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¿A quién pedir ayuda si la relación de pareja entra en crisis durante el confinamiento?

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Claves para elegir un buen psicólogo que ayude a ordenar las emociones y a saber qué decisiones tomar

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Para buscar una solución efectiva a nuestros problemas de pareja hay que escoger el terapeuta adecuado

NoSystem images / Getty Images

Buenos días. Al estar en confinamiento mi chico y yo nos hemos dado cuenta que nos hace falta hacer una terapia de pareja. Entendemos que es un momento difícil, pero hemos visto que han salido a la luz cosas del pasado y otras cosas que siempre habíamos evitado y que ahora hemos tenido que hacerle frente pero no sabemos cómo trabajarlo. Además, no tenemos ni idea de dónde acudir ni qué hay que tener en cuenta. ¿Nos podrías indicar qué debemos tener presente o cómo elegir a alguien que nos ayude? Muchísimas gracias por adelantado.

El confinamiento puede agudizar problemas de pareja que ya estaban latentes. NoSystem images

Es muy importante saber elegir a un buen profesional de la psicología de pareja para trabajar la relación o los aspectos terapéuticos necesarios. Muchas veces en mi consulta me encuentro personas que llaman al centro con muchas preguntas, y preguntas similares a las que planteas. Es normal que no sepamos qué debemos tener en cuenta, en qué se basa una terapia, o qué aspectos deberemos analizar para encontrar la persona que mejor se adapte a nuestras necesidades.

Pautas

Siete claves para dar con el profesional ideal

Por tanto, en el artículo de hoy hablaremos de las claves a considerar a la hora de elegir un buen profesional para trabajar las emociones y la psique.

1.- Formación

Es fundamental que el profesional que nos atienda sea psicólogo y además esté especializado en el problema que necesitemos resolver, ya sea ansiedad, conflictos de pareja, trastorno de personalidad o dudas sobre sexualidad. Como en todas las profesiones, hay mucho intrusismo. Mucha gente cree que está capacitada para hablar de emociones, de pareja, de sexualidad... sin ningún tipo de formación reglada. Y no es así.

El psicólogo debe tener la carrera, ser sanitario y, además, estar especializado en una o varias áreas concretas. Hay que tener cuidado: algunas consultas anuncian “formado en sexualidad” o “experto en terapia de pareja” sin que la titulación de la que hacen gala esté homologada. Por supuesto podemos acudir a ellos, pero sabiendo y conociendo qué han hecho y asumiendo que no son especialistas en el tema sino simplemente divulgadores.

En ocasiones es necesaria la intervención de un profesional para solucionar problemas de comunicación en la pareja. skynesher / Getty

De la misma manera que cuando sentimos un pitido molesto en el oído lo primero que hacemos es acudir al médico especialista (otorrino), en cuestiones de psicología hay que hacer exactamente lo mismo. Y si todo está correcto entonces quizás nos apoyemos en diferentes tratamientos naturales o alternativos. Pero siempre como apoyo, no como elección principal.

Cada día en la consulta atiendo casos que han acudido a profesionales no reglados ni formados en base a la normativa, y que lo único que han hecho es dar ideas, trabajar lo que se quería mejorar sin antes entender de dónde venían los problemas ni valorar en qué estado personal y psicológico estaba la persona. No debemos olvidar que hay muy malas praxis, así que antes de decidirse por una ayuda hay que atreverse a pedir credenciales e información sobre la formación reglada de ese profesional.

2.- Normativa

Una vez se escogido el profesional asegurándose que tiene la formación necesaria, el siguiente paso es valorar si cumple las normativas pertinentes. La primera es que nos pueda hacer factura, que veamos que todo está reglado. Y la segunda es que cumpla con la protección de datos pertinente y tenga cubierta la responsabilidad civil necesaria. De este modo también veremos si es un buen profesional y se rige por la ley o no. Esto nos va a decir mucho de ese especialista.

3.- Trato

El primer feedback del profesional suele ser para que nos informe de cómo funciona el proceso terapéutico. Tal vez no podremos hablar directamente con él o ella, sino con su auxiliar, ayudante o miembro de su equipo. En cualquier caso, es básico que nos sintamos cómodos, que nos traten bien, que nos resuelvan todas las dudas y que notemos un interés saludable y un trato exquisito.

4.- Primera impresión

En la primera visita veremos si el centro está en condiciones, cómo nos reciben, el espacio al que acudimos, la puntualidad y otros aspectos organizativos y logísticos. No podemos olvidar que las pequeñas cosas reflejan mucho la calidad humana de las personas. Por tanto, el lugar de trabajo y el primer trato nos estará diciendo cómo trabaja ese profesional y qué valores tiene como especialista.

El objetivo de un psicólogo es aportar las herramientas para que sus pacientes tomen decisiones sobre su vida. urbazon / Getty Images/iStockphoto

5.- Actitud del profesional

Un aspecto esencial que todo el mundo debe tener claro es que el psicólogo no tomará decisiones que le corresponden al paciente. Es habitual que los pacientes piensen que van a una terapia y que el psicólogo les va a decir qué deben hacer. Por ejemplo, si su relación tiene futuro o no. Eso es una mala praxis.

El objetivo del psicólogo es ordenar las emociones y las necesidades de los pacientes, conseguir que se entiendan consigo mismos. En caso de problemas de pareja debe aportar las herramientas para que éstos tomar las decisiones pertinentes sabiendo qué desean, qué les va bien y qué necesitan.

Por tanto, el psicólogo es un profesional que ordena ideas, que ayuda a entender las emociones y a saber tomar las propias decisiones. Todo esto lo hará a través de pautas terapéuticas, ejercicios, reflexiones y comunicación en consulta. Si un profesional del sector os dice qué decisión debéis tomar, salid huyendo. Os está imponiendo su verdad, su idea y visión de la vida. Lo cierto es que no hay una verdad, cada uno tiene sus realidades subjetivas.

6.- Implicación y seguimiento

El tratamiento psicológico no se limita a las sesiones presenciales; hay que efectuar un seguimiento adecuado fuera de ellas. FilippoBacci / Getty

También debemos ver que no sólo busca tener sesiones y más sesiones. Lo importante es ver que realmente busca que haya un trabajo, una mejora, que es coherente con nuestras necesidades y no funciona por mero interés económico. Eso se notará si hay un seguimiento fuera de las sesiones, si hay una implicación, es decir, que nos sentimos únicos y no como un número más de una lista.

7.- Resultados

Por último, y no menos importante, hay que notar que estamos mejorando, que día tras día hay un progreso de la situación por la que fuimos a terapia (por supuesto siempre preguntándonos antes si estamos llevando a cabo las tareas terapéuticas que el psicólogo nos recomienda). Si pasado un tiempo vemos que no hemos avanzado nada, quizá no es el profesional que necesitamos o no es nuestro momento personal para hacer el cambio.

¿Tienes alguna duda?

Envía tu consulta a: lalcoba@lavanguardia.es