No poder verse ni convivir físicamente de forma regular representa uno de los escenarios más desafiantes a los que puede enfrentarse una pareja, aunque se trata de algo bastante común. Las relaciones a distancia pueden surgir por causas laborales o de estudios, debido a circunstancias familiares o incluso por el hecho de haber comenzado este vínculo en un país o ciudad distinta. En estos casos, la pareja se ve obligada a permanecer separada durante largos periodos de tiempo, lo que acarrea toda una serie de retos, que toman forma de celos, problemas de comunicación, falta de contacto físico, sentimiento de soledad, entre otros. Por todo ello hay quienes se preguntan si se puede sostener una relación a distancia o no.
Cuando una pareja debe enfrentarse a este tipo de situación, el vínculo se ve afectado de distintas formas. Entre las positivas se incluyen el fortalecimiento de la pareja, que valora más los momentos y el tiempo juntos, también se establecen objetivos y metas comunes orientadas al futuro de la relación, como mudarse juntos. Pero, en lo que se refiere al lado negativo, el desgaste y el estrés emocional suelen comprometer la balanza, ya que generan ansiedad, frustración y tristeza. Y también cabe resaltar dos factores que son las principales dificultades de las relaciones a distancia y, a menudo, vuelven la situación insostenible: la dependencia emocional y los celos y la falta de confianza.
Consejos para superar la dependencia emocional y los celos en relaciones a distancia
La dependencia emocional se produce cuando una parte de la pareja siente una necesidad excesiva por obtener la atención y el afecto de la otra, a la vez que debe lidiar con el temor al abandono. En las relaciones a distancia, esta se ve intensificada y acompañada por los celos, alimentados por la incertidumbre. Todo esto suele traer consigo conflictos, desgaste emocional, ansiedad, pensamientos obsesivos y frustración, según advierte el equipo del Centro de Psicología UPAD. Sin embargo, se pueden aprender ciertas acciones para aprender a gestionarlos de forma saludable, tal y como apuntan los psicólogos.
