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Madrugador o trasnochador: ¿qué tipo eres?

La clave está en los ‘relojes’ internos

John Dowland / Getty

“A quien madruga, Dios le ayuda”, aunque “no por mucho madrugar amanece más temprano”.

El mundo se divide entre búhos y alondras. Personas que prefieren la noche y personas que prefieren el día.

Esto ocurre porque nuestra vida está marcada por tres “relojes”, concluye un estudio del Instituto de Psicología Médica de Munich.

Uno de ellos es solar y se encarga de proveer luz, y determinar la organización y conducta de los seres vivos. Otro es biológico. Este es responsable de la organización temporal endógena de los procesos vitales. Y el tercero es el social, que da las pautas horarias de interacción con el medio. Todos ellos influyen tanto a nivel biológico como psicológico.

Nuestra vida está marcada por tres 'relojes'”

La forma en la que funcionan es sencilla: cuando la luz entra a través del ojo y llega al núcleo supraquiasmático -el grupo de neuronas encargado de regular los ritmos circadianos- se inhibe la producción de la hormona inductora del sueño y nos ponemos en marcha.

Estos ritmos pueden cambiar y, como explica la doctora Montserrat Amoros Gomez, miembro del Col•legi Oficial de Psicología de Catalunya, “ajustarse a las necesidades y a las etapas vitales que la persona esté viviendo”.

“Por ejemplo, cuando somos padres por primera vez nos volvemos vespertinos, dedicamos tiempo en la noche a estar pendientes de nuestros hijo, si duerme bien, si respira bien, si necesita que le preparemos un biberón, y por la mañana, cuando el bebé está durmiendo aprovechamos también para dormir, nos ajustamos a la etapa que estemos viviendo”, continúa la experta.

Entonces, ¿cuáles son las características de cada uno?


El madrugador empedernido

El reloj solar se encarga de determinar la organización y conducta de los seres vivos

LWA/Dann Tardif / Getty

Responsables, agradables y persistentes. Los madrugadores parecen ser mejores estudiantes y tener hábitos son más sanos, según sugieren un estudio en el que han participado distintas instituciones como la Universidad de Barcelona, la Universidad de Surrey (Reino Unido) y la Universidad de Bolonia.

A diferencia de los vespertinos, que se caracterizan por estar menos adaptados a su entorno, las personas matutinas se habitúan con mayor facilidad a lo que les rodea.

El hecho de ser madrugador parece una de las claves del éxito. Es un hecho conocido que muchos de los directivos de grandes empresas tecnológicas, como Marissa Mayer, CEO de Yahoo, o Tim Cook, CEO de Apple, se levantan muy temprano y realizan diversas actividades antes de que el reloj marque las ocho.

Las alondras parecen tener la clave del éxito”

Algo que se pudo ratificar en un estudio de la Universidad de Educación de Heidelberg, en el que se comprobó que las personas madrugadoras eran más productivas.

Pero no todo son ventajas en el mundo de las alondras. También son más dependientes de su entorno y menos flexibles a los cambios de horario.


Los búhos de la noche

los vespertinos se caracterizan por estar menos adaptados a su entorno

Dave Fleetham / Getty

La creatividad parece ser uno de sus puntos fuertes. Los nocturnos pueden desarrollar soluciones más originales, alternativas y con un espíritu menos convencional que los madrugadores, según los resultados de un estudio de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán.

“En este sentido, los datos pueden sugerir una tendencia de los vespertinos a ser más creativos que los matutinos. Aunque también encontramos investigaciones que afirman que es en las horas que no les corresponden cuando son más creativos”, apunta la psicóloga Amoros Gomez.

Este cronotipo, según revelan algunas investigaciones, se puede ver más afectado por problemas como el jet-lag y ser más propenso a sufrir problemas de depresión o ansiedad. Incluso pueden llegar a tener mayor facilidad para crear dependencia al consumo de drogas.

Y tú, ¿eres alondra o búho?