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La respuesta de los países europeos a la pandemia del coronavirus

Covid-19

Los estados miembro de la Unión Europea aplican diferentes grados de confinamiento para frenar la expansión del virus

Dos hombres conversan, cada uno desde su balcón, durante el confinamiento por el coronavirus en Barcelona.

Emilio Morenatti / AP

El gobierno de China informó sobre la aparición del coronavirus a finales de 2019. Menos de un mes después se registró el primer caso en Europa: fue detectado en Francia el 24 de enero de 2020, a un ciudadano francés que había viajado al país asiático.

Desde entonces, los casos de personas infectadas en los países europeos se han multiplicado de forma considerable. Hasta el punto que, el 13 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que Europa se había convertido en el nuevo epicentro del virus.

A día de hoy, en el continente ya hay más de 900.000 contagios y 80.000 personas fallecidas, según datos de la Unión Europea. Para frenar la propagación de la enfermedad, la mayoría de países europeos han optado por restringir la movilidad de personas, aunque con algunas diferencias.

España e Italia, los más afectados

Escuelas, universidades, equipamientos culturales, tiendas, restaurantes y bares… han permanecido cerrados desde principios de marzo en Italia, el país europeo con más personas fallecidas.

El confinamiento está previsto hasta el 3 de mayo, pero a partir del 14 de abril se permite abrir algunos negocios no esenciales como librerías, papelerías o tiendas de ropa para niños.

Durante todo este periodo, los italianos han podido salir a correr de forma individual y cerca de casa.

España se ha convertido en el país europeo con más personas contagiadas (más de 170.000). Para frenar su expansión, el gobierno decretó hace un mes el Estado de alarma y ha aplicado medidas de cuarentena bastante similares a las de Italia.

En los últimos quince días se ha decretado el confinamiento total. A partir de esta semana se mantiene la obligación de quedarse en casa sin salir a pasear ni a correr, pero se han relajado las medidas para trabajadores de sectores no esenciales como la industria o la construcción, que han podido volver al trabajo.

Alemania y Francia

En Alemania, el tercer país con más contagios, no existe un confinamiento como tal sino que el gobierno ha implantado medidas de contención: se puede salir a la calle pero solo, o con las personas con quien se comparte domicilio. Estas medidas se han alargado hasta el 3 de mayo.

En este caso, la cuarentena permite salir a correr o practicar algún deporte de forma individual o en familia en espacios públicos como parques o jardines, también con niños (a diferencia de España, donde los menores deben permanecer en casa).

Además, los comercios pequeños y medianos podrán abrir a partir del 20 de abril siempre que respeten las normas de higiene y distanciamiento social.

En Francia está permitido practicar algún deporte en solitario a, como máximo, un kilómetro de distancia de casa. Además, los menores también pueden salir de casa.

Tras unas primeras medidas más relajadas, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha alargado el estado de confinamiento hasta el 11 de mayo, cuando podrían abrir escuelas infantiles, colegios e institutos.

El Reino Unido cambia de opinión

En un primer momento, el gobierno del Reino Unido descartó tomar medidas, lo que provocó las críticas de la oposición y la comunidad científica contra el primer ministro, Boris Johnson.

Sin embargo, los casos empezaron a aumentar y el primer ministro se vio obligado a anunciar actuaciones más estrictas. De hecho, el mismo Boris Johnson tuvo que ser hospitalizado tras enfermar de Covid-19.

A día de hoy se mantiene el confinamiento, que podría alargarse hasta el 7 de mayo. Los británicos deben permanecer en casa y solo pueden salir para comprar alimentos o ir a trabajar en casos esenciales. No obstante, está permitido salir a pasear o hacer deporte una vez al día.

Bélgica, Holanda y los países escandinavos

En Bélgica el confinamiento está previsto hasta el 19 de abril, aunque podría prorrogarse hasta principios de mayo. Como en otros países, los únicos comercios que siguen abiertos son supermercados, bancos, gasolineras, farmacias y oficinas de correos.

Sin embargo, el gobierno autoriza la actividad física junto a otras personas de la misma familia y manteniendo la distancia. Las escuelas belgas siguen abiertas, reservadas para los hijos de quienes deben seguir trabajando.

Una familia en la calle, bailando al ritmo de la música para homenajear al personal sanitario en Bruselas

Stephanie Lecocq/ EFE

También lo hacen las escuelas en Holanda, entre otros países. Allí, el gobierno ha aplicado un “confinamiento inteligente”: se han cerrado espacios donde se pudieran congregar grupos de personas, pero no se ha prohibido a la gente salir de casa siempre que se mantenga la distancia de seguridad.

Otros países escandinavos también han aplicado medidas más relajadas. En Finlandia, por ejemplo, las escuelas han cerrado pero los comercios siguen abiertos y la gente puede circular por la calle libremente (aunque no en grupos). Por su parte, el gobierno de Dinamarca ha anunciado la reapertura de las escuelas, una decisión que no ha gustado a la mayoría de padres.

En el caso de Suecia, los bares y restaurantes han permanecido abiertos pero se han prohibido grandes concentraciones. El gobierno sueco se ha centrado en la protección de los colectivos más vulnerables, como las personas mayores.

Estos países registran algunas de las cifras de contagios y muertes más bajas de Europa.

¿Respuesta económica conjunta?

Los gobiernos preven que el cierre de comercios, empresas y fábricas tenga graves consecuencias económicas.

Los países miembro de la Unión Europea (UE) ya han iniciado negociaciones para discutir cómo hacer frente a la nueva crisis económica, pero no todos comparten la misma visión.

Una de las opciones más comentadas son los llamados coronabonos: bonos de deuda emitidos por el Banco Europeo de Inversiones, que prestaría dinero a los países más afectados. Estos mismos países defienden la solidaridad europea y piden que la deuda sea asumida de forma conjunta por todos los países de la UE, pero los países más ricos se niegan.

De momento, los ministros de finanzas europeos han acordado crear un fondo de 500.000 millones de euros para destinar a gastos sanitarios y combatir la pandemia. También se creará un fondo adicional para ayudar a las empresas.

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