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No, castrar no es lo mismo que esterilizar, ni afecta igual a gatos y gatas

La sexualidad de los felinos

El método y el momento elegido repercuten en el comportamiento y la salud del animal

El método de esterilización que se elija incidirá en la conducta del animal

Maksymowicz / Getty Images/iStockphoto

El comportamiento reproductivo de los gatos no es equiparable en muchos aspectos al de otros animales de compañía, como los perros. Su complejidad y sus especificidades hacen que elegir cómo se esteriliza a un gato o a una gata no sea un asunto menor. Más bien todo lo contrario.

Los veterinarios advierten de antemano que se habla demasiadas veces con frivolidad de la esterilización, el acto médico o quirúrgico que impide que una mascota se reproduzca. Falta información y acabar con muchas falsas creencias acerca de una práctica que se ha generalizado en las sociedades desarrolladas para evitar la sobrepoblación y el abandono de animales domésticos.

Existen muchas falsas creencias acerca de la castración y la esterilización de los gatos

GummyBone / Getty

La diferencia

Extirpar o no los órganos

Lo primero que conviene saber es que el método que se elija, ya sea la esterilización –que puede ser quirúrgica o química–, o la castración –que incluye la extirpación de los órganos sexuales–, tiene repercusiones en el comportamiento de los felinos. Y hay que tener en cuenta además que estas intervenciones no tienen las mismas consecuencias para las gatas que para los gatos.

Se puede esterilizar quirúrgicamente a un gato –realizando una vasectomía si es macho o una ligadura de trompas si es hembra–, pero su comportamiento reproductivo seguirá siendo exactamente el mismo, aunque no pueda tener camadas. El macho seguirá marcando con la orina (o arañazos) y la hembra seguirá entrando en celo y aparecerá la misma incidencia de tumores de mama en el caso de las hembras. La veterinaria Maria Pifarré considera que “en gatos es más interesante extirpar los órganos por problemas de comportamiento, porque el marcaje de los machos desprende un olor muy intenso, y en el caso de que el animal viva en un piso resulta muy desagradable”.

Cambios de comportamiento

Gatos más tranquilos, gatas más dominantes

Con la extirpación de los órganos sexuales desaparecen las hormonas y los animales cambian su comportamiento. Hay que tener en cuenta el carácter y el estado de salud de la mascota antes de elegir si se castra o no a un gato. Los veterinarios recomiendan la castración en machos agresivos y dominantes, y también en aquellos que padezcan hiperplasia prostática. Al contrario, puede también estar “completamente contraindicado en hembras dominantes y agresivas y en animales hipotiroideos”, advierte Pifarré. Los estrógenos suavizan el carácter de las gatas, por lo que en el caso de hembras con mucho carácter, muy agresivas y dominantes, la castración puede generar problemas en un futuro.

En el caso de los gatos, se evita también que se escapen buscando hembras o que se peleen con otros gatos en una pugna por la territorialidad. Sin los testículos, el gato no segrega testosterona y es menos agresivo, por lo que también acepta mejor a otros felinos.

Si el gato no segrega testosterona acepta mejor a otros felinos

Los estrógenos suavizan el carácter de las gatas

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Beneficios para la salud

Menos tumores

La castración, dicen los veterinarios, tiene muchas más ventajas que desventajas. En las hembras previene infecciones de matriz, tumores de mama, de matriz y de ovarios; elimina el celo y los problemas de comportamiento asociados al celo. Las gatas entran celo cuando llega el buen tiempo, en la primavera, hasta que son montadas. Si no es montada, la gata puede llegar a tener incluso un celo semanal. En gatas que viven en pisos, con una temperatura homogénea durante muchos meses, se puede llegar a confundir al animal, que entra en celo continuamente, lo que puede derivar en patologías graves, como tumoraciones. Con la castración se evita.

En el caso de los machos, los especialistas explican que con la extirpación de los órganos sexuales se previenen también los tumores testiculares, prostáticos y muchos de los tumores anales.

Desventajas

Incontinencia y sobrepeso

Curiosamente, los veterinarios explican que se encuentran con muchas más reticencias de los dueños de las mascotas para extirpar los órganos sexuales al macho. “Los testículos son sagrados, especialmente en países de la cultura mediterránea”, destaca Pifarré.

No todo son ventajas en la castración, porque puede provocar incontinencia urinaria, cambios negativos de comportamiento y una tendencia mayor a la obesidad. Con toda la información sobre la mesa y el asesoramiento de un veterinario, habrá que elegir al final la mejor opción. “Yo recomiendo la castración en los gatos, sobretodo porque su comportamiento entra mucho en conflicto en lo que es vivir en un piso”, destaca Pifarré, miembro del Consell de Col·legis de Veterinaris de Catalunya (CCVC).

Los veterinarios observan más reticencias a la hora de extirpar los testículos a los gatos que cuando plantean castrar a las gatas

Viktor_Gladkov / Getty Images/iStockphoto

El mito de ser madres

Para las hembras las relaciones son muy dolorosas

“Se está olvidando educar a la población para buscar el bienestar de los animales de compañía”, añade Pifarré. La excesiva humanización de los animales hace que algunas personas piensen que si se frustra la capacidad reproductora de las gatas impiden al animal vivir en plenitud. “Los animales no desean ser madres, para ellos es un instinto que depende de la secreción hormonal del momento; por lo tanto no les aporta nada en su desarrollo el hecho de responsabilizarse de sus crías, lo cual no harán nunca”, explica la veterinaria.

Para las hembras, las relaciones sexuales son muy dolorosas. “La monta para la gata es una experiencia muy desagradable. Las gatas son de ovulación inducida: no ovularán nunca si no son montadas. Los machos tienen unas espículas en el pene que cuando lo retiran produce un desgarro vaginal y este dolor hace que los óvulos caigan”, detalla Pifarré.

El momento ideal

La edad y la salud del animal condicionan

No se puede programar la intervención quirúrgica en función de la agenda del propietario de la mascota. Elegir un buen momento garantiza la mejor recuperación, pero hacerlo en un momento inadecuado puede poner incluso en riesgo la salud del animal. Una hembra en celo, con todos sus órganos reproductivos congestivos y un gran aporte sanguíneo, aumenta el riesgo de complicaciones; si además está ovulando, se facilitan las infecciones. Habitualmente, los gatos se esterilizan entre los cinco y los siete meses de vida.

No se puede programar la intervención en función de la agenda del propietario; depende del animal

Los gatos se suelen esterilizar entre los cinco y los siete meses de vida

Martí Paola