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“Faltan maestras de primaria con pasión por la tecnología”

Romper el tabú

Núria Salán anima a las chicas a ser ingenieras: “ni es tan difícil, ni hay que ser perfectas”

Núria Salán, licenciada en Químicas por la UB y doctora en Ciencias de los Materiales por la UPC, donde es profesora

Treball.gencat

La doctora en ciencias de los materiales e ingeniería metalúrgica y presidenta de la Societat Catalana de Tecnologia, Núria Salán, recuerda que cuando cursó la carrera hace tres décadas eran dos chicas en todo el curso. Hoy ella es profesora de la Universitat Politècnica de Catalunya y las cosas han cambiado muy poco, y comenta que sigue siendo difícil tener más de dos alumnas en el curso.

El gran agujero al hablar del desequilibrio de género en las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas en inglés) se centra sobre todo en las carreras tecnológicas. Medicina o biología son estudios con una alta presencia femenina, pero en las tecnológicas, subraya Salán, no se puede hablar ni de medidas de discriminación positiva: “si no llegan chicas, si no se matriculan, poco se puede discriminar”.

Aulas vacías

La discriminación positiva apenas es posible en las carreras tecnológicas ya que se matriculan muy pocas chicas

Esta profesora de Ciencia de los Materiales tiene un diagnóstico claro de lo que está sucediendo, un problema estructural con muchos elementos, pero que se empieza a fraguar ya en primaria. “La profesión de maestra es mayoritariamente femenina –indica– y muy pocas vienen de un bachillerato científico o tecnológico. Si no hay un interés, una pasión por estos temas, es muy difícil traspasarlo a los alumnos, especialmente a las alumnas para las que las maestras son referenciales”.

No se trata, subraya, de culpar a este colectivo sino de darle la vuelta a unas cuantas cosas del sistema general, hacer saltar una serie de tópicos que actúan como cerrojos. Entre ellos hay que combatir también la idea de que las carreras tecnológicas son más difíciles. Estudiar Medicina o Derecho es muy complicado, indica Salán, y eso no es un impedimento para que ellas lo hagan.

Referentes en la escuela

Las maestras son un referente sobre todo para las niñas, y muy pocas vienen de un bachillerato tecnológico, indica esta profesora de la UPC

Hay que hacer entender a la sociedad que ingenieros hay buenos y malos, como en todas las profesiones, y recordar a las mujeres que no han de ser perfectas, que una puede equivocarse. “La tecnología es una caja negra, y para acabar con esta imagen se necesita que las niñas tengan referentes de otras mujeres en estas profesiones”.

Por ello cuando va a dar charlas a los colegios transmite esta idea de normalidad, se presenta como una mujer inventora “normal” para que ellas vean que todas, si quieren, pueden serlo. Hay que acabar con los complejos, subraya. Y es en esta línea en la que explica que ser ingeniera es la capacidad de cambiar el mundo, de hacer cosas útiles para resolver los problemas.

Laura Tremosa fue la primera mujer que se licenció con ingeniera en Catalunya

Àlex Garcia

Considera que este concepto de utilidad es importante para atraer a las niñas, y subraya que han sido mujeres –aunque poco se explique y casi nadie lo sepa- las que han desarrollado el Wifi, el GPS o el lavaplatos, por citar solo tres ejemplos. Hay que vincular la inventiva con la capacidad de las mujeres. La presencia de las mujeres en las profesiones tecnológicas es un elemento básico para evitar que el mundo siga construyéndose con un sesgo androcéntrico.

Un sesgo que, desde una visión de género, se explicita muy bien cuando se habla de inteligencia artificial y se advierte que si los algoritmos que rigen la vida siguen siendo diseñados solo por hombres, la desigualdad se puede multiplicar. La falta de referentes y la invisibilización de las mujeres científicas y tecnólogas hace que sea difícil que una chica quiera avanzar en un mundo desconocido, donde el desconocimiento agranda las dificultades.

Ellas inventan

Las niñas deben saber que la tecnología ayuda a cambiar el mundo, a hacer cosas útiles, son mujeres las que desarrollaron el Wifi, el GPS o el lavaplatos

En esta línea, Salán puso en marcha en la UPC el programa M2m, un progama de mentoring en la que una profesional (de la empresa, del ámbito universitario) ayuda durante un año a alguna joven que inicia su andadura para asesorarle en todos los aspectos. Las tecnólogas senior las guían en cuestiones profesionales, pero también acerca de las preguntas que muchas se hacen –y muchos deberían hacerse– acerca de las penalizaciones de la maternidad, cómo conciliar, o cómo negociar en el trabajo.

Se trata de ver, señala esta profesora, que las cosas no son tan terribles, ni es tan difícil apostar por un futuro profesional en estas áreas.. Pero volviendo al inicio, es cuestión de que lleguen muchas más mujeres a estas carreras y se debe empezar por abrir la caja negra desde la infancia.