El extraño caso de Rosario, 78 años y enferma de parkinson: desaparece del sistema de salud

Sin previo aviso

A su marido, de 81 años, le saltaron las alarmas cuando acudió a la farmacia y vio que el neurólogo no le había renovado la receta de los fármacos que ella toma

Rosario, de 78 años, lleva una década enferma de parkinson

Rosario, de 78 años, lleva una década enferma de parkinson 

LV

Cuando uno va sumando años, su capacidad de sorpresa, por la experiencia acumulada seguramente, va a menos. Pero siempre hay excepciones. Un ejemplo, el caso de Rosario. De 78 años y enferma de parkinson desde hace una década, se quedó de un día para otro sin cobertura sanitaria. A su marido (Modesto, 81) le saltaron las alarmas cuando acudió a la farmacia y vio que el neurólogo no le había renovado la receta de los fármacos que ella toma por su patología. Se lo explicó a una de sus hijas, Esther, y esta logró localizar al médico, quien le dijo que no podía actualizar la receta porque Rosario se había quedado sin cobertura sanitaria. Ahí empezaron a tirar del hilo.

“El neurólogo me explicó que nunca le había pasado algo así”, explica Esther a La Vanguardia. “Me envió incluso una captura de pantalla por WhatsApp: el mensaje decía que mi madre no tenía cobertura sanitaria”, añade. La familia se quedó sorprendida y preocupada, en especial porque a Rosario se le estaba acabando la medicación.

El neurólogo me explicó que nunca le había pasado”

EstherHija de Rosario

Desconcertado, su marido, que cuida de ella, fue a su CAP a explicar lo sucedido. Y ahí recibió el primer revés: le dijeron que ellos no podían hacer nada. “Tiene que acudir a la Seguridad Social”, le informaron. Pidió ayuda a su hija para que le consiguiera una cita. Obtuvo una telefónica y llamaron a Modesto en un día y hora concretos. 

La persona que lo atendió le dijo también que no podía hacer nada. Le comunicó que tendría que acudir a una oficina de la Seguridad Social y que cogiera la primera cita que encontrara. En paralelo, le envió unos documentos. “Yo los rellenaría”, le dijo. Eran para dar de alta a Rosario de nuevo en la Seguridad Social. “Son los papeles que, si no recuerdo mal, rellené cuando tuve una hija”, arguye Esther. “Era como volver a empezar”.

La respuesta del INSS

“Su madre nunca ha estado dada de alta en la Seguridad Social”

La primera cita disponible era en un mes y medio, aunque “después de estar más una hora frente al ordenador”, señala esta última, consiguió una “mucho más pronto” en los servicios centrales del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en Barcelona.

Lo primero que hizo la persona que les atendió fue introducir en el ordenador el número de DNI de Rosario. “No ha estado nunca dada de alta en la Seguridad Social”, les comunicó. Modesto y Esther no se lo podían creer. La funcionaria introdujo el número tres o cuatro veces más con el mismo resultado. Después de consultar con su superior, les tramitó los papeles del alta que ya traían cumplimentados. Ellos le preguntaron si, tras esa gestión, el neurólogo podría actualizar la receta. “Sí, sí que podrá”, fue la respuesta. Nada más lejos de la realidad. Al médico le seguía saliendo el mismo mensaje en la pantalla.

A Rosario, la enfermedad restringe especialmente su movilidad

A Rosario, la enfermedad restringe especialmente su movilidad 

LV

Desesperados, volvieron al INSS, donde les dijeron que ellos no podían hacer nada más, que era ya cosa del CAP. Acudieron a su centro de atención primaria, y allí les informaron de que para hacer esa gestión necesitaban otra cita. Se la dieron para unos días después. Llegada la fecha, finalmente les resolvieron el problema, pudiendo Rosario tener acceso a su medicación.

No obstante, no obtuvieron ninguna explicación de lo que había sucedido. Lo que sí les explicaron es que Rosario causó baja el 19 de octubre del año pasado, estando desaparecida del sistema aproximadamente un mes, hasta que la volvieron a dar de alta por las gestiones de la familia.

Cambio en el nivel de copago

Fuentes del departament de Salut explican a este diario que en la base de datos de personas acreditadas por el CatSalut se aplican unos controles y un seguimiento cualitativo sobre la información que consta, tanto la personal como la que da derecho a la asistencia sanitaria y al nivel de copago de la farmacia ambulatoria y al resto de prestaciones sanitarias.

Estos controles –añaden- pueden detectar diferencias entre la base de datos del CatSalut y la de otros organismos, como el INSS, que es el responsable de la acreditación de la condición de asegurado o beneficiario de la prestación de asistencia sanitaria del Sistema Nacional de Salud. En el caso de Rosario, “se detectó una diferencia y se corrigió por el dato que constaba en el INSS, lo que provocó un cambio en el nivel de copago que tenía asignado, generando la incidencia”.

¿El origen? Un error del 2012

Según explican fuentes del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, todo nace de un error del 2012, “cuando se pasaron todos los datos de titulares y beneficiarios al nuevo aplicativo de asistencia sanitaria del INSS”. En ese traspaso de información, los datos de Rosario no se incorporaron a la nueva base de datos. “Ocurrió en algunos casos, y las personas afectadas que se dieron cuenta, vinieron al INSS y se resolvió, sin mayor incidencia”.

Ni Rosario ni su familia detectaron esa anomalía (si es que había manera de hacerlo) y de ahí –explican desde Inclusión- que solo acabara constando en la base de datos del, en este caso, CatSalut como beneficiaria de su esposo. “Por eso tenía el copago del marido del 10% con un límite de 18,52 euros/mes” -señalan estas fuentes-, que acabó perdiendo al ser dada de baja por el CatSalut.

Sin previo aviso

Dada de baja el pasado 19 de octubre

Tras resolver este problema con el INSS –agregan desde el departament de Salut- la persona “ya consta como beneficiaria de un titular pensionista y se ha podido sincronizar esta información con la que figuraba en la base de datos de población protegida del Sistema Nacional de la Salud”.

Es llamativo, no obstante –así también le parece a la familia-, que el error se cometiera en un traspaso de información en el 2012 y que el CatSalut no detectara la diferencia entre su base de datos y la del INSS hasta el pasado 19 de octubre, cuando dieron de baja a Rosario, quedándose esta sin cobertura sanitaria.

Ya vuelve a constar

Desde Salut esgrimen que la diferencia de tiempo entre el error, la detección y su corrección puede deberse a diferentes circunstancias.  “Estamos hablando de un elevado volumen de datos (más de ocho millones de registros) que constan en sistemas de información de organismos diferentes y pueden cambiar de estructura en base a cambios legislativos u otros. Puede ocurrir que un cambio en uno de estos campos hubiera quedado desapercibido en su momento”, arguyen.

Debido a la incidencia, la familia de Rosario tuvo que costearse la medicación que ella necesita durante el tiempo que el neurólogo no pudo actualizar la receta, importe que no quiere reclamar. Por suerte, lo ocurrido no ha afectado al proceso de reconocimiento de su discapacidad y dependencia, iniciado antes de que desapareciera del sistema y que sigue adelante.

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