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Científicos descubren el motivo del aumento de peso tras la menopausia

El estudio podría ser el principio de una solución

Es matemático, llegas a una edad en la que cada vez las dietas son más duras y se hacen más cuesta arriba, las interminables clases de spinning, zumba y pilates apenas ofrecen resultados, la supuesta efectividad de las ‘cremas milagrosas’ es una broma, por no hablar de las que se gastan un dineral en los tratamientos más punteros de estética y a los meses están igual.

La lucha para bajar de peso y tener el cuerpo que los dictámenes sociales mandan es exhausta y desesperante, en especial, para aquellas mujeres que han entrado en la menopausia y cada vez les cuesta más ponerse en forma o ven como, llevando la misma vida, aumentan de peso.

Según un estudio, la culpable de este incremento de peso que experimentan la mayor parte de las mujeres de mediana edad es la hormona foliculoestimulante (FSH en inglés) que, tras la menopausia, aumenta sus niveles y provoca un gasto energético de reposo relativamente bajo, así como genera mayor adiposidad.

De esta manera, es la responsable de la redistribución de grasa en el cuerpo de muchas mujeres que pasan de tener una figura tipo ‘pera’ a ‘manzana’, pues se produce una mayor acumulación en torno a la cintura y el abdomen. También de la pérdida de masa ósea que deriva en problemas de osteoporosis.

La culpable del incremento de peso tras la menopausia podría ser la hormona foliculoestimulante, que al aumentar sus niveles tras la menopausia, provoca menor gasto calórico y mayor adiposidad”

La investigación, llevada a cabo en ratones, ha demostrado que si se bloquea la producción de esta hormona, se solucionan la mayor parte de estos problemas ya que aumenta el consumo calórico, se reduce la grasa abdominal, se ralentiza la pérdida ósea e incluso se fomenta la apetencia por la actividad física.

El Dr. Mone Zaidi, profesor de medicina en la Icahn School of Medicine del Monte Sinaí (Nueva York), y su equipo crearon un anticuerpo que bloqueaba la hormona y lo aplicaron en hembras de ratón cuyos ovarios habían sido extirpados.

Debido a que ya no producían estrógenos, lo más lógico hubiese sido que experimentasen una perdida ósea, dado que -al igual que sucede en las mujeres- la médula ósea se llena de grasa en vez de generar células óseas, de ahí la pérdida de densidad. No obstante, debido a que recibieron dichos anticuerpos, lo que sucedió para sorpresa de los científicos es que perdieron grandes cantidades de grasa en vez de hueso.

Para tan espectacular hallazgo, los investigadores tienen una teoría que puede explicar el aumento de las tasas metabólicas en los ratones a los que se les bloqueó esta hormona. La explicación es sencilla, pues hay dos clases de grasa en el cuerpo: la grasa blanca -almacena reservas y es la de mayor riesgo, pues se puede acumular alrededor de los órganos y derivar en diabetes u otras enfermedades- y la grasa marrón -que tiene la capacidad de consumir energía en forma de calor-.

En el experimento con ratones, aquellos a los que se les bloqueó la producción de la hormona, la grasa blanca se convirtió en marrón”

La grasa marrón es más común en los niños, sin embargo, los adultos también conservan pequeñas cantidades. En los ratones experimentales, la grasa blanca se estaba convirtiendo en grasa marrón. Aún así, el Dr. Rosen no quiere aventurarse a asegurar que ocurrirá lo mismo en seres humanos.

Asimismo, hay más estudios que han investigado esta relación entre el cambio hormonal sucedido en la menopausia y el aumento de peso. Es el caso de la Dra. Wendy Kohrt, profesora de medicina en la Universidad de Colorado, quien también administró un fármaco a mujeres premenopáusicas sanas para bloquear la producción de estrógeno y la hormona foliculoestimulante, de manera que la menopausia se volviese un estado reversible.

Aunque no está claro que ésta sea la única causa, pues hombres con cáncer de próstata avanzado son tratados con Lupron, medicamento que inhibe la producción de testosterona y la hormona foliculoestimulante, y la gran mayoría sufren un aumento de su grasa abdominal. Si que es cierto que puede deberse a la perdida de testosterona. De ahí que los científicos no quieran apresurarse a darlo por seguro hasta que no haya suficientes estudios probados en humanos.