¡Fuera mitos! El chocolate, ni es adictivo ni alivia el estrés
Día Internacional del Chocolate
Los estudios existentes no aportan suficientes evidencias sobre los beneficios que a veces se le atribuyen
Razones por las que el chocolate blanco siempre ha estado ligado a la polémica
Hoy, 13 de septiembre, en toda Europa se celebra el Día internacional del Chocolate, coincidiendo con la fecha de nacimiento de Roald Dahl, autor de Charlie y la fábrica de chocolate . Alrededor de este alimento y de sus efectos sobre nuestro organismo hay bastantes mitos y creencias: ¿Crea adicción? ¿Puede ayudar a reducir el estrés? ¿Es saludable?¿Previene las enfermedades cardiovasculares? ¿Engorda?
Una de las creencias sobre el chocolate que más puede preocupar a sus incondicionales es su hipotética capacidad de crear adicción. ¿Qué hay de cierto en ello? Todavía no se han llevado a cabo muchos estudios sobre los efecto s negativos de consumirlo, de manera que no es posible atribuir esta propiedad al chocolate, explica Alicia Aguilar,profesora de los estudios de Ciencias de la Salud de la UOC. “A veces, la presencia de algunos nutrientes o componentes (grasa, polifenoles, antioxidantes…) lleva a extrapolar los posibles efectos del compuesto a todo el alimento, pero hay que comprobarlo con estudios científicos que valoren el consumo del alimento completo”, añade.
A veces, la presencia de algunos nutrientes lleva a extrapolar los efectos de un compuesto a todo el alimento”
En el caso del chocolate, una de estos compuestos que pueden haber contribuido a su mala fama es la anadamida, que es similar a alguna de las sustancias liberadas cuando se fuma cannabis. Pero la anadamida, que ciertamente está presente en el cacao –sobre todo el fermentado– también se encuentra en los erizos de mar o en algunos preparados a partir de huevos de pescado como la bottarga. También está presente de forma natural en nuestro cerebro, y comer chocolate puede hacer aumentar sus efectos y darnos la sensación de que nos relaja.
Pero una cosa es que algo nos guste mucho porque es dulce y graso –evolutivamente estamos adaptados para que nos gusten este tipo de alimentos–, y otra muy distinta que sea adictivo.Claro que gracias a ser dulce y graso, el chocolate se convierte, a la vista de los cánones dietéticos actuales, en un alimento prohibido. Y ya se sabe que nada se desea más que aquello que tiene esta etiqueta.
En cualquier caso, nunca hay que confundir pasión con adicción. También hay una razón histórica curiosa –no exenta de cierta dosis de sexismo– para que el chocolate haya sido considerado un alimento potencialmente adictivo.
Nos gusta mucho el dulce y lo graso, pero eso no implica que sea adictivo
Según se explicó en el Congreso Internacional sobre Historia de la ciencia, la tecnología y la medicina de la Universidad de Manchester, las monjas mexicanas del siglo XVIII eran grandes consumidoras de chocolate. Por eso, cuando se promulgaron normas que les impidieron seguir teniendo sirvientes y debieron comenzar a preparar su propia comida, el consumo de cacao disminuyó drásticamente, y parece que hubo una gran cantidad de ataques de histeria. A raíz de esto, un médico mexicano de esa época, José Bartolache, se mostró convencido de que el cacao jugaba un papel fundamental en determinados problemas de salud. Nadie ha dicho nada de que lo mismo pasara con los monjes.
Sobre la creencia de que el cacao puede afectar el estado anímico, Aguilar asegura que “aunque algunas investigaciones sí que se han centrado en el impacto que puede tener en los problemas neurológicos –especialmente sobre la depresión– por su posible efecto antiinflamatorio y porque promovería la producción de neurotransmisores como la serotonina, todavía no hay muchos estudios sobre este aspecto y es pronto para afirmar que pueda tener algún impacto en estos casos”.
De todas formas, utilizar el chocolate parara “calmarse” tampoco parece la mejor idea, como no lo es en general comer por impulso. “Uno de los efectos del estrés es que nos hace comer más y peor, porque buscamos satisfacciones inmediatas y compensar con alimentos ricos en grasa y azúcares la ansiedad que nos producen factores externos a la alimentación”, dice Manuel Armayones, psicólogo y director de desarrollo del eHealth Center, centro de salud digital de la UOC.
