Nueva Ley de Seguridad Nacional en Hong Kong
Protestas Hong Kong
China aprobó el 30 de junio de 2020 la nueva Ley de Seguridad Nacional, una medida muy polémica que busca aplicar castigos más duros contra las personas contrarias al régimen
China aprobó el 30 de junio de 2020 la nueva Ley de Seguridad Nacional, a pesar de las continuas protestas por parte de los ciudadanos de Hong Kong. Esta ley podría limitar algunos derechos fundamentales de los ciudadanos de la ciudad, que gozan de más libertades que el resto de ciudadanos de China.
Desde el último año se han registrado varias manifestaciones de grupos a favor de la democracia en la ciudad. Especialmente tras el intento de aprobación de una ley de extradición, que permitiría juzgar a personas detenidas en Hong Kong en China continental, donde no hay tantas garantías de independencia judicial. La mayoría de las manifestaciones fueron pacíficas, pero en algunos casos hubo disturbios.
Ante esta situación, el partido comunista chino anunció que impulsaría una ley en Hong Kong para garantizar la estabilidad de la región. Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional declararon que la ley era “la mayor amenaza contra los derechos humanos en la historia reciente de la ciudad”.
Un país, dos sistemas
La región de Hong Kong goza de un “estatus especial”. Después de 155 años como colonia británica, en 1997 fue devuelta a China con la condición de mantener un régimen distinto del resto de China. Para ello entró en vigor la Ley Básica o Fundamental, que debía regir hasta el 2047.
Por ello, en Hong Kong, a diferencia de China, hay una democracia limitada: pueden elegir la mitad de sus representantes en la Asamblea legislativa. El sistema judicial es un reflejo del modelo británico. Eso sí, China tiene la última palabra.
Pero lo más destacable es que en China están totalmente prohibidos los derechos fundamentales, a diferencia de Hong Kong, donde se garantiza la libertad de expresión, de reunión y de prensa. Por ello, Hong Kong se ha visto como una “ciudad protesta”, en la que es más fácil manifestarse contra el gobierno chino. Sin embargo, la aprobación de la ley podría cambiar esta situación.
La nueva ley
Los expertos coinciden en que la ley es una medida implantada por Pekín para acallar a los hongkoneses más críticos y para tener más control sobre la antigua colonia británica. La ley fue redactada casi completamente en secreto y ni siquiera la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, participó en su redacción.
La ley condenará con penas que van desde tres años hasta cadena perpetua los delitos de: secesión (cualquier acto destinado a separar Hong Kong de China), subversión (cualquier movimiento revolucionario que pretenda destruir la política del país), terrorismo (utilización de la violencia contra personas o propiedades) y colusión (acuerdo secreto contra alguna cosa o persona con fuerzas externas).
Los jueces encargados de los casos de seguridad nacional serán escogidos por la jefa ejecutiva, lo cual podría afectar la independencia de los veredictos. Además, el gobierno central chino será el que tenga la última palabra sobre las decisiones judiciales de Hong Kong e instalará en la ciudad una oficina de seguridad para “supervisar, guiar y dar apoyo”.
Las consecuencias no tardaron en hacerse notar. Se disolvió el principal partido prodemocrático, Demosisto, debido a la preocupación sobre cómo la ley podría afectar la seguridad de sus integrantes. Además, pronto se llevaron a cabo las primeras detenciones de activistas.
Relaciones internacionales y empresas
China censura el acceso a muchas páginas y aplicaciones occidentales. Con la Ley de Seguridad Nacional, varias plataformas han anunciado que dejan de operar en el país asiático. Varias oenegés que operan en el país también han señalado que ven con preocupación su futuro en la ciudad.
Por otro lado, países de todo el mundo mostraron su rechazo a la ley. Estados Unidos, que muestra abiertamente su rivalidad hacia China, daba un trato especial a Hong Kong para comerciar, pero lo han anulado. Las autoridades estadounidenses han argumentado que tienen miedo de que la tecnología sensible acabe en manos del gobierno chino.
Reino Unido, por su parte, ha anunciado que suspenderá “inmediata y definitivamente” el tratado de extradición entre Londres y Hong Kong. El país también ha ofrecido a los hongkoneses nacidos hasta 1997 (fecha del fin de Hong Kong como colonia británica) la posibilidad de solicitar la ciudadanía británica.
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