Los profesionales de la salud animal, en especial los veterinarios de mascotas y pequeños animales, se han movilizado contra un real decreto que, entre otras cosas, les “ata de pies y manos a la hora de prescribir antibióticos”. En este contexto de protestas, que proseguirán en los próximos días en Madrid y Barcelona (donde todo comenzó) la patronal de las clínicas veterinarias dijo que uno de sus afiliados ya había sido sancionado con una multa de 90.000 euros por saltarse los protocolos.
El dato, rápidamente reproducido por innumerables medios, se deslizó la semana pasada, al final de una rueda de prensa de Sebastià Rotger y Andreu Oliver, dos altos cargos de la Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE). Ni uno ni otro, sin embargo, precisaron de qué clínica se trataba, aunque relacionaron el caso con el presunto incumplimiento de la nueva normativa sobre fármacos.
Es una realidad que el real decreto incluye sanciones “desproporcionadas”, como la califican varios colegios de veterinarios, incluido el de Barcelona. Las cuantías pueden llegar a 1.200.000 euros. Pero fuentes del Ministerio de Sanidad, a través de la Dirección General de Farmacia, han desmentido “taxativamente” que la multa a la que aludió la CEVE tenga relación con el decreto 666/2023 y han precisado que se trata de la culminación de un expediente que se inició hace más de un año por “graves irregularidades”.
Los profesionales del sector consultados por este diario se han desmarcado de las afirmaciones de Sebastià Rotger y Andreu Oliver, aunque han añadido que las sanciones no tardarán en llegar. De acuerdo con las actuales disposiciones, que adaptan directrices europeas para luchar contra las resistencias antimicrobianas, los veterinarios ya no pueden prescribir de buenas a primeras el antibiótico que saben más efectivo y han de hacer cultivos hasta que los análisis revelen que su primera opción era la adecuada.
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Los veterinarios recomiendan alimentación casera
“Y no todos los clientes se podrán permitir las esperas y sobrecostes”, sostiene la abogada animalista Yolanda Vallbuena, de la Fundación Altarriba. Al contrario que sus colegas europeos, los veterinarios españoles tampoco pueden vender ni fraccionar medicamentos para entregar dosis exactas, como hacían hace unos años. Los clientes han de ir a la farmacia y comprar envases completos, lo que deja un excedente innecesario e incontrolado. Además, los profesionales denuncian que el decreto prima los fármacos veterinarios (más caros) sobre los humanos, aunque sean igualmente efectivos
Estas son solo algunas de las razones que han puesto en pie de guerra a buena parte de la profesión, que ha anunciado nuevas movilizaciones. Los profesionales se manifestarán este viernes en Madrid ante las puertas del recinto ferial Ifema, coincidiendo con la clausura del congreso Iberzoo Propet de animales de compañía. El viernes también habrá una movilización en Barcelona, ante la delegación del Gobierno.
El acto buscará repetir el éxito de la convocatoria del pasado 2 de febrero, cuando una marea azul (el color de la profesión) recorrió la Rambla y acabó ante la sede del Parlament: un éxito profesional y personal de una veterinaria de Alella, Laia Sàbat, que decidió organizar la manifestación sin imaginar su tremenda repercusión. Fue una madrugada, después de una jornada agotadora de trabajo, cuando se enfrentaba a la sobrecarga de trabajo burocrático que ha traído consigo el decreto. “¿Y si organizo una manifestación?”, pensó...