“Te sientes útil y contribuyes al bienestar de los demás”: voluntariado para vivir con plenitud la jubilación

Longevity

Según el Barómetro de Mayores (UDP), el 46% de los seniors en España participa en actividades voluntarias

“La solidaridad para los séniors que la ejercen aumenta la autoestima y la felicidad, fomenta el optimismo y la gratitud, mejora las habilidades sociales y fortalece el sentido de pertenencia”, según el catedrático de Psicología Joaquín Limonero

La solidaridad y el voluntariado aporta un gran valor tanto individual como socialmente

La solidaridad y el voluntariado aporta un gran valor tanto individual como socialmente. 

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“No podemos hacer grandes cosas, solo pequeñas cosas con gran amor.” La frase es de la Madre Teresa de Calcuta y nos recuerda la importancia de aportar nuestro granito de arena para ayudar al prójimo. Hacer cosas por los demás no tiene edad, las personas mayores, al tender una mano a quienes lo necesitan, fortalecen los lazos comunitarios y demuestran el valor de la solidaridad humana. Según la Guía para la intergeneracionalidad: Convertir los retos de las sociedades longevas en oportunidades, el voluntariado no depende de la edad, sino de la motivación y el tiempo disponible. Las personas mayores, al tener más tiempo libre, pueden participar más, pero lo esencial es el propósito que impulsa a cada individuo. Este compromiso fomenta la autorrealización, la convivencia y el aprendizaje intergeneracional.

El Barómetro de Mayores (UDP) indica que el 46% de los seniors en España participa en actividades voluntarias, contribuyendo a crear una sociedad más justa y compasiva. El voluntariado moviliza al 11% de la población española mayor de 14 años, según el informe La acción voluntaria 2023, de la Plataforma de Voluntariado de España. Según el estudio, el 22,6% de los voluntarios tienen más de 65 años, un porcentaje en conjunto similar al del peso del grupo demográfico en la población total de España (son el 23,1%).

 [Los séniors que ejercen la solidaridad] Obtienen satisfacción personal a través del afecto y el reconocimiento, esto fortaleces sus relaciones sociales

Joaquín Limonero Catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona

Joaquín Limonero, catedrático de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, señala que actividades como la recogida de alimentos, el cuidado de enfermos y la compañía a personas mayores o niños son cada vez más comunes entre los séniors. “Los motivos son claros: sentirse útiles, conectados con su comunidad y contribuir al bienestar de los demás. Además, obtienen satisfacción personal a través del afecto, reconocimiento y satisfacción emocional, lo que refuerza su autoestima y fortalece sus relaciones sociales”.

Carmen, 79 años

“Tengo más proyectos entre manos que cuando trabajaba”

Carmen Izquierdo, a sus 79 años, rebosa energía. “Estoy jubilada, pero continúo teniendo muchos proyectos entre manos, incluso más que cuando trabajaba”, afirma. A lo largo de su vida, ha desempeñado diversos roles, desde secretaria hasta propietaria de una tienda de ropa en Barcelona. Años atrás, organizó desfiles de moda en la Casa Elizalde, en hoteles, y otros lugares de la ciudad. “Hacíamos hasta tres desfiles diarios. Venían políticos y gente influyente de Barcelona. Fue un verdadero éxito,” recuerda con orgullo. Su logro la llevó a ser nombrada presidenta de la asociación de comerciantes de su barrio, en el centro de la capital catalana, que organizó numerosos eventos con fines solidarios y de ayuda a la comunidad. 

Carmen también colaboró en el proyecto Protagonistas del Mañana, que buscaba premiar a estudiantes de segundo de bachillerato que hicieran algo por los demás. “Íbamos escuela por escuela buscando a esos niños que destacaran no solo por sus notas, sino por su compromiso con la comunidad”. Los seleccionados recibían becas para estudiar en el extranjero y apoyo financiero para sus estudios universitarios. “Un niño consiguió que su compañera de clase tuviera una prótesis de mano funcional,” relata Carmen, que hoy sigue activa en el programa.

