Cosas que deberías saber antes de decidirte a vivir en otro país de la Unión Europea
Consejos útiles
La ciudadanía europea unifica los derechos de los residentes, pero hay regulaciones diferentes según el destino
Vivimos en un contexto de gran movilidad. Cada vez más gente se plantea desplazarse a otro país para trabajar o para continuar con sus estudios. Desde que en 2008, con la llegada de la crisis económica, los jóvenes empezaron a buscar en el resto de Europa empleos acordes con su formación, esta tendencia se ha mantenido bastante. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística, el pasado 2018 fueron 80.253 las personas que emigraron a distintas partes del globo.
Pese a que existe una gran diversidad entre los destinos que se escogen, los claros favoritos se encuentran dentro de la Unión Europea. Aunque el desplazamiento dentro de estas fronteras sea relativamente sencillo, hay algunos puntos que va bien tener en cuenta antes de dar el paso de establecer una nueva residencia más allá de nuestra frontera.
Documentación
Como España se encuentra dentro del Acuerdo Schengen, para una estancia en los otros países miembros de menos de 90 días no se necesita presentar ningún tipo de visado. También hay algunos países europeos que no forman parte de este acuerdo de libre circulación, como son Bulgaria, Chipre o Irlanda. En caso de escoger estos destinos, sí se deberá presentar un documento de identificación, como el DNI o el pasaporte. En todo caso, siempre es conveniente llevar esta documentación, vayas donde vayas.
Es posible que, además, en algunos países haga falta notificar nuestra presencia en un ayuntamiento o comisaría. No hacerlo puede estar sancionado con una multa –en ningún caso es motivo de expulsión–, de modo que vale la pena preguntar en nuestro lugar de destino si este trámite es necesario.
Tras los tres primeros meses, se requiere un certificado de registro y se recomienda inscribirse en el consulado
Y una vez superados los tres primeros meses de estancia, es necesario solicitar un certificado de registro para confirmar tu derecho a vivir allí. Este trámite también suele llevarse a cabo en ayuntamientos o comisarías. Una vez has fijado tu residencia, es muy recomendable inscribirte en el consulado. Tampoco es algo obligatorio, pero te facilitará el poder renovar o sustituir tu documentación en caso de robo o pérdida.
Finalmente, es importante tener en cuenta también que, si acabas viviendo legalmente cinco años seguidos en otro país comunitario, adquieres automáticamente el derecho a la residencia permanente.
Trabajo
Todos los ciudadanos europeos pueden trabajar en cualquier país de la Unión Europea sin necesidad de pedir permiso para ello. Da igual si eres empleado, autónomo, o trabajador desplazado: tienes derecho a residir allí donde estés trabajando.
Si, durante tu estancia, te quedas sin empleo, puedes seguir viviendo allí en algunos casos. Por ejemplo, si sufres una incapacidad temporal o estás en situación de paro involuntario, tienes los mismos derechos que los ciudadanos de ese país en cuanto a prestaciones, servicios y ayudas. Esto también ocurre cuando se sigue una formación profesional relacionada con tu empleo anterior.
Se puede trabajar en cualquier país de la UE sin necesidad de pedir permiso para ello
Otra cosa que debes tener en cuenta cuando buscas trabajo en el extranjero es que hay documentos que deben legalizarse o validarse para poder ser utilizados. Por ejemplo, en algunos países no puedes ejercer profesionalmente sin haber convalidado el título académico que te acredita como apto para esa profesión.
Y, por último, es conveniente investigar un poco la legislación laboral de tu país de destino, porque las regulaciones laborales no están unificadas a nivel europeo.
Estudios
En el caso de los estudiantes, el traslado de residencia es mucho más sencillo. La Unión Europea cuenta por ejemplo con el programa Erasmus, que facilita el desplazamiento de los universitarios. Las tasas académicas se incluyen dentro de la carrera que ya se está cursando, y ambas universidades colaboran con los trámites administrativos que pueda suponer el traslado. Además, económicamente los estudiantes reciben una beca que cubre una parte de los gastos del viaje.
Y fuera de este programa también se tiene derecho a estudiar en las universidades de otros países de la UE, como cualquier ciudadano de ese país, aunque los requisitos de acceso son distintos y deben consultarse en cada caso.
Atención sanitaria
Durante un viaje a un país comunitario de menos de 90 días, tienes derecho a recibir la atención médica que no se pueda aplazar. Pero para ello debes haber solicitado y llevar contigo la tarjeta sanitaria europea, como prueba de que tienes seguro médico en otro país comunitario, en este caso en España. En caso de no presentar esta tarjeta, seguramente te harán pagar el tratamiento sanitario que recibas en el otro país, y tendrás que pedir el reembolso de ese dinero cuando estés de vuelta en España.
En cuanto a la cobertura médica cuando vives en el extranjero, también depende del país que escojas como residencia. El funcionamiento de la Seguridad Social y de la sanidad pública depende de cada país, y no está de más investigar a qué prestaciones tienes derecho antes de elegir tu destino.
Otros consejos
Hay otras cosas, más cotidianas, que se deben tener en cuenta la hora de elegir vivir en otro país. En primer lugar, busca información sobre el lugar donde vas a trasladarte. Interesarte por las tradiciones y costumbres de ese otro país te ayudará a integrarte, y te sentirás más cómodo en tus relaciones cotidianas y profesionales si algunas cosas no te cogen por sorpresa.
También debes tener claro que en el resto de Europa se hablan idiomas muy diferentes. No te conformes con hablar inglés, intenta aprender la lengua oficial de tu nuevo país de residencia. Además, asistiendo a clases o a actividades donde puedes aprender el idioma es muy probable que conozcas a gente en circunstancias parecidas a la tuya, lo que te dará oportunidades de relacionarte y de desarrollar cierta vida social.
Y finalmente, saca partido a los consejos de gente que haya estado allí. Si algún conocido te hace recomendaciones, prueba a fiarte de su experiencia, porque quizás te ahorres errores que esta persona cometió en su momento y descubras cosas que por ti mismo te hubiera llevado más tiempo detectar.