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¿Qué puedes hacer si tu gato engorda?

El bienestar de tu mascota

El sobrepeso puede provocar enfermedades graves como la diabetes, la artrosis o las infecciones de orina

Sí, demostrado: los gatos reconocen su nombre cuando los llamas

Un gato con algo de sobrepeso tumbado en el sofá de un hogar

Lulamej / Getty Images/iStockphoto

¿Por qué engordan los gatos y por qué cada vez es más habitual ver en las casas felinos de doce kilos, con un aspecto supuestamente apacible que erróneamente se atribuye a la buena salud del animal? “Si no existe una patología o un tratamiento médico, el gato engorda porque el ingreso de calorías es superior al gasto”, explica Maria Pifarré, veterinaria. La respuesta fundamental está, pues, como sucede con los humanos, en el equilibrio entre las calorías que gastan con su actividad diaria y las que ingieren a través de su alimentación.

Pero lo que puede parecer sencillo, un juego de sumas y restas, se complica en el día a día por la falta de tiempo para dedicarle al gato para que juegue en casa, y por el exceso de comida que los dueños dan a sus mascotas con la mejor intención. El equilibrio entre una dieta correcta y el ejercicio físico diario son las claves para prevenir la obesidad o conseguir que el gato adelgace si ya ha engordado.

Conviene que los gatos hagan ejercicio físico para evitar que engorden. Nils Jacobi

Toma conciencia

Riesgo de diabetes o artrosis

Porque el sobrepeso no es un asunto menor. Favorece que el gato acabe sufriendo enfermedades graves como la diabetes, o que padezca con mayor frecuencia infecciones de orina. “Son patologías muy complejas de tratar y son graves, pueden provocar incluso la muerte del animal si no puede orinar, por ejemplo. También favorece la artrosis”, destaca Pifarré, miembro del Consell de Col·legis de Veterinaris de Catalunya (CCVC).

Y si el gato acaba con diabetes y se le debe inyectar insulina a diario, su calidad de vida y también el día a día en casa quedan muy comprometidos. “El sobrepeso disminuye la esperanza de vida del gato y provoca complicaciones serias de la salud del animal”, subraya la veterinaria.

Una mujer acaricia a su mascota. Mané Espinosa

Cuida la alimentación

Ojo con darle comida extra

Una de las primeras dificultades con las que se topan los veterinarios en las consultas es hacer entender al propietario del animal que el gato está obeso y que el sobrepeso es un problema para la salud de su mascota. “Tendemos a pensar que si un gato está gordito es porque está sano, que está bien”, alerta Pifarré. Y sucede todo lo contrario.

“No nos gusta que nos digan que estamos haciendo algo mal”, explica la veterinaria. Concienciar a los propietarios es fundamental, como lo es también detectar si hay un problema en la manera de dar comida al felino. “Hay quien da una alimentación extra al gato para descargar su frustración”, advierte la veterinaria.

Que un gato esté gordo no es sinónimo de salud, sino todo lo contrario. Mané Espinosa

Haz que se mueva

Jugar más y a diario con él

Conseguir que un gato haga más ejercicio físico no es una tarea sencilla. Con un perro, alargando los paseos diarios se puede lograr quemar más calorías sin mayor complicación. Con los felinos se tiene que conseguir incrementando básicamente el tiempo de juego entre el humano y el animal, lo que obliga a dedicar de forma diaria y más o menos pautada más tiempo a la mascota cuando estamos en casa.

Los expertos recomiendan actividades sencillas, que diviertan y motiven al felino, como los juegos con una pelota. Si el gato ya tiene mucho sobrepeso, habrá que añadir la dificultad que tendrá el animal para hacer ejercicio y su tendencia al sedentarismo porque moverse le resultará más costoso.

Jugar con el gato en casa contribuye a que el animal pierda parte de las calorías que ingiere. krblokhin

Nútrelo bien

Necesita una dieta específica

Los veterinarios recomiendan que la alimentación del gato se haga con dietas específicas para felinos en lugar de intentar ofrecerles comida variada y equilibrada, algo mucho más dificultoso y complejo. No hay que olvidar que el gato, como cazador, es un carnívoro estricto. “Hay dietas fantásticas en el mercado para perder peso, con un incremento de la fibra y una relación proteica equilibrada”, recomienda Pifarré.

Nutrir bien a un animal es distinto que darle simplemente comida. La forma que tienen los gatos de alimentarse, muy selectivos, añade complejidad, ya que a diferencia de los canes, que comen dos o tres veces al día, los felinos se alimentan esporádicamente, cuando tienen hambre.

Un gato común europeo de tres colores, comiendo. FUNDACIÓ AFFINITY

Ten paciencia

Adelgazan despacio

No se puede pretender que el gato con sobrepeso, que ha ido engordando normalmente en tres o cuatro años de mala alimentación y poco ejercicio, adelgace de forma rápida, lo que sería contraproducente.

“Se tiene que hacer de forma muy lenta, no podemos pretender que pierda dos o tres kilos cada mes”, advierte la veterinaria. Si cada mes se consigue que el animal pierda unos 150 gramos, se está por el buen camino.

“Si cada mes se consigue que pierda unos 150 gramos, se está por el buen camino”

Maria Pifarré
Veterinaria del Consell de Col·legis Veterinaris de Catalunya

Los controles veterinarios mensuales deberán garantizar que el gato está adelgazando de forma correcta, sin perder masa muscular. Si no recibe la cantidad adecuada de proteínas también será perjudicial para el bienestar del felino, que perderá fuerza muscular y tendrá menos ganas de hacer ejercicio físico.

Un gato común europeo descansando en un jardín. FUNDACIÓ AFFINITY

Infórmate

Castrados tienden a engordar más que esterilizados

Existen otros factores que también influyen en el peso del animal. “Los gatos de raza tienen más probabilidades de padecer obesidad que los gatos europeos, los felinos más comunes. Un gato europeo con 12 o 15 kilos es una aberración”, advierte Pifarré. Los gatos castrados también tienen “un 20% más de probabilidades de engordar”, explica la veterinaria, porque su actividad diaria es más baja. No sucede lo mismo con los gatos esterilizados (a los que no se les han extraído los órganos sexuales) porque en su caso, al tener la misma actividad hormonal, el gasto energético es el mismo.

Cuando un gato ya ha engordado y tiene sobrepeso no es fácil romper la dinámica de incremento de peso y empezar a quemar grasa. “Es un pez que se muerde la cola, la obesidad provoca muchas veces patologías y disminuye la movilidad del gato. Si al gato le cuesta más moverse, la tendencia será que disminuya el gasto energético diario”, explica la veterinaria.

Una mujer ofrece un tazón de carne a un gato. ablokhin