su instalación en coches normales sin complicaciones adicionales".
Los desarrolladores han probado el sistema en coches y helicópteros, donde ha registrado mejores resultados (hasta 146 vatios) debido a la mayor exposición del escape al flujo de aire. Esto indica que funcionaría mejor en motocicletas o vehículos todo terreno, donde los tubos de escape están menos integrados en la carrocería.
Este desarrollo se une a otras propuestas como los nuevos motores de hidrógeno de Bosch que buscan alternativas a los motores tradicionales, aunque apuntan en direcciones muy distintas. Los investigadores reconocen el mayor problema: su dispositivo apenas recupera un 1% del calor residual. Estiman que llegará al 5-10% con mejoras, pero no especifican cuándo ni detallan el coste de desarrollo, fabricación e instalación que supondría, ni el tiempo necesario para amortizar la inversión.
No es el único intento de mejorar la eficiencia energética en coches, como demuestran las baterías estructurales de fibra de carbono que integran almacenamiento de energía en la carrocería, un enfoque más ambicioso que tampoco ha llegado al mercado. Estos avances se mostrarán en eventos como el Mobile World Congress 2026 en el Circuit de Barcelona, donde los fabricantes exhibirán sus últimas novedades en movilidad.
El equipo de Pensilvania ahora busca optimizar los materiales y el diseño para aumentar la eficiencia. Mientras tanto, la electrificación avanza a pasos agigantados y es difícil imaginar que estos generadores termoeléctricos lleguen a tiempo para cambiar algo en los coches que ya están en desarrollo, llegando demasiado tarde para ser relevantes.
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