Vale la pena hacer cosas por los demás, se te abre el corazón

Carmen Izquierdo79 años
Carmen Izquierdo, a sus 79 años, está implicada en varios proyectos soliarios

Carmen Izquierdo, a sus 79 años, está implicada en varios proyectos soliarios. 

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“Este año, donaremos hasta 15 becas, valoradas en 1.000 euros cada una. Vale la pena hacer cosas por los demás, se te abre el corazón”, dice Carmen, que también participa actualmente en otras iniciativas solidarias, como el proyecto Tómate un café y paga una vacuna para Gaza y Jerusalén contra la polio. “Es emocionante encontrar a tanta gente buena y comprometida”, resume a La Vanguardia.

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Albert Faus, 87 años

Albert Faus, de 87 años, nació en el barrio de Gracia de Barcelona y es ingeniero.  A los 62 años, después de superar un cáncer, compró una empresa de componentes electrónicos, Diotronic, donde sigue trabajando junto a sus hijos. Sin embargo, desde los 75 años, dedica la mayor parte de su tiempo a actividades solidarias. “Soy rotario. Rotary International es una organización internacional dedicada a fomentar la amistad personal y la solidaridad”, cuenta.

Uno de los proyectos que más ha apasionado a Albert es el de los comedores sociales. Inspirado por un club de Rotary en Madrid, logró poner en marcha en Barcelona el proyecto Alpan para solicitar comidas gratuitas a hoteles y empresas, y distribuirlas en comedores sociales. Albert consiguió la colaboración de varios hoteles y el proyecto se lanzó en junio de 2012. Actualmente, cuenta con el apoyo de 30 hoteles y sirve a seis comedores.

Servimos comida a 400 personas cada día (...). El objetivo es ayudar a los demás, no hay más

Albert Faus87 años

El impacto positivo del proyecto en la comunidad es notable. “La última parroquia que se ha unido es la de Santa Ana. Además de las parroquias, también apoyamos centros sociales como el Comedor El Gregal en La Mina,” explica Faus. “Servimos comida a 400 personas cada día. Es impresionante”. Lo que más le ha emocionado de esta experiencia es “descubrir que hay personas muy solidarias y que dedican su vida a los demás. Están desde las 11 de la mañana hasta las 4 o 5 de la tarde, preparando, sirviendo y solucionando problemas.”

Albert vive apasionadamente el presente, pero no puede evitar mirar hacia el futuro. “Hace dos años, a los 85, vi que en Madrid el proyecto se había detenido. Decidí buscar a alguien más joven para que lo llevara adelante y lo encontré. Ahora tengo la tranquilidad de que el proyecto continuará, incluso cuando yo ya no esté”. Su objetivo actual es extender Alpan a otras ciudades, “aunque lo conseguimos en Valencia, también lo intentamos en Bilbao y Málaga, pero aún no ha cuajado. Sin embargo, tengo esperanza de que lo lograremos. El objetivo básico es ayudar a los demás. No hay más”.  

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Limonero, catedrático de Psicología, aconseja a las personas mayores que desean participar en actividades solidarias, identificar su motivación y enfocarse en actividades que les proporcionen satisfacción personal. “Evaluar sus fortalezas y habilidades es fundamental para encontrar la mejor manera de contribuir, ya sea en educación, manualidades o apoyo comunitario. La solidaridad no solo ayuda a reducir el estrés y la ansiedad al incrementar la interacción social, sino que también proporciona apoyo emocional y distracción de problemas personales. Además, refuerza la autonomía y la confianza, generando una actitud más positiva y resiliente hacia la vida”.

Cristina Marsal, 74 años

Cristina Marsal, de 74 años, trabajó durante 40 años en La Caixa y se jubiló a los 65. A lo largo de su vida, ha estudiado disciplinas como arquitectura técnica, filosofía y letras, psicología, programación, historia y arqueología. Tiene dos hijas y un nieto de dos años; su familia es fundamental en su vida, pero siempre ha buscado mantener su independencia y seguir activa. “Mi máxima es valerme por mí misma, creo que esta es una de las razones por las que me dedico a la solidaridad,” reflexiona. 

