Desde que era un niño, Jordi Gutiérrez tenía el sueño de trabajar en un zoo. Su buena relación y amor por los animales lo acompañó durante toda su infancia y adolescencia. Siempre tuvo claro que su futuro profesional tenía que estar relacionado de alguna forma con los animales. Hoy, ya con 29 años, es cuidador en el Zoo de Barcelona.
Mi sueño era trabajar en el zoo
“Mi sueño era trabajar en el zoo, y se ha cumplido”, confiesa emocionado Jordi. Esto ha sido posible gracias al programa Incorpora de la Fundación La Caixa en colaboración con la Asociación Catalana de Integración y Desarrollo Humano (Acidh). Esta fundación ha promovido 12.144 contrataciones en Catalunya de personas en situación de vulnerabilidad, reafirmando su compromiso con los más necesitados.
Acidh es una entidad sin ánimo de lucro que tiene el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas con funcionamiento intelectual límite, con la misión de acompañar a personas como Jordi durante todas las etapas de su vida, proporcionando una atención total y personalizada en los ámbitos de la educación, el ocio, la vivienda, el trabajo y la salud mental.
“Siempre intentamos trabajar con empresas que busquen la inclusión, dándoles todo el apoyo necesario para que se produzca una inserción laboral satisfactoria para las dos partes”, explica Neus Palos, directora del servicio de inserción laboral de Acidh.
El viaje de Jordi se inició hace más de cinco años, cuando junto a su familia decidieron confiar en Acidh para empezar un proceso de formación e inserción laboral. Neus comenta que el proceso de formación es un itinerario individualizado adaptado a la situación del trabajador. En el caso de Jordi, se le hizo un acompañamiento individual y una formación de competencias transversales: se le enseñó a como buscar un trabajo, se le acompañó a visitar a empresas y se le preparó para afrontar las entrevistas de trabajo con total normalidad.
Me quedé en shock cuando me dijeron que trabajaría en el zoo
A Jordi le encantan los animales, pero su favorito es una tortuga de 90 años que se llama Mahé, en referencia a la isla más grande de las Seychelles. Cada día, nada más entrar por las puertas del zoológico a las ocho y media de la mañana, Jordi empieza su jornada laboral tomando la temperatura del terrario de Mahé, limpia concienzudamente toda la zona del hábitat y finalmente le prepara la comida a “su tortuga”. “El día que me dijeron que me quedaba a trabajar en el zoo me quedé en shock, no me lo podía creer”, relata Jordi. Para él, trabajar y convivir con los animales es un sentimiento de alegría constante en un entorno, el Zoo, que Jordi define como “un Arca de Noé”.
Desgraciadamente el Zoo de Barcelona se encuentra ahora mismo en una situación complicada ante los rumores de posibles traslados. Pese al momento de felicidad que vive Jordi, confiesa que en ocasiones está “preocupado” por el futuro incierto y la viabilidad del Zoo. “Nunca sabemos qué pasará, pero yo desearía poder jubilarme aquí”.