Misión: encontrar vida en Venus
Parc Astronòmic Montsec
El reciente descubrimiento de fosfina en las nubes de este planeta reaviva el interés por explorarlo para descubrir si su origen es biológico o geoquímico
¿Hay vida más allá de la Tierra? Esa es la pregunta que se sigue haciendo la comunidad científica hoy en día. Resolver esta cuestión es el principal desafío de muchos investigadores.
El último hallazgo, publicado por la revista Nature Astronomy , es la presencia de fosfina en las nubes altas de Venus. Se trata de una molécula poco común y que puede significar indicios de vida en nuestro planeta gemelo. Y es que, en la Tierra, este gas es producido por microbios que habitan en entornos libres de oxígeno.
Un misterio por resolver
Pero no es la única hipótesis que se baraja. “Hay que ser cautos, porque estos compuestos también se generan por mecanismos no orgánicos, como una actividad geológica. Ahora hay que despejar esa incógnita. Con los datos que tenemos, lo más lógico es pensar en esta segunda opción. Pero también es cierto que en la Tierra se han observado algunas bacterias que pueden vivir en condiciones extremas. Por ejemplo, en los conos volcánicos”, explica el director científico del Parc Astronòmic Montsec (PAM), Salvador J. Ribas.
También hay que descifrar la incógnita de la fosfina –o fosfano–. Se trata de un gas incoloro, inflamable, que puede explotar a temperatura ambiente y que huele a ajo. También puede utilizarse como insecticida.
¿Por qué pensar entonces que el planeta puede albergar vida? Porque la molécula de la fosfina está compuesta por cuatro átomos de hidrógeno y uno de fósforo, vinculado a la presencia de vida.
Las condiciones para la vida en Venus tampoco parecen ser las mejores. Por tamaño y masa es muy parecido a la Tierra. Tanto, que es conocido como el planeta gemelo. Pero sus temperaturas de casi 500 grados centígrados y sus lluvias con hasta un 90% de ácido sulfúrico complican la posibilidad de encontrar vida.
“Por su situación, la órbita de Venus está más cercana al Sol que la de la Tierra. Por eso, tiene una atmósfera extraordinariamente densa (90 veces más espesa que la de la Tierra) que no nos deja ver nada. De hecho, cuando vemos una foto de este planeta, vemos capas de nubes. Esto hace que haya un efecto invernadero muy intenso, con las elevadas temperaturas que eso conlleva”, apunta Ribas.
Cómo explorar Venus
El interés por Venus viene de lejos. Durante décadas, el país que más empeño puso en su investigación fue la Unión Soviética (URSS). “El gran salto vino con las exploraciones espaciales soviéticas, bautizadas como Venera. Esas misiones llegaron a ponerse sobre la superficie de Venus, pero su vida útil fue de tan solo unos minutos, por las temperaturas. No estaban planteadas para un ambiente tan agresivo. Después, se apostó por los vuelos orbitales, para conocer sus características y analizar su atmósfera”, sigue el responsable del PAM.
Todas las hipótesis siguen abiertas y la investigación solo acaba de empezar. El siguiente objetivo será analizar si hay trazas de otros elementos que puedan ser indicadores de vida, a través de la observación desde tierra o en órbita.
El calendario tampoco nos da pistas de cuándo obtendremos una respuesta: “Una opción es apostar por una misión espacial. Mínimo, tardaría unos diez años, o incluso más. Otra vía es alguna tecnología instrumental ya existente. Esto puede acortar algo los plazos. Creo que, al ser un hecho relevante, tendremos nuevos datos en poco tiempo”, concluye este experto.
Información elaborada en colaboración con el Parc Astronòmic Montsec