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6 hábitos de las personas que se subestiman

Y cómo mejorar tu autoestima

Marga Frontera / Getty

¿Eres una persona que se cuestiona a si misma todo el rato? ¿Siempre te comparas con los demás o te afecta lo que piensen de ti? Puede que aún no te hayas dado cuenta, pero es posible que tengas un problema de baja autoestima.

Tener un mal concepto de uno mismo puede influir en la mayoría de los principales aspectos de tu vida de una forma muy negativa.


La autoestima se forma desde la infancia y según el contexto histórico

El concepto de uno mismo “está formado por múltiples elementos como la manera de ser, quienes somos, los rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad. También influye el ambiente familiar, social y educativo en el que se está insertado y los estímulos que éste le brinde”, explica Carmen Ferrer Román, vicepresidenta de la Junta de la Secció de Psicologia Clínica de la Salud i la Psicoterapia del COPC.

El autoconcepto se forma desde la infancia, junto al crecimiento y al paso del tiempo. A partir de los cinco o seis años, indica la experta, es cuando se comienza a tomar conciencia y se percibe la imagen que tienen los demás de nosotros. Y es primordial el papel que tienen los que nos rodean -padres, maestros, compañeros o amigos- cuando esta imagen se va conformando y construyendo.

Otro de los factores que puede ser crucial, según aclara la psicóloga, es el sistema de ideales culturales que cambia en función del momento histórico: “La autoestima de un sujeto de nuestro tiempo, puede diferir mucho de la que tuvo alguien que vivió siglos atrás o de la que tendría otro que viva en un futuro lejano”.

“Pero no se debe confundir esta consideración, con la aceptación a ultranza de los ideales sociales de cada momento que ordenan ser de una determinada manera para ser aceptado por los demás. Porque eso es un sometimiento a los dictados del grupo en que se vive”, continúa la experta.

El concepto de uno mismo está formado por elementos como la manera de ser, quienes somos, los rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad

VladSt / Getty

El autor de ‘Autoestima e Identidad. Narcisismo y Valores sociales’, Luis Hornstein, propone que consideremos la autoestima como una necesidad básica que actúa como un sistema inmunológico del psiquismo, proporcionándonos resistencia, fortaleza y capacidad de recuperación.

Sin embargo, hay a quienes este sistema inmune no les funciona como debería e incluso se vuelve en su contra.

Las personas que se subestiman comparten una serie de características comunes:


1. Pesimismo y negatividad

Si eres de los que lo ve todo negro y sin salida, deberías replantearte intentar ver las cosas con un poco más de optimismo.

“Si tenemos una buena autoestima podremos reaccionar de una manera más positiva y constructiva ante las dificultades. Con más confianza, tendremos mayores posibilidades de autorrealización y podremos ser felices en la medida de nuestras posibilidades”, apunta Ferrer.


2. Tendencia a “autofustigarse”

El autoconcepto se forma desde la infancia, junto al crecimiento y al paso del tiempo. A partir de los cinco o seis años

Jeremy Woodhouse/Holly Wilmeth / Getty

Muchas veces se puede llegar a ser tan exigente con uno mismo que te conviertes en tu propia víctima y verdugo.

Según la experta, “es importante que trabajemos la capacidad de autoaceptación”. Es decir, admitir con naturalidad los aspectos de nosotros mismos que no nos favorecen o nos limitan y ser conscientes de que no somos infalibles.


3. Excesiva modestia, falta de seguridad y confianza

¿Nunca sabes como encajar un halago o un cumplido?

Aunque la humildad es una virtud, no ser capaz de aceptar los elogios de los demás puede ser un indicador de inseguridad y falta de confianza en uno mismo.

Todos tenemos complejos que nos hacen en ocasiones dudar de nuestras posibilidades, pero debemos luchar contra esto y relajarnos cuando alguien decide lanzarnos un piropo.


4. Dar demasiada importancia a lo que opinan los demás

No puedes pasarte el día pensando en “qué pensará fulanito o menganito sobre ti”.

No existe una buena autoestima sin los otros, pero tampoco podemos pasarnos el día pensando en “qué pensarán los demás”

Mads Perch / Getty

“Es cierto que no existe una buena autoestima sin los otros, pero tampoco contra los otros o a costa de los demás. No hay autoestima pensable por fuera de la intersubjetividad, o sea, de la relación y el respeto”, indica la psicóloga.


5. Anteponer la felicidad de los demás a la propia

Ser altruista y pensar en los demás casi siempre es un rasgo positivo. Pero, cuando se convierte en el motor fundamental por encima de tus propios intereses puede ser un problema de falta de autoestima.


6. Celos y envidia

Desear la vida de otros o estar comparándote con los demás de forma continua también supone una falta de confianza en uno mismo, y una manera de despreciar y subestimar lo que tenemos.

No podemos tener siempre una actitud de víctima, en la que los demás lo tienen todo y nosotros nada.


Cómo aumentar la confianza en uno mismo

Debemos colocarnos en nuestra circunstancia personal y no aspirar a más de lo posible

Axel Bueckert / EyeEm / Getty

Dar consejos no siempre es efectivo, explica la psicóloga. Sin embargo, considera que hay dos cuestiones esenciales que pueden ayudar a “desbloquear” la autoestima:

1. Hay que aceptar los condicionantes y limitaciones de uno mismo: no todo es posible ni todo se puede conseguir. Nos hemos de colocar en nuestra circunstancia personal y no aspirar a más de lo posible, o sea, aceptar nuestros propios límites.

2. Hay que aceptar las pérdidas y hacer el duelo que corresponde por lo perdido: esa es la única manera de no quedar atrapado en ese vínculo con algo o alguien que ya no está con nosotros, no nos pertenece y que es nocivo porque inmoviliza el deseo de hacer y conseguir cosas. Lo que eleva la autoestima es el éxito en la persecución de lo que deseamos.