Un ambiente de efervescencia reina en Al Roj, uno de esos campos, desde que llegó la noticia de que El Asad es historia, asegura su administrador, Rashid Omar. “Estos días las mujeres están ocupadas haciendo las maletas. Están convencidas de que pronto las vendrán a liberar. Nos dicen que dentro de poco se intercambiarán los papeles, que el califato volverá y seremos los kurdos los que estaremos encerrados en campos”. Celebran los ataques turcos contra territorio kurdo y ven a Al Yulani como uno de los suyos.
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