Bajo el ala de los padres a los 28: Un tercio de los jóvenes necesita su ayuda para pagar el alquiler

Emancipación

Casi la mitad de los que han pedido una hipoteca para comprar una vivienda ha requerido de la familia

FOTO ALEX GARCIA ALQUILER PISOS VIVIENDAS BARCELONA. TOPE A LOS PRECIOS 2024/10/11

Un joven busca un piso de alquiler en Barcelona

Àlex Garcia / Propias

“Un problema como una casa”. El nombre del informe del Consejo de la Juventud que analiza las condiciones de la población joven emancipada ya lo deja bien claro, abandonar el nido familiar para comenzar una vida independiente es, en este momento, un lujo al alcance de pocos. Este trabajo revela que los pocos que consiguen emanciparse (solo el 14,8% de los jóvenes lo consiguieron en el primer semestre de 2024, la cifra más baja desde 2006; algo más de un tercio entre los de 25 y 29 años) lo hacen compartiendo piso no por afán de conocer gente, sino para compartir los gastos. Y ni aun así: uno de cada tres jóvenes emancipados necesita la ayuda de la familia para pagar el alquiler.

Aunque son los menos los que acceden a una vivienda en propiedad (tres de cada 10 de los jóvenes emancipados), tampoco ellos pueden prescindir de sus familias. Un 5,5% vive en pisos cedidos gratuitamente y un 15% ha pedido una hipoteca para comprar un piso y casi la mitad precisó la ayuda de la familia o amigos para acceder a esa hipoteca.

La edad promedio de emancipación en España es de 30,4 años, una de las más altas de Europa (el promedio europeo es de 26,3 años). No es de extrañar ante las dificultades que tienen y las condiciones precarias en las que viven una parte de los que consiguen independizarse alquilando una vivienda. Y es que, según este trabajo, la mayoría de los jóvenes dedica más del 40% de sus ingresos al pago de la vivienda, lo que genera una situación de sobreesfuerzo económico. Y eso, los más afortunados, porque en ciudades como Madrid o Barcelona, ese porcentaje se supera ampliamente. 

Las viviendas que alquilan son de escasa calidad, algunas, sin ventanas en la habitación

El acceso a una vivienda en solitario resulta prácticamente inalcanzable, ya que un joven en España debe destinar más del 100% de su salario para alquilar una vivienda en solitario. De ahí, que, aunque sea compartiendo piso, la ayuda familiar es “crucial” para muchos jóvenes.

Pero ¿cómo son las viviendas a las que consiguen acceder? Pues de escasa calidad. Un ejemplo, tres de cada diez habitaciones donde viven los jóvenes que se han emancipado no tienen ventanas a la calle, "siendo especialmente preocupante dentro de este grupo el 2,7% de personas jóvenes que mencionan que su habitación no dispone ni de ventana, terraza o balcón”, señala el informe.

Estas viviendas suelen ser más pequeñas, con peores condiciones de mantenimiento y menos seguras que las que podrían optar otras franjas de población. A menudo, se encuentran en mal estado en términos de reparaciones y de instalaciones, al no cumplir con estándares básicos de habitabilidad.

Los jóvenes reconocen que pagan comisiones inmobiliarias prohibidas por leyh

Los datos reflejan una grave desprotección de la juventud en el mercado de alquiler, debido a que muchos jóvenes enfrentan problemas con los caseros como falta de mantenimiento, reparaciones pendientes y subidas de alquiler injustificadas. Además, los gastos añadidos, como las comisiones inmobiliarias (prohibidas desde la última reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos) o el pago de fianzas abusivas presentan una barrera económica que dificulta, aún más, el acceso a la vivienda.

Esta situación genera un entorno de inestabilidad constante, donde la movilidad se convierte en una opción frecuente, ya que muchos tienen que mudarse varias veces debido a los altos precios, las malas condiciones o los conflictos con los caseros.

Tres de cada diez personas jóvenes emancipadas residencialmente viven en una vivienda comprada o cedida gratuitamente. Dentro de este último grupo, un 10,7% de jóvenes tienen casa en propiedad ya pagada por completo; cerca de un 15% están pagando hipoteca (sube al 21,6% para aquellas personas de entre 27 y 30 años); y alrededor de un 5,5% residen en una vivienda cedida gratuitamente.

Los que consiguen tener un piso en propiedad tienen  mejores empleos

La juventud propietaria tiene un perfil sociodemográfico diferente a la juventud inquilina, como mejores empleos y mayor renta. Sin embargo, buena parte de ellos tiene serios problemas relacionados con el difícil acceso a la vivienda. Los jóvenes que están pagando su hipoteca tardarán, de media, 17,7 años en pagarla. Además, casi cuatro de cada diez tardarán más de 20 años en pagarla. Esto es, aunque cada vez hay menos jóvenes que puedan acceder a una vivienda en propiedad, aquellos que lo hacen deben destinar muchos años de su vida a pagar una hipoteca.

La población joven propietaria que está pagando una hipoteca tuvo que dar, en promedio, una entrada de 21.142,5 €. En particular, un 40% de jóvenes emancipados tuvo que pagar una entrada inferior a los 10.000 € (muchos se estén emancipando en contextos donde la vivienda es mucho más asequible que en grandes ciudades), un 27,4% entre 10.000 y 20.000 €, y un 32,7% más de 20.000 €. Casi la mitad de quienes están pagando hipoteca necesitaron ayuda de otras personas para hipotecarse.

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