Pero esta satisfacción inmediata que aporta la comida no es duradera, de manera que la fuente de estrés se mantendrá. “La comida, y en este caso el chocolate, no se deben que usar como un medicamento, ni siquiera con la excusa de concederse un capricho en un mal momento”, observa Armayones. Para este experto, en momentos de ansiedad, “hace falta detenerse, no comer por impulso, y analizar y atacar las fuentes reales que nos provocan esta ansiedad”, y advierte que precisamente el estrés está detrás de muchas dietas poco saludables.
La ciencia corrobora esta opinión. Un estudio elaborado en el Instituto Regional de Salud Ocupacional de Oulu (Finlandia) demostró que el índice de masa corporal es más elevado en las personas que comen en situaciones de estrés. La investigación demostró que estas personas tienden a comer más alimentos como salchichas, hamburguesas, chocolates y pizzas. “Cuando las personas tienen un nivel de estrés alto, suelen omitir comidas importantes y tienden a servirse raciones más abundantes y a comer más alimentos inadecuados de lo que sería saludable”, recalca María José Acebes, neuropsicóloga y profesora colaboradora de los estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.
Otras investigaciones también relacionan el chocolate con una mejora de la capacidad cognitiva y del funcionamiento del cerebro. De hecho, científicos de la Universidad de L’Aquila (Italia) descubrieron que tomar cada día una dosis de chocolate actúa como un suplemento dietético para contrarrestar el deterioro cognitivo. Según esta investigación, publicada en la revista Frontiers in Nutrition , el cacao mejoraría la memoria de trabajo y el procesamiento de la información visual. Los flavonoides también pueden estar detrás de estas propiedades del cacao en los procesos de memoria y de su efecto positivo en el envejecimiento cerebral, “ya que son protectores celulares, y por tanto de las neuronas”, explica Acebes.
La comida no se debe usar con la excusa de concederse un capricho en un mal momento”
En todo caso, se ha investigado más sobre otras propiedades del cacao que apuntan que consumirlo en pequeñas cantidades podría repercutir beneficiosamente en la salud. “Hay trabajos que sugieren los efectos protectores del cacao en la salud cardiovascular de las personas por su alto contenido en polifenoles (flavonoides y procianidines) y su papel como antioxidante, antiplaquetario y antiinflamatorio”, señala Alicia Aguilar.
Pero desde Nutrimedia, el centro de la UPF que se dedica a evaluar el nivel de certidumbre de los mensajes nutricionales que recibimos, enfatizan que “todas las afirmaciones que se hagan en nombre de la ciencia sobre el supuesto efecto beneficioso del consumo de chocolate en la salud cardiovascular son infundadas y gratuitas. No se ha probado científicamente que comer chocolate tenga ningún efecto protector. Para responder a la cuestión de si el chocolate es beneficioso o no para la salud cardiovascular, faltan estudios de calidad”.
Así que hay que ser cauto a la hora de relacionar el chocolate con la salud. De entrada, porque “es mejor hablar de patrones de alimentación saludable, ya que no tomamos los alimentos aisladamente, sino dentro de una dieta. Por lo tanto, siempre conviene hablar de los posibles beneficios de un alimento en el contexto de una dieta y un estilo de vida”, no en sí mismo, indica Alicia Aguilar.
Y además porque la mayoría del chocolate que se consume no es cacao puro, sino que “contiene otras sustancias cuyos efectos sobre la salud podrían no ser buenos”, explica María José Acebes. Cuando se llevan a cabo investigaciones sobre las propiedades beneficiosas del chocolate, siempre se estudia el cacao puro, natural y sin tratar, “por eso, cuando se consuma chocolate, cuanto más negro y puro sea, mejor”.
La mayoría del cacao que se consume no es puro; contiene otras sustancias que podrían no ser buenas para la salud”
Finalmente, la pregunta que se hacen muchas personas: ¿engorda tanto como dicen? Es cierto que el peso corporal de una persona depende de muchas variables, como las cantidades ingeridas, la dieta general, la actividad física, etcétera. Pero, en líneas generales, el chocolate “tiene un contenido energético elevado; dependiendo del tipo de chocolate, los valores oscilan en torno a las 400-500 kcal por cada 100 gramos”, concluye Aguilar.