El 24 de febrero, Rusia inició un ataque militar contra Ucrania. Según el presidente ruso, Vladímir Putin, el objetivo era ocupar la región del Donbass (en el este de Ucrania) porque la mayoría de la población es de origen ruso. Sin embargo, las tropas rusas iniciaron una invasión a gran escala y atacaron varias ciudades por todo el país.
En los dos últimos meses, el ejército ruso ha bombardeado edificios de viviendas, hospitales y escuelas, además de destruir centrales eléctricas e infraestructuras como puentes y estaciones. Hay más de cuatro millones de refugiados que han huido de Ucrania y más de seis millones de desplazados internos.
Dos meses después del inicio de la guerra, Rusia no detiene los ataques. La periodista ucraniana Anna Romandash nos explica de qué forma la guerra ha afectado el día a día y cómo la población ucraniana sobrevive al conflicto.
¿Cómo ha afectado la guerra a la vida cotidiana?
La guerra ha influido mucho en la vida cotidiana, especialmente en las regiones donde los combates siguen siendo muy intensos: allí, los niños han dejado de ir a la escuela, es imposible abastecer las tiendas y la gente no puede ir a trabajar.
En Mariúpol, una ciudad del este de Ucrania que ha quedado prácticamente destruida, la gente estuvo viviendo en sótanos durante casi un mes para escapar de los ataques de las tropas rusas. Se estima que 22.000 civiles murieron allí por culpa de las bombas rusas.
En cambio, en el oeste de Ucrania, la vida es relativamente normal porque estamos más lejos de las fronteras con Rusia y Bielorrusia. En esta parte de Ucrania, los supermercados y las tiendas funcionan bien, pero algunas fábricas tuvieron que dejar de funcionar porque no reciben suministros ni repuestos de otras partes del país.
Las ciudades del oeste de Ucrania han recibido alrededor de seis o siete millones de ucranianos desplazados: no quieren salir del país y se han trasladado a esta parte porque es un poco más segura. Aun así, todavía hay sirenas que alertan sobre ataques aéreos, por lo que la gente tiene que correr a los sótanos a menudo.
¿Es difícil conseguir alimentos y otros productos?
Energía, electricidad y productos: estas cosas dependen de la parte de Ucrania donde estés, claro. En las regiones ocupadas o bombardeadas constantemente por los rusos no había electricidad ni agua. En estas regiones, la gente se congelaba en los sótanos porque la guerra empezó en febrero.
En el oeste de Ucrania hay comida y electricidad, pero en algunos lugares hay escasez de combustible porque ahora se reserva sobre todo para fines militares. Sí que es posible conseguirlo, pero es un poco más difícil y también es más caro.
¿Siguen informando los medios de comunicación?
Los medios de comunicación ucranianos siguen trabajando y trabajan juntos: todos los canales de televisión se unieron en un maratón de televisión conjunto para informar sobre la guerra sin parar. Lo mismo ocurre con los medios digitales, radios y periódicos: todos cubren la situación y ofrecen actualizaciones periódicas, etc.
El Ministerio de Información desarrolló una serie de herramientas digitales que informan sobre noticias y alertas importantes. También pueden utilizarse algunas aplicaciones como Telegram: puedes suscribirte a un canal oficial y recibir noticias y mensajes importantes para seguir qué está pasando en tu región.
Además, todos los teleoperadores en Ucrania también están trabajando conjuntamente para que las personas puedan llamar en caso de emergencia, incluso si no tienen dinero en su cuenta.
¿Sigue habiendo internet en Ucrania?
Ucrania tiene el internet más barato de Europa, es muy bueno y funciona a través de terminales Starlink (la empresa de Elon Musk) que el gobierno ha comprado para garantizar la seguridad. Estos terminales se utilizan para proteger las comunicaciones por internet mientras dure la guerra, ya que los rusos intentan desconectar a la población ucraniana especialmente en las regiones ocupadas.
En el sur de Ucrania, en las zonas ocupadas temporalmente, los rusos intervinieron las redes de internet y cortaron los medios ucranianos, de forma que la gente solo podía seguir las cuentas rusas, que están llenas de mentiras y de propaganda. Así que la gente utiliza VPN [redes privadas] y otros recursos para buscar información verificada y para informar sobre su situación.
¿Existen redes de apoyo entre los ciudadanos?
Sí, hay solidaridad y los ucranianos se ayudan entre ellos. Las personas ofrecen alojamiento gratuito a quienes tuvieron que huir de sus hogares; también ofrecen alimentos, ropa y otras cosas… Los ayuntamientos y gobiernos locales también organizan viviendas y se están construyendo algunas casas temporales para millones de familias que huyeron.
