“Cuando cambiamos a hábitos que se adaptan a lo que es importante para nosotros, logramos una vida plena”
Patricia Ramírez
La polifacética y mediática psicóloga deportiva conversa sobre los pequeños cambios que pueden transformar nuestras vidas
Patricia Ramírez es una de las psicólogas deportivas más mediáticas del país. Colaboradora habitual en varias publicaciones, se hizo un nombre como la psicóloga del Betis de Pepe Mel. Posteriormente también trabajó con el Mallorca, además de con otros deportistas de primer nivel. Escritora –ha publicado varios libros-, conferenciante, profesora, psicóloga…
Polifacética, alegre y llena de energía, @Patri_Psicologa, como se le conoce en Twitter, plataforma en la que fue nombrada la profesional de esta rama más influyente, no deja indiferente a nadie.
En su último libro, ‘Si salieras a vivir’ comparte reflexiones y ejercicios prácticos para lograr una vida plena a través de unos sencillos hábitos. Conversamos con esta mujer vibrante, que transmite fuerza y que va directa al grano.
¿Cómo puede transformar un hábito tu vida?
Los buenos hábitos te ayudaran a vivir una vida coherente, porque cuando pregunto a alguien qué es lo más importante en su vida me dice ‘mi familia’ y luego pregunto cuanto tiempo le dedican al día a ello y me responde que ‘muy poco’. No estamos viviendo una vida con coherencia. Estamos dedicando poco tiempo a algo que es muy importante para nosotros. Cuando logramos cambiar de hábitos para adaptarnos a lo que es importante para nosotros, estamos viviendo una vida plena.
66 días es la media que se tarda en adquirir un hábito. ¿Es mucho tiempo o poco?
Para mí es muy poco. Los cambios tienen que ser una filosofía de vida, es algo que tiene que tener una continuidad. Si algo va a durar para siempre, ¿por que tiene que ser de un día para otro? La paciencia hace que muchas veces el cambio se vaya al traste. Si no conseguimos las cosas cuando yo quiero y como yo quiero, parece que hemos fracasado. Si fuésemos más pacientes y compasivos con nuestros errores, seguramente estaríamos más motivados para seguir intentándolo.
¿Nos falta constancia?
Si, muchas veces pensamos que la propia ilusión del cambio va a transformar el cambio por si solo, y no es así. La idea es que una vez que te ilusiones con algo, lo puedas hacer realidad a través de los recursos prácticos.
Pensamos que la propia ilusión del cambio va a transformar el cambio por si solo, y no es así”
¿Cambiar es tan fácil como nos quieren hacer crees?
Dar consejos a los demás no hará que cambien. La actitud se puede entrenar cuando existe el firme propósito de cambiar las cosas, y aun así nos cuesta. Por mucho que digamos ‘si tu quieres, puedes’ es mentira, para que haya un cambio de actitud tiene que haber una motivación muy fuerte y ayudar a dar pequeños pasos: entrenar la paciencia, asumir el fracaso… Cambiar no es algo tan fácil y sin esa motivación aun cuesta más.
¿Cómo debemos enfrentarnos a los momentos en los que fallamos y nos sentimos frustrados?
Antes de empezar debemos contemplar que nos equivocaremos. Si piensas que al iniciar un cambio todo va a salir rodado, te vas a sentir bien y no vas a cometer errores, ya estás malogrando el objetivo porque es irreal. El fracaso tiene que formar parte del camino y saber gestionarlo es la manera de tener continuidad. Porque si ante un fracaso te vienes abajo, te criticas, te machacas, tu cerebro no querrá vivir esa situación de nuevo. En esa planificación del cambio, tenemos que contar primero con la gestión del fracaso.
¿El miedo no es a no lograr el objetivo, sino a revivir esa experiencia?
La gente cuando se mete en ese mundo de incertidumbre al fracasar, ‘¿qué pensaran los demás?, ¿me estarán criticando? ¿no estaré a la altura?...’ vuelve otra vez atrás. Nos decimos que no podemos lograrlo, que no somos constantes, y cuando nos ponemos esas etiquetas ya no lo volvemos a intentar sin darnos cuenta que si picamos un poco más, seguramente terminaremos derribando el tabique, pero hay que insistir.
El fracaso tiene que formar parte del camino y saber gestionarlo es la manera de tener continuidad”
¿No nos sentimos cómodos con estas emociones?
Tenemos que aprender a convivir con esas emociones incómodas. No se puede fijar un objetivo y pensar que me voy a sentir relajado en todo el proceso. Cuando empiezas a cambiar algo echas de menos lo anterior, estás en una zona incómoda, te sientes inseguro, puedes tener hasta ansiedad… Se generan emociones que no son cómodas, pero tenemos que aprender a convivir con ellas, porque forman parte de la vida. Por eso el libro no va encaminado a que tú seas feliz, sino a que tengas una vida serena. Aquella en la que uno es capaz de gestionar su tristeza y su ansiedad desde la serenidad, sin que aquello sea la hecatombe.
Los hábitos que planteas en el libro son muy sencillos ¿El secreto esta en cosas sencillas?
Los pilares para la salud mental pasan por dormir, porque el descanso es fundamental, es el reparador de nuestro cerebro; comer bien, hacer ejercicio, meditar y saber apartarnos de nuestros pensamientos negativos. Es algo muy sencillo, no estamos pidiendo nada raro. Descansa, come bien, mueve tu cuerpo, date un momento para centrarte en algo y aleja lo que no puedes controlar.
