Eva Millet desmonta la crianza natural: “Impone un estilo de vida, está haciendo mucho daño”
Mamás y papás
La periodista catalana publica 'Madres mamíferas', un libro que aporta una nueva mirada sobre las teorías del apego como forma adecuada para sacar adelante la educación de los hijos
Tranquilizar a padres y madres es el objetivo que plantea Madres mamíferas (Plataforma Editorial), un libro que desmonta, con datos y mucha bibliografía, las bases de la crianza llamada natural o con apego. Lo ha escrito la periodista experta en educación Eva Millet, colaboradora habitual de La Vanguardia, y se presenta como una reflexión para vivir la maternidad de forma más relajada.
Como también explican otros especialistas (como la psicóloga Paola Roig), la lactancia materna, el parto natural o la crianza con apego, además del colecho, se han convertido en leyes para ser buenas madres y padres. ¿Qué dicen sus estudios? ¿De dónde salen estas corrientes? Según Millet en esta entrevista para RAC1, son unas verdades absolutas, mal entendidas, que llevan a muchas madres a la angustia y la decepción.
Cuentas que algunos reportajes en la prensa sobre la lactancia y la crianza natural han generado incluso amenazas de muerte hacia alguna periodista. ¿No tienes miedo?
No. Mucha gente me dice que no sé en qué jardín me estoy metiendo. Estaba inquieta, pero las ganas de escribir al respecto y explicar bien todos estos movimientos, que pueden dar mucha felicidad, pero también mucha angustia a las madres, son mayores que el miedo.
Pones en duda lo que dicen 'influencers' de crianza, con nombres y apellidos, y nombres de perfiles concretos. ¿Se quiere imponer un discurso?
Esta forma de crianza, que es un estilo de vida, se está convirtiendo en omnipresente en las redes sociales, hay un discurso dominante, tienes que 'colechar', lactancia materna, tener contacto intenso con el bebé, no dejarlo llorar… Todo esto impone un estilo de vida como el adecuado para criar a los hijos con apego. Una cosa es la teoría del apego (apego), de John Bowlby, que está científicamente comprobada, y la otra es la crianza con apego, que es un estilo de vida.
Tienes que hacer colecho, lactancia materna, tener contacto intenso con el bebé, no dejarlo llorar… Se impone un estilo de vida como el adecuado para criar a los hijos”
¿Crees que existen muchas madres afectadas por la presión psicológica de estas teorías sobre la crianza?
Sí, y se ha disparado en los últimos años, hay mucha presión sobre las madres y tiene que ver con el discurso dominante que pone unas expectativas por ser la madre perfecta, que implica una dedicación y unos sacrificios que pocas pueden permitirse. Es un estilo de crianza para madres de clase social media o alta. Ya existen estudios que demuestran que con este modelo de crianza intensivo hay muchas madres que no están bien, tienen muchos problemas psicológicos.
Hablas de un "malestar sin nombre" de las madres. Hay fuentes que hablan de una "nueva forma de esclavitud"...
Lo definió la feminista Betty Friedan, en los años 50, sobre el ama de casa americana, perfecta, encerrada en casa. La 'influencer' de la época era Doris Day. En realidad, estaban fatal, las habían vuelto a encerrar en el hogar después de haber trabajado fuera, en la Segunda Guerra Mundial. Lo que denuncia el feminismo de la igualdad es que el modelo de crianza intensiva que pone el peso en las madres es una regresión, y devuelve a las mujeres al hogar. Elisabeth Badinter, de las primeras que escribe sobre crianza natural, dice ser una nueva forma de esclavitud. Yo creo que se pone a las madres una presión innecesaria y que va en contra de la igualdad.
Hay mucha presión sobre las madres y tiene que ver con el discurso dominante que pone unas expectativas por ser la madre perfecta”
La crianza natural se ve como un movimiento alternativo y progresista. Pero dices que detrás están hombres blancos, conservadores y religiosos. ¿Cuáles son los referentes?
William Sears es un pediatra estadounidense, padre de la crianza con apego en Estados Unidos. Él y la mujer eran cristianos evangelistas, y consideraban que el apego era un designio divino. En los orígenes de la Liga de la Leche, muy influyente en todas las teorías de la lactancia materna, había siete amas de casa que tenían entre todas más de 50 hijos y pertenecían a una organización ultraconservadora de Illinois. Grantly Dick-Read, padre de la teoría del parto natural, consideraba que el parto era una misión espiritual. Muchas mujeres que practican la crianza natural y creen que es un movimiento contestatario, ignoran el origen ultraconservador de todo esto.
El parto natural se evoca como el parto sin anestesia, el de los animales. Hay mujeres que se sienten culpables por necesitar la epidural. ¿Es como una competición?
Totalmente. Es cierto que venimos de un modelo paternalista y en España el parto quizás está demasiado medicalizado, pero se optó por ello para reducir las complicaciones, porque es un momento vital que todavía es delicado para la madre y el bebé. Está muy bien que se reclame que se escuche a la mujer durante el parto, pero de aquí a la presión por parir sin analgesia y que a cualquier intervención médica se le llame violencia obstétrica, nos hemos vuelto a pasar.
