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Los 6 mandamientos para vestir a partir de los 60: “La ropa tiene que servir para empoderarte”

Longevity

La asesora de imagen Marta Pontnou nos da las seis claves para vestir a partir de los 60, apostando por la ropa y complementos como herramienta para expresar nuestra identidad de forma auténtica. “No tenemos que rejuvenecernos ni tampoco ocultar defectos”, afirma

Los 6 mandamientos para calzarte a partir de los 60: “¡Pisa fuerte, cómodamente!”

“La ropa tiene que servir para empoderarte”, dice Marta Pontnou, asesora de imagen. 

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La ropa no solo es un elemento para vestir, es y será siempre una forma de expresión y de identidad. La moda tiene que ser divertida y ser accesible a todo tipo de personas, cuerpos, formas y diversidades y sobre todo, hacerlo en cualquier etapa de nuestra vida.

Por eso, a las preguntas que me hacen como asesora de imagen, mi respuesta es contundente:

- ¿Qué piezas me van a rejuvenecer? Ninguna.

- ¿Qué prendas están prohibidas para mi edad? Ninguna.

- ¿Qué partes de mi cuerpo debo disimular? Ninguna.

- ¿En qué tiendas puedo comprar para mi edad? En todas.

Los cuerpos son cuerpos y no hay nada que disimular ni tenemos que rejuvenecernos ni tampoco ocultar defectos, porque no los tenemos. Tenemos que sentirnos fuertes, poderosos y poderosas con nuestra vestimenta, porque es parte de nuestra carcasa, que alberga años y años de nuestra lucha.

Los cuerpos son cuerpos y no hay nada que disimular ni tenemos que rejuvenecernos ni tampoco ocultar defectos, porque no los tenemos

Marta PontnouAsesora de imagen

Nuestros bisabuelos, con 60 años eran personas muy mayores y no llegaban a las edades que ahora tenemos como esperanza de vida para la población, es por eso, que ahora, con 60 y 70 años, aún nos sentimos vitales, enérgicos y llenos de salud, y nos preocupan temas que nunca le habíamos dado importancia como el mundo de la moda. Por eso necesitamos que la ropa nos acompañe en esta nueva etapa.

No hay ni buena ni mala genética, tampoco cuerpos mejores ni peores. Tenemos que construir una imagen nueva sobre un cuerpo que va cambiando con el tiempo, sin oprimirlo, sin frustrarlo, desde el amor y el respeto.

Funcionamos por imitación y dejamos de ser singulares por no ser juzgad@s.

Getty Images

Sabemos que el miedo nos colapsa, dudamos si hacemos el ridículo con una pieza considerada “juvenil” y tendemos a vestirnos como el resto de gente de nuestro entorno. Funcionamos por imitación y dejamos de ser singulares por no ser juzgad@s. La presión estética ha hecho mucho daño en nuestras vidas, ya desde pequeñ@s, y tenemos demasiados estigmas de belleza sobre la edad, convencimientos sociales acerca de cumplir años y la falsa creencia que el cuerpo caduca por el paso del tiempo.

La ropa tiene que servir para empoderarnos, acompañarnos en nuestro camino y sobre todo dejando atrás la idea que nuestro aspecto físico pierde calidad con los años. Una lucha que va desde nuestro interior hasta el exterior, un esfuerzo mental para abandonar estas ideas falsas y recuperar nuestro estilo, adaptándolo a los cambios de forma de nuestro cuerpo.

La ropa tiene que servir para empoderarnos, acompañarnos en nuestro camino, dejando atrás la idea que nuestro aspecto físico pierde calidad con los años

 Marta PontnouAsesora de imagen

La libertad, esencial

La industria de la moda ha sido muy cruel con las mujeres, sobre todo, promocionando cuerpos pre púberes como modelos de belleza únicos durante todas las etapas de nuestra vida. Las formas de la ropa solo han sido pensadas, hasta ahora, para las personas occidentales y nunca se ha tenido en cuenta los cuerpos con discapacidades. No hay diversidad en la creación de las prendas porque siempre se presupone una dualidad de género sin tener en cuenta realidades como por ejemplo la ropa para personas transexuales.

Tenemos que vestir libremente, tengamos 40, 50, 60 u 80 años para que nuestras generaciones futuras, nuestros hij@os y niet@s, tengan referentes en diversidad corporal, para no generar nuevas frustraciones y para que crezcan sin presión estética. Y para que ellos nunca tengan que preguntarse: ¿Puedo ponerme esto con 60 años?

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