Los desplazados pueden obtener ayudas públicas para mantenerse durante un tiempo. Sin embargo, el gobierno les recomienda buscar trabajo, enviar a sus hijos al colegio y no regresar todavía a las zonas cercanas a los combates, porque no hay garantías de que los rusos no vuelvan a atacar.
¿Hay gente de Ucrania en contra de la guerra?
Todo el mundo en Ucrania quiere la paz, nadie quería entrar en guerra. Fue Rusia quien nos invadió y comenzó la guerra, y no al revés. Por lo tanto, todos los ucranianos queremos la paz, pero sabemos muy bien que esta paz solo puede llegar cuando derrotemos a Rusia.
Hay que recordar que Rusia ya anexionó [la península de] Crimea y atacó el este de Ucrania en 2014. No confiamos en nada de lo que digan Putin, sus generales y oficiales. Nuestra única forma de paz es expulsar al ejército ruso de Ucrania antes de que nos destruyan.
¿Hay menos combates desde que empezó la guerra?
Hay muchos combates, en realidad. En el este de Ucrania, el ejército ruso casi ha destruido la ciudad de Mariúpol y está intentando conseguir refuerzos para ocupar toda la región. También han contratado a mercenarios extranjeros para luchar en Ucrania.
Los rusos se retiraron del norte del país, pero esta zona sigue siendo insegura porque dejaron muchas minas y bombas en el terreno. Esta es una guerra de agotamiento y exterminio, por lo que durará mucho tiempo.
¿Cómo enfrentan los ucranianos la reconstrucción del país?
Podemos reconstruir Ucrania y lo haremos, pero no podemos resucitar a los muertos. Eso es lo peor: las masacres en ciudades como Bucha, donde hay fosas comunes con centenares de cuerpos; en Mariúpol no hay un solo edificio que no haya sido dañado o destruido; en muchas ciudades hay cadáveres en las calles, la gente lo ha perdido todo…
Los ucranianos queremos reconstruir nuestro país y lo haremos, pero también necesitamos el apoyo de la comunidad internacional, porque esta escala de destrucción está fuera de toda medida. Tendremos que ayudar a todas aquellas personas que sobrevivieron pero que también perdieron todo lo que tenían, y necesitaremos invertir miles de millones para reconstruir ciudades, caminos, infraestructuras… todo.
Muchos ucranianos también huyeron de Ucrania como refugiados a otros países europeos como España, Polonia sobre todo, Alemania, República Checa… Ellos también tienen muchas ganas de volver para reconstruir sus hogares y su país.
¿Qué papel ha jugado la comunidad internacional?
Los ucranianos están muy agradecidos por el apoyo y la ayuda que recibimos de personas muy amables del exterior. Es maravilloso ver solidaridad y empatía. Yo estoy muy, muy agradecida a todos y todas: hay muchas historias de ayuda, de solidaridad, de comunicación y apoyo.
Sin embargo, ayudar a los refugiados no resuelve el problema de la guerra. Los refugiados seguirán llegando mientras haya guerra en Ucrania; por lo tanto, poner fin a la guerra es la solución definitiva.
¿Cuál es la solución para poner fin a la guerra?
La guerra no puede terminar fácilmente. Cualquier supuesta solución diplomática con Rusia es inútil: después de todo, afirmaron que nunca atacarían Ucrania y todavía niegan la guerra. No podemos confiar en ningún acuerdo con Rusia porque, mientras Putin esté en el poder, Rusia seguirá siendo una amenaza.
Hay políticos europeos que preferirían que Ucrania cediera parte de su territorio para apaciguar y complacer a Rusia. Esto es surrealista: antes de que algunos políticos europeos comiencen a criticar o intimidar a Ucrania para que ceda, deberían pensar en qué harían si estuvieran en nuestro lugar.
Para detener a los rusos necesitamos más armas pesadas y también el embargo energético [contra las exportaciones de Rusia]. Europa dio a Ucrania 1.000 millones de euros en ayudas desde el comienzo de la guerra. ¿Cuánto pagó a Rusia por su energía durante el mismo periodo? ¡Más de 30.000 millones de euros! Este dinero es suficiente para que Putin siga financiando la guerra… Cuanto antes terminemos esta guerra, antes podremos volver a la paz y la estabilidad en Europa.
Anna Romandash es una periodista ucraniana. Ha ganado los premios de Council of Europe, Internews y European Youth Press. Ha escrito para Der Spiegel, Radio Free Europe y Delfi.