El coche eléctrico podría cambiar para siempre gracias a esta nueva batería revolucionaria

El mayor escollo que atraviesan las nuevas tecnologías es el uso intensivo de las baterías y la reducción de la autonomía

El coche eléctrico podría cambiar para siempre gracias a esta nueva batería revolucionaria
Con esta nueva batería se espera cambiar para siempre el panorama de los vehículos eléctricos, pero va más allá
Publicado en Tecnología

Los coches eléctricos prometen avances que van más allá de aumentar la autonomía o reducir los tiempos de carga, dos de las principales preocupaciones de los usuarios. Las investigaciones más recientes señalan a un cambio radical en la manera de concebir las baterías de los vehículos de una forma que cambiará la automoción - y muchos otros campos - para siempre, integrándolas directamente en la estructura de los propios coches. Esto cambia mucho el concepto que conocíamos hasta ahora, que se centraba más en el tamaño y la eficiencia de la batería, con nuevas ideas como la batería que se carga en solo 15 minutos.

De acuerdo con un artículo publicado en The Cool Down, un equipo de investigadores de KAIST (Korea Advanced Institute of Science and Technology) está trabajando en un sistema de baterías estructurales que no solo ofrecen almacenamiento de energía, sino que además actúan como parte esencial de la estructura de edificios, drones, robots o coches eléctricos (EVs por sus siglas en inglés).

El salto necesario en las baterías

La clave de esta innovación radica en la utilización de fibra de carbono como elemento principal. En lugar de concebir la batería como un bloque independiente que se aloja en el interior del vehículo, la idea es hacer que las fibras de carbono funcionen como ánodo y cátodo, en contacto directo con un electrolito sólido ultrafino que ejerce a la vez de conductor y de material estructural. De este modo, el chasis del coche se convierten en un auténtico contenedor de energía. Esto podría resultar un avance absolutamente fundamental en la reducción de peso de los vehículos, al tiempo que disminuye el consumo de materiales y costes de producción, siendo un absoluto win-win en todos los aspectos. Por un lado, la reducción de peso es un factor que ayuda a cuestiones como la aceleración, pero además hoy en día los coches son muy caros y cualquier impulso que ayude a abaratarlos es un éxito.

Las ventajas de estas baterías estructurales no se limitan a la integración y el ahorro de espacio. Al utilizar electrolitos sólidos en lugar de líquidos inflamables, se incrementa la seguridad y se reduce el riesgo de incendio, un aspecto que en la actualidad preocupa tanto a fabricantes como a usuarios de coches eléctricos e incluso las instituciones se muestran preocupadas al respecto. En nuestro país, por ejemplo, no se pueden meter patinetes eléctricos en el transporte público por el miedo a que pueda provocar un incendio.

Por otro lado, en lo que se refiere a cuestiones de futuro, puede ser un salto importante en la robótica, ya que ayudaría a endurecer su chasis y aligerar su peso.

El KAIST no es el único que está trabajando en este tipo de cuestiones. Tesla también investiga la manera de desarrollar estas baterías estructurales que formen parte de la carrocería de sus coches, con el fin de optimizar el diseño y la funcionalidad. El verdadero problema realmente está en el momento de producir estas baterías a gran escala. La Universidad tecnológica de Chalmers en Suecia también estaba explorando este camino. Según cuentan en su propio blog los investigadores de KAIST están desarrollando procesos muy originales de fabricación, donde la resina epoxi y el moldeo por compresión al vacío permiten combinar las propiedades mecánicas con el rendimiento electroquímico de la fibra de carbono. Este paso es precisamente la clave para lograr que la batería estructural sea lo suficientemente resistente y estable como para resistir vibraciones, impactos y condiciones variables en la conducción diaria.

La posibilidad de incorporar la batería al techo de un vehículo, por ejemplo, podría mejorar la distribución del peso y reducir la complejidad interna del habitáculo. Asimismo, aplicaciones similares en edificios podrían transformar paredes y tejados en auténticas fuentes de energía, un concepto que acercaría más a las ciudades a la autosuficiencia energética. Al final, como recalcan los expertos de KAIST, esta línea de investigación no es un mero parche puntual, si no un auténtico salto hacia un futuro en el que la estructura del vehículo se fusione con el almacenamiento de energía.

Puedes seguir a Andro4all en Facebook, WhatsApp, Twitter (X) o consultar nuestro canal de Telegram para estar al día con las últimas noticias de tecnología.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!