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El vasto mercado de las aplicaciones móviles

Apps

Empresas y administraciones recurren a este exitoso formato para cubrir las nuevas demandas del usuario

La experiencia del usuario es clave para el diseño de una aplicación.

DENIS BALIBOUSE / DENIS BALIBOUSE / Reuters

Controlar nuestro peso, consultar la carta de un restaurante y, ahora, poder conocer el aforo de las playas desde nuestro sofá. Estas son algunas de las ventajas que nos ofrecen las aplicaciones, un exitoso formato que no para de crecer desde que surgió.

“El mercado de aplicaciones es enorme, aunque ahora con la pandemia se haya puesto más de relieve la importancia de las apps. Con la crisis sanitaria, las pequeñas y medianas empresas han visto la necesidad de ofrecer sus servicios a través de una herramienta de este tipo”, explica el director del posgrado de Desarrollo de Aplicaciones Web de la UOC, César Pablo Córcoles.

“Desde que apareció el formato app, ha tenido muy buena aceptación. No es casualidad que, durante el confinamiento, se hayan visto muchas iniciativas nuevas en este sentido. El motivo es porque consigues llegar al usuario de una manera más directa”, añade el director del Máster en Diseño de Apps: UX/UI de la Escuela de Superior de Diseño de Barcelona (ESDESIGN), Josep Ortega.

Nuevas demandas

Cada día van surgiendo nuevas necesidades. Las últimas, derivadas de la pandemia. Han desaparecido las cartas en bares y restaurantes y la alternativa es una aplicación o escanear un código QR. Los aforos son otra de las preocupaciones. Para conocerlos en tiempo real, proliferan las apps de transportes públicos o playas.

“Es un mundo relativamente nuevo, un formato que está en constante evolución. Nosotros nos adaptamos a los tiempos y a las novedades que se puedan presentar cada año. Por eso los programas de formación tienen que estar, por así decirlo, vivos”, asegura Ortega.

El gobierno Alemán ha desarrollado una aplicación para controlar la pandemia del coronavirus.

SASCHA STEINBACH / SASCHA STEINBACH / EFE

Su utilidad es tal que las administraciones y buena parte de los gobiernos europeos han optado por desarrollar sus propias aplicaciones para controlar la pandemia del coronavirus. Alemania ya tiene la suya y el Gobierno última la prueba piloto que está llevando a cabo en Canarias. El objetivo es cortar la cadena de transmisión y avisar a los usuarios que han podido estar en contacto con una persona contagiada.

“Dependiendo de la aplicación el proceso de creación es más o menos complejo. Hay algunas sencillas, que se pueden hacer en periodos de tiempo cortos y con un grupo de trabajo reducido. Si quieres una aplicación más sofisticada, se requiere de una laboriosa recogida de información, trabajo con ingenieros de software y diseñadores de experiencia de interfaz”, explica el profesor de la UOC.

Experiencia del usuario

La experiencia del usuario es clave para el diseño de una app. “Lo primero en que hay que pensar es en el usuario, que es el destino final de su proyecto. Por ejemplo, trabajamos metodologías como los flujos de navegación, para que la experiencia sea la más adecuada. Primero tenemos que centrarnos la experiencia del usuario, para luego diseñar la interfaz”, dice este especialista de Esdesign.

“El desarrollador de aplicaciones debe trabajar desde dos ámbitos. Desde el pensamiento computacional, es decir, descomponer un problema, procesar datos y combinarlos para darle una solución. Y, después, centrarse en la parte visual de experiencia de usuario y desarrollo de software”, concluye Córcoles.