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200 kilos de plástico se vierten al mar cada segundo

Ecología

La ONG Greenpeace lanza la campaña “Mejor sin plásticos” para pedirá al Gobierno español una batería de medidas para eliminar estos residuos de los mares

Residuos de plásticos acumulados en el mar

WP

Cada segundo más de 200 kilos de plástico es vertidos en los mares y océanos del mundo, más de 8 millones de toneladas al año, según el informe “Plásticos en el pescado y el marisco”, presentado por Greenpeace. En este informe también se estima que en los mares y océanos existen entre 5 y 50 billones de microplásticos, algunos de estos residuos pueden degradarse y desaparecer en apenas seis meses, pero otros tardarán varios cientos de años.

De aquí a 2020 el ritmo de producción de plásticos aumentará hasta un 900 %”

Greenpeace

Además, los expertos de la organización ecologista calculan que de aquí a 2020 el ritmo de producción de plásticos aumentará hasta un 900 % respecto a las cifras del año 1980 con cantidades superiores a los 50 millones de toneladas anuales. La mitad de este incremento se producirá en el curso de la última década.

El responsable de Campañas de Greenpeace, Julio Barea, ha destacado la capacidad de dispersión de los plásticos y ha recordado que hay cinco “islas de basura” formadas por microplásticos repartidas en el Pacífico, en el Atlántico y en el Índico. La responsabilidad, según ha apuntado, es de la sociedad. “Simples medidas como prohibir las bolsas de un solo uso o volver a vender como depósitos los envases de bebidas tendrían efectos inmediatos”, ha explicado.

Por este alarmante motivo, Greenpeace ha puesto en marcha la campaña “Mejor sin plásticos” para pedir al Gobierno español algunas medidas necesarias para acabar con estos residuos. Entre las medidas que se reclaman está eliminar el abandono de envases y garantizar su correcto reciclado mediante la implementación de sistemas de retorno de envases. Prohibir la fabricación y el uso de microesferas de plástico. Establecer las medidas necesarias para implantar la Directiva Europea sobre las bolsas de plástico de un solo uso para noviembre de 2016. Y fomentar medidas basadas en la economía circular, que apuesten por la reutilización de la materia prima y nuevos materiales con menor impacto ambiental.

Esta campaña llega a finales de verano no por casualidad, sino porqué coincide con el momento en el que más residuos se generan en playas, ríos y embalses. Greenpeace llevará a cabo diversas actividades a lo largo de toda la geografía española. Así, a partir de mañana y hasta el 10 de septiembre, realizará un total de 20 recogidas y caracterizaciones de residuos abandonados en playas, ríos y embalses de todo el Estado.

La primera de ellas tendrá lugar en Valencia mañana, el resto se desarrollarán los días 3 y 10 de septiembre, siendo la última de ellas en Mallorca. La campaña también tendrá presencia en las redes sociales donde se animará a los usuarios a que participen enviando sus fotografías y testimonios de la presencia de plásticos en su entorno y que firmen para pedir un océano libre de plásticos.

La cadena tóxica de los microplásticos

La organización ecologista ha analizado el impacto que los microplásticos --piezas de hasta 5 milímetros de longitud-- tienen sobre los ecosistemas marinos y asegura que se ha documentado los efectos que las piezas de plástico tienen sobre peces y crustáceos y cómo, su ingesta implica alteraciones en la reproducción de las especies y en su comportamiento.

Los peces más pequeños confunden estos materiales con huevas y los ingieren. Después, los microplásticos no se expulsan, sino que permanecen en el interior del pez”

Elvira JiménezResponsable de océanos de Greenpeace

Los microplásticos se generan de la degradación de plásticos mayores o incluso de los ya existentes en cosméticos o dentífricos. “Los daños de los microplásticos, a diferencia de los más grandes, son potencialmente mayores porque son más accesibles a más especies, incluso para el fitoplancton”, ha asegurado la responsable de océanos de Greenpeace, Elvira Jiménez.
De este modo, ha explicado que los peces más pequeños confunden estos materiales con huevas y los ingieren. Después, los microplásticos no se expulsan, sino que permanecen en el interior del pez. En esta línea, ha destacado que también afecta a su cadena trófica y que, también se han podido detectar microplásticos en sus depredadores.

Finalmente, estos microplásticos acaban volviendo a nuestras casas en forma de comida dentro del pescado. En cuanto al impacto en la salud humana, Jiménez ha pedido que se investigue porque son portadores de toxinas.