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Por qué sentimos atracción por algunos desconocidos

La curiosidad, el lenguaje no verbal, el contacto y las feromonas que son factores importantes en la atracción

Deborah Jaffe / Getty

Por qué tienes flechazos con extraños y por qué tu novio y tu os parecéis, según la ciencia

A todos nos ha pasado alguna vez aquello de que, al llegar a un lugar, un extraño llame nuestra atención de forma especial. De pronto, el pulso empieza a acelerarse y: ¡zas!, las miradas se cruzan e incluso se mantienen durante un tiempo.

Se trata de una atracción espontánea que, a veces, no logramos explicar. Sin embargo, la ciencia tiene una respuesta para esta cuestión y otras dudas relacionadas con la atracción y la búsqueda del amor.

¿Por qué me siento atraído por extraños?

Las zonas del cerebro relacionadas con la sensación de recompensa se activan cuando podemos interpretar mejor los sentimientos de las otras personas

Erik Dreyer / Getty

Podríamos pensar que, cuando espontáneamente nos sentimos atraídos por desconocidos, se trate de cuestiones del destino. Sin embargo, no es así. Un grupo de investigadores de distintas universidades alemanas ha dado una respuesta bastante menos espiritual al asunto.

Para poder entender y explicar qué ocurre en nuestro cerebro cuando sentimos este tipo de atracción, los científicos alemanes contaron con un grupo de 19 hombres y 21 mujeres que, voluntariamente, se sometieron a distintas pruebas.

Un primer grupo tuvo que observar varios vídeos en los que diferentes mujeres expresaban emociones como el miedo o la tristeza. Además, tanto antes como después del vídeo, los investigadores pidieron a los participantes que vieran fotos de las mismas mujeres y respondieran a preguntas como si les gustaría quedar con ellas o si creían que ellas les entenderían.

La segunda prueba se hizo con otro grupo de participantes. En ella se repitió el mismo procedimiento, pero esta vez se les realizó una resonancia magnética para averiguar qué partes del cerebro se activaban con el ejercicio.

A veces nos olvidamos de que somos una especie animal”

Francisca MoleroDirectora del Instituto Iberoamericano de Sexología y codirectora del Institut de Sexología de Barcelona

Tras contrastar los datos de ambas pruebas, los investigadores llegaron a la conclusión de que cuanto más seguros estaban de su capacidad para identificar las emociones, más atraídos se sentían por ellas. Y es que, en la resonancia magnética, pudieron ver que las zonas del cerebro relacionadas con la sensación de recompensa se iluminaban cuando podían interpretar mejor los sentimientos de las otras personas.

La directora del Instituto Iberoamericano de Sexología y codirectora del Institut de Sexología de Barcelona, Francisca Molero, explica que “leer las emociones en el rostro activa nuestra capacidad de empatía”. Además, añade que “suelen atraer mucho más las expresiones de tipo optimista que las de tipo pesimista”.

Otros factores a tener en cuenta son, según la experta, “la curiosidad, el lenguaje no verbal, el contacto y las feromonas que son importantes para tener feeling. Por eso, muchas veces ves a alguien y te cae bien, incluso parece que le conoces de toda la vida, aunque no hayas intercambiado ni una sola palabra”.

Nos sentimos atraídos por aquellos que comparten similitudes morfológicas con nosotros”

“A veces nos olvidamos de que somos una especie animal y, a pesar de que el instinto y la supervivencia de la especie estén muy sublimados por un mundo tan tecnológico y desarrollado como el que tenemos, la parte biológica es muy importante”, afirma la experta.

Pero, además de las emociones y el instinto animal, hay otros factores que determinan la atracción que podemos sentir hacia una persona.

El mito de Narciso y la media naranja

Los participantes de un estudio de la Universidad de Illinois se sintieron más atraídos por las imágenes que mezclaban los rostros de otras personas con los suyos

By Wunderfool / Getty

¿Alguna vez te han dicho lo mucho que os parecéis tu pareja y tú? Es una situación un poco rara e incómoda pero varias investigaciones apuntan a que nos sentimos atraídos hacia quienes comparten similitudes con nosotros o nuestros padres.

Este tema tan freudiano llamó la atención de científicos de la Universidad de Illinois, que realizaron un estudio en el que se pidió a un grupo de personas que puntuasen fotografías de extraños según les atrajesen más.

Lo que los participantes desconocían es algunas de las caras de las personas de las fotografías estaban mezcladas con sus propios rostros y con los de alguno de sus padres. La sorpresa fue que fueron precisamente estas imágenes las que obtuvieron mayores puntuaciones.

Parece que Narciso no es el único que se sentía atraído hacia si mismo y, según esta investigación, el tópico de “la media naranja” puede al de “los polos opuestos se atraen”.

Un estudio descubrió que la mayor parte de las parejas tienen personalidades muy similares”

“Esto se produce por la familiaridad, por reconocer una cierta igualdad genética, aunque estos sentimientos de reconocimiento no solo tienen que ver con la similitud morfológica o fenotípica, sino con la interacción de apego que también tenemos con nuestros familiares”, apunta la Molero.

Este hecho también quedó reflejado en otro estudio, donde se examinaron 1.523 parejas, que llegó a la conclusión de que la mayoría de las personalidades de novios y amigos eran muy semejantes, hasta el punto de poder considerarse “un estándar psicológico” a la hora de formar relaciones.

Pero esto puede ir aún más allá, cuando se trata del instinto que nos asegura que nuestros genes serán transmitidos de una manera segura. En un estudio de la Universidad de Colorado, analizaron el ADN de 825 parejas y descubrieron algo sorprendente, había más coincidencias genéticas entre ellos que con desconocidos.

Por ello, tal vez no debamos preocuparnos si en cierta ocasión alguien nos saca parecido con nuestra pareja o afirma que es idéntico a nuestro propio padre.