De hecho, el término parto natural se ha dejado de utilizar en algunos entornos, por lo que explicas.
El The New York Times decidió hace años que no hablarían de parto natural, sino de un buen parto, que puede ser con o sin epidural, con fórceps o con cesárea. Hay una apropiación de términos preciosos, como natural, apego, respeto, consciente. "Soy una madre conectada, yo crio con apego", eso no es justo, es una apropiación de las palabras.
La lactancia materna está recomendada intensamente por la OMS. Hay fuentes que dicen que quizás se han exagerado sus beneficios…
Es el tema con mayúscula, el eje central de ese estilo de crianza. La lactancia materna es una opción magnífica, pero hay que cuestionar la obligación del amamantamiento y la demonización del biberón, que culpabiliza a las madres de forma nada sana. Existe una gran desconexión entre los datos científicos y lo que dicen las madres. Una madre me decía que tuvo que darle el biberón a la niña con cuatro meses, y tenía la sensación de que le daba lejía. Estaba convencida de que las hijas saldrían obesas, y lo que ocurre es que la lactancia materna la practican las mujeres de clases medias y altas, y en este entorno los niños por lógica son más sanos y tienen más rendimiento académico. Muchos estudios sobre la lactancia materna tienen un problema de sesgo.
El modelo de crianza intensiva que pone el peso en las madres es una regresión, y devuelve a las mujeres al hogar”
La Asociación Española de Pediatría defiende de forma contundente la lactancia materna…
Sigue con la sintonía general de todas las asociaciones, de realizar unas recomendaciones de lactancia cada vez más agresivas. Hace unos años se hablaba de los beneficios del amamantamiento, ahora se compara con los niños que hacen biberón, y los peligros que esto supone. Incluso se dice que los niños que toman biberón tienen mayor riesgo de sufrir maltrato infantil y ansiedad. Las recomendaciones tan agresivas son contraproducentes.
Hablas del lactivismo que, según cuentas, tiene un discurso muy encendido. ¿Qué es?
Es una corriente que promueve la lactancia y se erige en una autoridad moral, llena de culpabilidad a las madres, las que dan biberón se sienten malas madres, y aquí hay una línea roja. Puedes dar biberón fantásticamente, porque no quieres o no puedes dar el pecho. No puede que haya madres que se escondan para dar el biberón, piensen que dan lejía, o se sientan malas madres cuando están en un momento de mucha vulnerabilidad.
Una madre me decía que tuvo que darle el biberón a la niña con cuatro meses, y tenía la sensación de que le daba lejía”
El colecho, dormir con los bebés, está cuestionado por estudios científicos. ¿Qué dicen?
El movimiento esgrime la ciencia para defender la lactancia materna, pero cuando la ciencia dice que el lugar más seguro para un bebé hasta los seis meses es su cuna, junto a la cama de sus padres, eso lo esconden. El movimiento ha demonizado los métodos de quienes llaman “adiestradores de sueño”, dicen que el niño debe decidir cuándo y dónde dormir. Y mientras tanto la intervención naturalista es pecho, colecho y paciencia. Aquí creo que existe otra línea roja, porque dormir es fundamental. Hay testigos de madres que llevan cinco o seis años sin dormir, y eso es una tortura. No entiendo el empeño con el colecho, y con que los niños ya decidirán cuando estén preparados para dormir. Pero claro, si te dicen que eres una mala madre, pues aguantas sin dormir, a pesar del coste que tiene para la salud de la familia.
Hablas de crianza intensiva o hipermaternidad. ¿Qué la caracteriza, o en qué consiste?
Toda maternidad es muy intensa, pero la maternidad intensiva es un concepto de la socióloga Sharon Hays, que implica mucha inversión de tiempo y energía en la crianza, y en esta teoría el niño es un ser sagrado, y la madre sigue la voluntad del niño , decide cuando come, cuando duerme… Es cierto que cuando un bebé nace debes atender a las necesidades y hay que atenderle, pero cuando van creciendo, a veces hay que hacerle esperar. Donald Winnicot explicaba que la madre puede que deje a la criatura que se frustre para que comience a lidiar con la frustración, que en la vida es muy habitual.
Dices que la crianza, ahora, reniega de cómo lo hacían las madres y abuelas… ¿En qué sentido?
Se habla de las abuelas crueles que dicen “no lo cojas que se va a acostumbrar” o “dale el biberón, que tiene hambre”, que criaban de forma desapegada… Ahora las crianzas anteriores no se miran, no se escucha la experiencia.
En todo esto las redes sociales tienen mucho peso. Hay influencers de la crianza muy potentes...
Aunque existen referentes expertos como Carlos González o Rosa Jové, ahora el discurso está totalmente dominado por las influencers del apego o de la crianza natural. Todo es maravilloso, existe una exaltación constante, es un lenguaje que infantiliza a las madres. Y grita mucho la apropiación de los términos: "yo soy madre con apego"... ¿Y yo qué soy? Existe un mal uso de las palabras.
En todo esto, ¿el padre donde queda?
El papel del padre es diverso. Una parte de los hombres están encantados de que la mujer vuelva a casa, otros están muy desconcertados y no saben cómo hacer de padres. Pero esto no lo he estudiado.