Marsal empezó su etapa solidaria a los 58 años en la Asociación de Voluntarios de La Caixa, y un poco antes de jubilarse, en 2010, le ofrecieron unirse a la Junta y encargarse de la sección de actividades. Su principal objetivo es apoyar a personas con discapacidades y coordinar diversas tareas de voluntariado. Ha organizado visitas para que niños con parálisis cerebral participen en actividades sensoriales y ha colaborado en proyectos internacionales para el empoderamiento de mujeres y niñas en la India y Burkina Faso.

El voluntariado y la solidaridad tienen un punto de egoísmo, porque realmente al practicarlo, uno se siente muy bien consigo mismo  

Cristina Marsal 74 años

En 2012, se unió al programa Alpan, que proporciona alimentos a personas necesitadas. Su rol en este programa ha sido fundamental en la logística y organización de la distribución de alimentos. “La gente tiene que comer todos los días y nosotros tenemos la obligación de ayudarles a conseguirlo,” afirma.

Cristina ha vivido muchas experiencias conmovedoras en su labor solidaria, pero también reconoce que “es importante mantener una distancia profesional en el voluntariado para evitar el agotamiento emocional. Contribuir con nuestro granito de arena y mantener un equilibrio emocional es crucial para seguir adelante”. Se siente privilegiada y cree que es su obligación ayudar a los demás. “Tenemos un negocio que ojalá fracasara por falta de clientela, pero cada vez tenemos a más clientes,” dice con una mezcla de tristeza y determinación. “El voluntariado y la solidaridad tienen un punto de egoísmo, porque realmente al practicarlo, uno se siente muy bien consigo mismo y ayudar a la gente, engancha”, concluye.

Cristina Marsal, con el cartel de Toma un café, salva una vida

Cristina Marsal, con el cartel de Toma un café, salva una vida. 

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Pepe López, 68 años

Pepe López, de 68 años y originario de Barcelona, vive actualmente en Santa Margarida, Mallorca. Dedicó su vida a la educación y la cooperación sindical, comenzando como celador en Bellvitge en 1974 y luego como educador de menores en la Generalitat de Cataluña hasta su jubilación. A los 36 años, se volcó en la cooperación sindical tras una inspiradora visita de trabajadores cubanos a la UGT de Cataluña, organizando proyectos para apoyar a escuelas de arte en Cuba.

Como coordinador de proyectos de Sindicalistas Solidaris, Pepe trabajó en América Latina, Marruecos y Túnez, gestionando iniciativas como “los hornos solidarios”, en El Salvador, que empoderan a mujeres rurales. Este proyecto, iniciado en 2014, sigue activo gracias a su apoyo continuo.

Pepe también colaboró con el Sindicato de los Temporeros de California y junto a su esposa Carme vivieron doce años en el extranjero, comprometidos con la cooperación y el desarrollo. “Mi objetivo básico es ayudar a los demás, a partir de ahí me dejo llevar por donde la vida me lleve, así lo he hecho y así lo haré siempre.

Pepe López

Pepe López, en uno de sus viajes solidarios a América Latina. 

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Beneficios individuales y colectivos

Según Joaquín Limonero, catedrático de psicología, “colaborar con proyectos solidarios no solo mejora la sociedad, sino que también enriquece a las personas, haciéndolas sentir parte de un cambio positivo. Los beneficios para los seniors incluyen aumentar la autoestima y la felicidad, aliviar el estrés, desarrollar la inteligencia emocional, fomentar el optimismo y la gratitud, mejorar las habilidades sociales, desarrollar cualidades positivas y fortalecer el sentido de pertenencia”.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano resume perfectamente el espíritu de estos seniors que luchan por un mundo mejor y contribuyen a la construcción de una sociedad más justa y solidaria: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.” Al final, es nuestra responsabilidad y nuestro compromiso lo que verdaderamente importa.

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