12 hábitos para disfrutar de una vida plena:
1. Organización y planificación
La gente poco organizada no tiene tiempo para nada. Por ejemplo, las personas que salen a correr no tienen más tiempo que otros, solo se organizan mejor. Saber planificarte es hacerte dueño de tu tiempo. Eso implica: hacer renuncias, delegar, establecer horarios para centrar al cerebro, llevar una agenda… Si tu no metes el deporte en tu agenda siempre encontrarás algo que sustituya. Cuando no estamos organizados vamos a remolque de todo. Pero no hay que agendar todo el día, dejemos una parte libre a la espontaneidad.
2. Ansiedad
No la podemos eliminar. Es una respuesta de nuestro cuerpo, como la fiebre, si eliminas tu respuesta de la fiebre nunca sabrás si tienes una infección. La ansiedad tiene que estar en nuestra mente porque aguarda para activarse cuando detecta un peligro. Si algo en llamas o una pistola, desarrollamos la respuesta a través de la ansiedad, generando niveles de cortisol y adrenalina altísimos que nos hará ser mucho más efectivos en ponernos a salvo. El problema es que la gente ve amenazas donde no las hay: miedo a que nos echen del trabajo, a que alguien nos rechace, a perder un amigo si no le hago un favor…
No podemos quitar la respuesta de ansiedad, pero sí que podemos decidir qué es una amenaza y qué no. La terapia de aceptación y compromiso te enseña eso, a centrar la atención en lo que es controlable, y a alejarte de lo que no lo es. Aceptar lo que no depende de nosotros y poner tu atención en lo que sí controlas.
Saber planificarte es hacerte dueño de tu tiempo”
3. Controla qué comemos y cómo lo comemos
Me centro más en el cómo. Que la gente sepa gestionar emociones como la soledad, la frustración, el aburrimiento… que nos llevan a comer cuando no tenemos hambre A veces utilizamos la comida como un premio porque cambia nuestros neurotransmisores y hace que nos sentamos bien. Cuando estás nervioso no te apetece una manzana, te comes una tableta de chocolate y luego viene la culpa. En el libro enseño a aprender a gestionar las emociones para no tener que comer lo que no conviene.
4. Aprender a decir que no
Cuesta mucho, porque pertenecemos a la tribu y en la tribu queremos ser aceptados. Te da seguridad saber que tenemos amigos y acabamos confundiendo ser servil con servicial. Damos más síes de los que querríamos y cuando eso ocurre, nos olvidamos de nosotros mismos.
5. Dedícate tiempo
La gente cree cuando se dedica tiempo se lo roba a otro y el tiempo es como el amor, que hay un poco para todos. Es fundamental tener un tiempo contigo en el que haces cosas que te hacen sentir bien porque ese propio bienestar hace que luego, cuando lo compartas con otra persona también le hagas sentir bien.
6. Conviértete en una persona amable
Hay mucho avinagrado. Las personas de trato fácil son aquellas que siempre tienen una sonrisa, no malinterpretan, son transparentes, te hacen sentir bien cuando estas con ellos. Es que hay gente muy revirada y que malinterpreta, piensa mal de los demás, rumorea… esa gente hay que evitarla.
7. Autocontrol
El autocontrol es la clave del éxito. Tener la capacidad para decir ‘esto no me conviene’ y postergarlo y poder decidir tu línea de conducta es fundamental.
8. Ejercicio
El ejercicio físico consigue transformar tu mente. Atención, concentración, memoria, percepción. La felicidad depende de la cantidad de ejercicio que hacemos y en si lo hacemos de forma regular. Es salud mental. Si la gente hiciese más deporte, yo tendría menos gente en la consulta.
9. Amor
Una pareja se marchita si no se cuida. Empiezas una relación súper apasionado, quieres muchísimo a la otra persona, ves solo las cosas positivas y de repente el tema se empieza a torcer, empiezas a hacer reproches y pasas al otro extremo y ya no hay vuelta atrás. Tenemos que bajar un poco la guardia y estar más atentos a las cosas que nos siguen apasionando, fomentar la complicidad, la comunicación, para no perder a esa persona.
10. Las palabras cuentan
El lenguaje condiciona nuestras emociones. Hablarnos en un lenguaje útil y positivo va a hacer que nos sintamos más seguros y más felices. Tenemos que cambiar esa toxicidad en el lenguaje tanto con nosotros como con los demás. Centrarnos más en lo que queremos hacer que en lo que queremos evitar y tener una caja de etiquetas en la que guardar todas las etiquetas negativas para no volver a usarlas nunca más. Etiquetas como ‘no soy capaz’, ‘soy perezosa’, ‘no estoy a la altura’… todo eso al final el cerebro se lo cree y hace que nos comportemos conforme a estas etiquetas.
11. La gasolina del cerebro
El cerebro tiene plasticidad, pero es como un músculo, si tú no lo entrenas, con cálculo numérico, con palabras, con memoria, con ejercicio, meditación… al final el cerebro también se atrofia. No podemos estar tres horas viendo la televisión porque a nadie se le ocurre escribir una súper novela después de eso. Eso es lo que nos marchita. El ejercicio profesional nos hace pensar, si nuestro trabajo permite la creatividad. Pero hay que animar a cualquier persona, mayor incluso, a que siga jugando, que tenga curiosidad, que siga aprendiendo, a que cuando vaya a comprar calcule cuanto le vale la cesta de la compra antes e llegar a la caja.
12. No busques la aprobación de los demás
Tu vida la vives tú, no aquellos según los que tomas una decisión. Tú eliges tu camino y tu vida, con sus aciertos y errores. Tengo muchos alumnos de máster arrepentidos con la carrera que estudiaron porque sus padres les empujaron a ello. Yo pensé que eso era de hace 20 años, pero hoy en día los padres siguen incidiendo en qué deben estudiar sus hijos, es tremendo porque esa decisión va a condicionar tu vida.