La separación de poderes, una garantía democrática
Democracia
La separación de poderes es un sistema que busca la independencia entre el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial para evitar el abuso de poder
Las manifestaciones que han tenido lugar en Polonia, las más multitudinarias en décadas, han provocado que el gobierno posponga la casi prohibición del aborto en el país. Pero las protestas por la prohibición del aborto han evidenciado también otras problemáticas sociales y políticas.
Los manifestantes han reivindicado otros temas y han protestado contra el partido gobernante ultraconservador y contra la influencia que la Iglesia tiene en el Gobierno y en la sociedad.
Una de las problemáticas en Polonia es el control del funcionamiento de la justicia por parte del partido gobernante, Ley y Justicia (PiS). Los políticos intentaron influir en el nombramiento de los jueces y en el trabajo del Tribunal Constitucional. Según la agencia AP, podrían incluso despedir jueces que critiquen sus decisiones.
La medida contempla sanciones disciplinarias para los jueces contrarios a aceptar los cambios impulsados por el partido en el Gobierno. Según el periódico The New York Times, 14 de los 15 jueces que forman el Tribunal Constitucional han sido seleccionados por el PiS, por lo que el partido tendría gran control sobre sus decisiones.
Estos cambios han sido criticados por organismos internacionales y por la Unión Europea, que lo considera un ataque al Estado de derecho y a los valores europeos. De hecho, la Comisión Europea inició acciones legales contra el país por las interferencias con el sistema judicial, según la organización Human Rights Watch.
Las interferencias con el sistema judicial vulnerarían la teoría de la separación de poderes. Pero: ¿Qué implica esa teoría y cómo fue inventada?
Tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial
La teoría clásica de la división de poderes fue elaborada, entre otros, por elfilósofo francés del siglo XVIII Montesquieu. Según esta teoría, los poderes del Estado son tres: ejecutivo, legislativo y judicial.
Cada uno de ellos tiene una competencia delimitada: el poder ejecutivo; administrar y gobernar, el poder legislativo; elaborar y aprobar las leyes, y el poder judicial: juzgar y hacer cumplir las órdenes de los jueces. En España, por ejemplo, el poder ejecutivo recae en el Gobierno; el legislativo en las Cortes Generales (Senado y Congreso de los Diputados), y el poder judicial, en el Tribunal Supremo.
Las teorías políticas de Montesquieu influyeron en cierta medida en la formación de los estados modernos. Aunque falleció en el año 1755, su influencia perdura hasta nuestros días. Según su obra, estos tres poderes debían estar separados para garantizar un equilibrio e independencia y así evitar que los gobernantes acumulasen demasiado poder.
La división de poderes es una de las características de los estados de derecho. En este tipo de estado todos los miembros de una sociedad, incluso los gobernantes, deben cumplir con la ley.
Limitar la influencia de los gobernantes para evitar el abuso de poder
Montesquieu vivió en un momento histórico en el cual la mayoría del territorio europeo estaba gobernado por monarquías absolutas. Eso significa que un gobernante acumulaba la mayoría del poder. Sin embargo, los ciudadanos, especialmente aquellos que tenían más poder económico, pedían tener más poder a la hora de tomar decisiones que les afectasen.
En 1789 tuvo lugar la Revolución Francesa, una revuelta de la ciudadanía para terminar con el abuso de poder por parte de la monarquía y de la nobleza del país. Tras derrocar la monarquía, se constituyó una Asamblea con el fin de redactar una Constitución, una ley fundamental para construir un estado democrático.
El 27 de agosto de 1789 la Asamblea publicó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. En el documento se definían los derechos personales y los de la comunidad. El artículo 16 de esta Declaración establecía que un estado que no garantice los derechos humanos y no establezca la separación de poderes, no puede tener Constitución. Por lo tanto, no puede ser del todo democrático.
La independencia y la separación de los tres poderes del Estado, suponen una garantía, para que no se produzcan abusos o injusticias por parte de los gobernantes. Esa separación fue recogida en la mayoría de las Constituciones de los Estados democráticos del siglo XIX y todavía hoy están presentes en las constituciones de muchos países y en las vidas de sus ciudadanos.
Fuentes: AP, La Vanguardia, The New York Times, Tribuna Salamanca