La práctica del ayuno en favor de la salud carece de aval científico
Tendencia al alza
Las investigaciones sobre sus efectos son pocas y dudosas
“Hoy por hoy, la práctica del ayuno esporádico o intermitente por motivos de salud no tiene justificación científica, y cualquier recomendación que promueva el ayuno para reducir peso, prevenir enfermedades crónicas o mejorar el estado de ánimo carece de fundamento”. Esa es la conclusión a la que han llegado los integrantes de la plataforma Nutrimedia –el proyecto liderado desde la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y el Centro Cochrane Iberoamérica para analizar la veracidad de los mensajes y mitos relacionados con la alimentación y la salud–, tras revisar las pruebas científicas disponibles sobre esta cuestión.
Los investigadores afirman que aunque el ayuno cada vez tiene más adeptos y es promovido públicamente por muchos famosos como método para estar más en forma, aún no hay fundamentos que avalen científicamente estos efectos porque se han hecho pocas investigaciones y de una calidad insuficiente.
“Ayunar para adelgazar, mejorar el ánimo o prevenir enfermedades no tiene fundamento”
Pablo Alonso, investigador del Centro Cochrane Iberoamérica en el Hospital de Sant Pau, detalla que las últimas revisiones realizadas han localizado cuatro ensayos clínicos y dos estudios observacionales sobre el impacto del ayuno, pero con resultados poco confiables. “Las conclusiones de esas investigaciones presentan riesgo de sesgo por las limitaciones metodológicas que tienen (no eran estudios ciegos); son poco precisas porque incluían a pocas personas, e inciertas porque hacían un seguimiento a corto plazo, de 6-8 semanas, así que se desconoce el impacto a medio y largo plazo”, comenta.
De ahí que el informe de Nutrimedia concluya que “el grado de certeza con que se puede afirmar que el ayuno intermitente tiene un efecto positivo en la reducción del peso y en el estado de ánimo es bajo, y muy bajo si hablamos de sus efectos sobre las enfermedades crónicas”.
El ayuno ha sido en ocasiones relacionado con una mejor reacción del metabolismo en la lucha contra el cáncer y con la prevención de la obesidad y de la diabetes. Pero también se atribuyen a esta práctica efectos adversos como irritabilidad, trastornos del sueño, dificultad para concentrarse, deshidratación y deficiencias nutricionales, por lo que instituciones médicas como el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer o la Asociación de Dietistas del Reino Unido no lo recomiendan.
Desde Nutrimedia remarcan la diferencia entre ayuno y dieta, pues mientras el primero implica restringir alimentos durante un tiempo determinado –unas horas al día, unos días a la semana, al mes o al año–, la dieta alude a la ingesta habitual de alimentos y bebidas.