Análisis de Paper Mario: The Origami King, una comedia por turnos
Videojuegos
Nintendo Switch recibe una de las mejores entregas de esta franquicia con veinte años de historia
El punto de partida de Paper Mario: The Origami King es, cuando menos, original. Esta vez no han secuestrado a la princesa… ¡Se han llevado el castillo entero! Así de atrevido es el arranque de la nueva aventura de Mario para Nintendo Switch, un juego que llega a las tiendas este viernes y del que hace solo dos meses desconocíamos por completo su existencia. Quizá por eso, por habernos cogido desprevenidos, hemos disfrutado tanto de los mundos coloridos, los combates por turnos, los rompecabezas y el sentido del humor de la última entrega de esta serie.
Desde hace veinte años todas las consolas de sobremesa de la compañía nipona han contado con un Paper Mario. Esta franquicia huye del esquema tradicional de saltos y pantallas por el que es conocida la mascota de Nintendo para acercar su jugabilidad a la de los juegos de rol. La combinación puede parecer un tanto extraña, pero, si por algo se caracteriza esta compañía es por hacer fácil hasta aquello más complicado.
Paper Mario: The Origami King presenta una nueva amenaza. Como decíamos, no es que hayan secuestrado a la princesa, es que se la han llevado junto con el castillo entero y la han convertido a ella y a todos los habitantes del reino en figuras de origami. Mario, evidentemente, no se conforma con esta nueva normalidad y, valiente como él solo, sale a la aventura para acabar con los planes del malvado rey Olly y su ejército de invasores de papel.
Esta simpática premisa es la excusa que justifica cada uno de los cambios que The Origami King introduce sobre la fórmula tradicional de Paper Mario. Un nuevo enemigo, un nuevo mundo de figuras plegadas y, sobre todo, un nuevo sistema de combates son las principales innovaciones con las que Intelligent Systems, el estudio de desarrollo japonés responsable de esta y de todas las entregas de la serie, quiere dar una nueva vuelta de tuerca a la franquicia. ¿Son cambios acertados? Sin duda.
El nuevo sistema de combates es muy ingenioso. Se podría decir que mezcla los clásicos enfrentamientos por turnos con la dinámica propia de un juego de puzles. En una primera fase el jugador debe mover a los enemigos sobre un tablero circular. La clave está en posicionarlos de la manera más óptima para que, en la segunda fase, Mario pueda encadenar el mayor número de golpes. De entrada, puede parecer un sistema un tanto extraño, pero a medida que el juego avanza se descubre como un mecanismo entretenido y profundo.
Como en otros títulos de rol japoneses, los combates pueden hacerse un tanto pesados si durante una partida se enlazan muchos seguidos, pero Mario puede esquivar a los enemigos, con lo que el jugador tiene cierto margen para escapar de ellos. Este original sistema de combates cambia radicalmente al enfrentarnos a un enemigo final, ya que este pasa a estar en el centro y el puzle consiste en lograr que Mario consiga acercarse para asestar un golpe. Golpes que, en ocasiones, sacan partido de otra de las grandes novedades del título, los llamados brazos desplegables.
Los combates son una parte importante, pero aquello que de verdad centra la experiencia de Paper Mario: The Origami King es la exploración. Como suele ocurrir con los juegos de Nintendo, en tanto que título para un solo jugador, la curiosidad y la sorpresa son el motor de la acción. Descubrir cada nueva zona de su mundo interconectado y escudriñar cada milímetro de sus bellos escenarios conforma la estructura general de una aventura de ritmo agradable y generosa duración.
Paper Mario es al videojuego lo que una comedia es al cine. La aproximación amigable que esta serie siempre ha hecho de un género a veces tan complejo como el de los juegos de rol, también se aplica a su guion. Los traviesos diálogos que mantienen sus personajes son memorables y la traducción de estos al castellano vuelve a ser brillante. Sus gags son breves, inteligentes y constantes y consiguen que el juego pueda apelar a todos los públicos a pesar del aspecto infantil de sus imágenes. En definitiva, The Origami King es otra clase magistral de diseño por parte de la compañía japonesa y una muy agradable sorpresa para el catálogo de Nintendo Switch.